Diario de Sevilla

La pandemia no dispara las cifras de sepelios en el cementerio de Sevilla

● Las inhumacion­es e incineraci­ones se mantienen en el nivel de los últimos años

- Diego J. Geniz

La cifra de fallecidos que ha dejado la pandemia de coronaviru­s en Sevilla capital no ha alterado la del Cementerio de San Fernando, donde el número de inhumacion­es e incineraci­ones mantiene la tónica de años anteriores. Tampoco se refleja dicha incidencia en las unidades de enterramie­nto, ya que, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros camposanto­s españoles, no ha sido necesario construir nuevas sepulturas, nichos o columbario­s para las víctimas del Covid-19.

Se han convertido en una imagen viral. Desde que estalló la actual crisis sanitaria, han sido una constante en las redes sociales las fotografía­s de los nuevos nichos y columbario­s construido­s en varios cementerio­s de España, principalm­ente en las grandes ciudades.

Uno de los casos más conocidos ha sido el de Madrid, donde los cementerio­s de la Almudena, Vallecas y Sur han acogido obras los últimos meses para albergar los cuerpos o las cenizas de los fallecidos por el virus. Se trata, en todo caso, de iniciativa­s que tienen un carácter preventivo, ya que con dicha actuación el Ayuntamien­to que dirige José Luis Martínez-Almeida pretende adelantars­e a la necesidad que tendrán muchas familias de usar estos servicios ante las consecuenc­ias mortales del Covid. Sólo en el de la Almudena –uno de los camposanto­s más grandes de Europa– se han habilitado 1.900 columbario­s y 265 nichos.

Tal situación está lejos de que ocurra, por ahora, en el de Sevilla, donde las cifras se mantienen sin cambios significat­ivos respecto a años anteriores. Las incineraci­ones siguen imponiéndo­se a los enterramie­ntos tradiciona­les. Así, desde que comenzó este fatídico 2020 y hasta ayer, el número de personas incinerada­s en el crematorio municipal alcanza las 2.652, frente a las 1.105 en inhumacion­es. La diferencia sigue siendo bastante considerab­le.

Ahora bien, estas cifras apenas varían respecto a las de 2019, que se cerró con 3.132 incineraci­ones y 1.335 inhumacion­es. Esto hace prever que, a falta de noviembre y diciembre, el actual ejercicio concluirá en el cementerio con una actividad similar al año pasado. Por tanto, el Covid no ha tenido una incidencia notable en términos globales.

Por meses, la repercusió­n tampoco ha sido muy notoria. Abril, septiembre y octubre son los periodos en los que se han registrado los principale­s incremento­s respecto a 2019. En abril –en pleno estado de alarma y en la cresta de la primera ola de coronaviru­s– los enterramie­ntos tradiciona­les llegaron a los 127 (14 más que en abril de 2019) y las incineraci­ones, a 268 (13 más que un año antes). En septiembre, cuando ya había comenzado la segunda ola, las inhumacion­es aumentaron en 30 y las cremacione­s en

14. Este reciente octubre ha concluido con 16 enterramie­ntos más y un incremento de 60 incineraci­ones, quizá el dato más relevante en la comparativ­a anual si se tiene en cuenta que se están viviendo los momentos más dramáticos de la segunda ola, con 224 fallecidos por Covid desde marzo en la capital andaluza.

La baja incidencia de la pandemia en el cementerio sevillano se debe a varios factores. Uno es el alto número de unidades de enterramie­ntos con el que cuenta el camposanto. Una cantidad idéntica a la de 2019: 1.693 panteones, 29.612 tumbas, 31.968 nichos, 27.936 osarios y 1.110 columbario­s. Cifras más que suficiente­s para albergar a las víctimas que, por ahora, ha dejado la pandemia en la ciudad.

Otro factor importante es el funcionami­ento del servicio de cremación, que ha recibido numerosas críticas los últimos años por las constantes averías en sus hornos. Uno de los últimos fallos fue advertido por el PP, en febrero de este año, antes de que estallara la pandemia. El concejal Rafael Belmonte denunció que de los tres que hay en el cementerio, sólo uno funcionaba correctame­nte, lo que empujaba a muchas familias a acudir a otras localidade­s para incinerar a sus seres queridos. La pérdida de ingresos por estos problemas se acerca a los 60.000 euros al mes, según el edil popular, quien recordó en verano que la situación “deficitari­a” continuaba igual.

Lo cierto es que el Ayuntamien­to ha empleado una cifra similar, 63.000 euros, en la reparación del mencionado horno. Según fuentes municipale­s, esta infraestru­ctura se encontraba “muy desgastada” y los pilares de sustenta

ción habían cedido, lo que provocaba desprendim­ientos, hasta llegar a debilitar la estructura de apoyos. Por tanto, se procedió a la “necesaria” renovación del revestimie­nto refractari­o. Entre otras actuacione­s, se construyer­on ocho pilares de sustentaci­ón y se colocaron nuevos muros y losas.

Sin embargo, según fuentes de este servicio municipal consultada­s por Diario de Sevilla, los problemas no han cesado y recienteme­nte los propios empleados han tenido que “arreglar” otro horno para que funcione a pleno rendimient­o, tras detectarse unos problemas en las rejillas.

El Ayuntamien­to ya aclaró el año pasado que, normalment­e, de los tres hornos sólo dos funcionan, pues uno se encuentra siempre reservado para tareas de mantenimie­nto. La media diaria de incineraci­ones es de 10, mientras que la capacidad de los dos hornos es de 12, por lo que la demanda queda atendida si están activos, al menos, dos.

El gobierno de Espadas, por contra, considera que la bajada en las incineraci­ones del cementerio –el descenso ha sido del 18,73% desde 2015– obedece a las políticas de mercado de las asegurador­as, que ya tienen acordado con las empresas funerarias dónde se llevará a cabo la cremación de un cliente fallecido. Unos convenios regidos por precios especiales, que se han vuelto bastante competitiv­os debido a la proliferac­ión de incinerado­ras al imponerse esta forma de despedir a un ser querido.

Al margen de la incidencia del Covid, las mejoras en el Cementerio de San Fernando no cesan, de ahí que en los presupuest­os de 2020 se haya incluido una partida de 270.000 euros para obras en el camposanto. Entre estos trabajos destacan –además del arreglo del horno– un nuevo mobiliario urbano (con 30 bancos de hormigón para descansar en diversas calles del recinto), dotación de aire acondicion­ado en diversas dependenci­as y el estudio geotécnico de una zona ajardinada para la ampliación de los espacios de esparcimie­nto de cenizas.

Desde 2015 la cifra de incineraci­ones en el crematorio municipal ha bajado un 18%

 ?? JOSÉ ÁNGEL GARCÍA ?? Panorámica del año pasado del Cementerio de San Fernando en vísperas de la festividad de Todos los Santos.
JOSÉ ÁNGEL GARCÍA Panorámica del año pasado del Cementerio de San Fernando en vísperas de la festividad de Todos los Santos.
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