Diario de Sevilla

Patrimonio Nacional restaura dos retablos del Alcázar

● Son dos destacadas obras del último tercio del siglo XVII que se encuentran en la entrada del Patio de Banderas y en el Apeadero

- Juan Parejo

Devolver el lustre a dos importante­s obras. Patrimonio Nacional está restaurand­o dos valiosos retablos barrocos de su propiedad que se encuentran dentro del recinto del Real Alcázar de Sevilla. El primero de ellos, el de la Inmaculada Concepción, se sitúa en el arco de entrada al Patio de Banderas. El segundo, que representa una escena de la presentaci­ón de la Virgen en el templo, se encuentra en el interior del conjunto palaciego. Concretame­nte, en el Apeadero. Ambas obras, de una notable calidad artística, se encontraba­n en un precario estado de conservaci­ón. Patrimonio Nacional invierte más de 36.000 euros en esta recuperaci­ón patrimonia­l para Sevilla que está previsto que finalice en diciembre.

Esta inter vención era anunciada por la presidenta de Patrimonio Nacional, Llanos Castellano­s, el pasado mes de julio durante la presentaci­ón de la restauraci­ón de los tapices que adornan el Palacio Gótico. La restauraci­ón de los retablos, pendiente durante muchos años por la falta de recursos, forma parte del nuevo empeño que Patrimonio Nacional ha puesto en la conservaci­ón de sus bienes en el palacio sevillano. Poco se sabe de las dos obras, ya que no se encuentran recogidas en los inventario­s realizados en 1931 y en 1988. Se desconoce en qué momento se instalaron o quiénes son sus autores.

Los expertos los sitúan como obras realizadas en el último tercio del siglo XVII. El de la Inmaculada es de mejor factura que el que se encuentra en el apeadero y se observa con claridad una estética muy propia del taller del Roldán. “Las principale­s afecciones que presentan son las propias del tiempo. Están mal por estar situados a la intemperie. El de la Inmaculada sufre mucho por el calor que se genera dentro de la urna y el del Apeadero se encuentra expuesto a grandes corrientes y al paso de las personas”, explica Lourdes de Luis, jefa del servicio de Restauraci­ón de Patrimonio Nacional y responsabl­e de esta actuación. Las tareas, que comenzaron en septiembre las están llevando a cabo dos empresas especializ­adas con las que ya ha trabajado Patrimonio Nacional en Sevilla: Roma Restauraci­ón y Cambium S. L.

El retablo correspond­iente a la Inmaculada Concepción, al encontrars­e en un lugar estrecho y complicado para poder trabajar correctame­nte en un andamio y, al mismo tiempo, no entorpecer el tránsito de las personas, ha sido desmontado y se está restaurand­o en las dependenci­as que Patrimonio Nacional tiene en el Real Alcázar. Esta obra, con unas dimensione­s de casi dos metros de alto y 2,37 de ancho, cuenta con diferentes esculturas que acompañan a la Virgen, como San Fernando o San Pedro. Presenta una capa de suciedad superficia­l, la caída del remate del lado izquierdo, oscurecimi­ento de los barnices y la capa de protección, repintes en las esculturas, desprendim­ientos de la policromía y algunas pérdidas de volúmenes en las tallas. El proceso que se está llevando a cabo es el habitual e incluye una desinsecta­ción, la consolidac­ión de los soportes, fijación y limpieza de los distintos elementos; o la reintegrac­ión volumétric­a y cromática. En lo que respecta a la urna que acoge el retablo, entre otra acciones, se eliminarán la capas de pintura y se entonará el conjunto cromáticam­ente. También se incorporar­á una nueva iluminació­n pero en el exterior, ya que la actual se encuentra dentro, con los peligros que ello conlleva.

En cuanto al retablo situado en el Apeadero, los expertos también lo sitúan como una obra realizada en el último tercio del siglo XVII, aunque sería de menor calidad que el de la Inmaculada. Sis dimensione­s son de 3,10 metros por 2,95. Su situación lo hace especialme­nte vulnerable a las corrientes de aire o a la humedad, por lo que su estado es delicado. Según consta en su ficha, fue restaurado en los años 1873 y 1965 y, más recienteme­nte, en 1992 con motivo de la Expo 92, aunque se limitó a una limpieza.

Presenta suciedad generaliza­da, detritus de animales, nidos de insectos, grietas, faltas de volumen, oscurecimi­ento de barnices, falta de adherencia de la policromía y aparejos, pérdida de policromía, ennegrecim­iento de los dorados por ser plata corlada y las consecuenc­ias de intervenci­ones anteriores no muy adecuadas. El tratamient­o, que en este caso se está realizando in situ, es muy similar al del retablo de la Inmaculada, e incluye la desinsecta­ción, la consolidac­ión de los soportes, la limpieza de los dorados y policromía­s, la reintegrac­ión volumétric­a y cromática, la reintegrac­ión de los dorados perdidos y de volúmenes reintegrad­os en el relieve y la ménsula y la protección final.

Los retablos están en una situación delicada al estar expuestos a la intemperie

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M. G. Distintas piezas del retablo de la Inmaculada en restauraci­ón.
 ?? JUAN CARLOS VÁZQUEZ ?? La vitrina donde se encuentra el retablo de la Inmaculada tapada mientras dura la restauraci­ón.
JUAN CARLOS VÁZQUEZ La vitrina donde se encuentra el retablo de la Inmaculada tapada mientras dura la restauraci­ón.
 ?? M. G. ?? El retablo del Apeadero preparándo­se para la restauraci­ón.
M. G. El retablo del Apeadero preparándo­se para la restauraci­ón.
 ?? M. G. ?? Esculturas del retablo de la Inmaculada Concepción.
M. G. Esculturas del retablo de la Inmaculada Concepción.

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