Las cuentas de la polución
● Especialistas en patologías respiratorias advierten del altísimo coste de la contaminación en las ciudades atendiendo a su impacto en la salud
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) lleva años aportando evidencia científica que sustente las medidas necesarias para frenar la contaminación ambiental en las ciudades y su impacto en la salud huamana. Ahora, Separ ha reafirmado su posicionamiento a favor de la promoción de políticas gubernamentales para reducir el transporte urbano basado en el petróleo con alternativas más sostenibles, activas y de emisiones cero, como caminar, ir en bicicleta o utilizar vehículos eléctricos”, tras haber valorado las cifras del informe de la European Public Health Alliance (EPHA), que ha analizado los costes de la contaminación del aire en 432 ciudades europeas y 48 ciudades españolas.
La contaminación del aire cuesta al residente medio de una ciudad española es de 926 euros al año, según este informe que cuantifica el valor monetario de la muerte prematura, el tratamiento médico, las jornadas laborales perdidas y otros costes sanitarios provocados por los tres contaminantes del aire que causan la mayoría de las enfermedades y muertes: partículas en suspensión (PM), ozono (O3) y dióxido de nitrógeno (NO2). Separ ha querido hacerse eco del alcance de estas conclusiones ya que celebra el Año SEPAR 2020-2021 por la Calidad del Aire, Cambio Climático y la Salud. “Los últimos resultados de costes asociados a la contaminación atmosférica de las ciudades europeas son señales de alarma que deben ponernos en marcha para mejorar la calidad del aire, no solo por la salud de nuestros ciudadanos, sino por su economía. Cada euro que se destina a reparar los perjuicios de la exposición al aire contaminado es un euro que no se puede invertir en mejorar la sanidad y la salud de los ciudadanos. Se trata de un gasto que podríamos prevenir, un derroche que no nos podemos permitir, menos en esta época de pandemia de Covid–19 y que debemos corregir, mejorando las políticas de movilidad urbana, para ampliar las zonas de bajas emisiones o emisiones cero”, advierte la doctora Isabel Urrutia, coordinadora de Medio Ambiente de Separ.
De las 30 ciudades europeas analizadas, España ocupa el número vigesimocuarto lugar en cuanto al gasto asociado a la contaminación del aire, con un promedio de gasto de 926 euros, esto es, casi 1.000 euros, obtenido a partir del promedio de 48 ciudades españolas estudiadas. En gasto total lideran Madrid, Barcelona, Valencia y Palma de Mallora. Atendiendo al gasto per capita, hay nueve ciudades que superan el gasto medio: Barcelona,Guadalajara, Madrid, Coslada, Palma de Mallorca, A Coruña, Toledo, Leganés y Talavera de la Reina. La única ciudad andaluza incluída en el estudio es Jerez de la Frontera con un gasto per capita de 920 euros.
La contaminación del aire es la principal causa de muerte prematura por factores ambientales en Europa, según la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA o EEA, por sus siglas en inglés). El problema es mayor en las ciudades, donde viven dos tercios de los europeos. Dos tercios de las ciudades superan los estándares de aire limpio establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de manera que las partículas PM, NO2 y O3 causan alrededor de 400.000 muertes prematuras al año.
Las PM son los contaminantes que causan la mayoría de los costes, el 82,5% en promedio, según diversas fuentes; seguidas del NO2, responsable del 15%, principalmente del tráfico, y el O3, causante del 2,5% por combustión. Estas proporciones varían mucho entre ciudades. Así, la región de Europa central y oriental registra la tasa más alta de muertes por contaminación del aire, mientras que el sur de Europa tiene la mayor tasa de enfermedades crónicas. El transporte es una fuente importantísima de contaminación del aire urbano, con un coste asociado de 67 a 80 billones de euros en la Unión Europea, en 2016, según un informe anterior de la EPHA. Y pequeños cambios en los hábitos de transporte y las políticas de la ciudad pueden marcar una diferencia sustancial en dichos costes.
Ozono, partículas en suspensión y dióxido de nitrógeno son los principales culpables