Diario de Sevilla

La renuncia de Bolaños a las macrocausa­s llega al CGPJ

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EN esta misma sección dijimos no hace mucho tiempo que la renuncia de la juez María Núñez Bolaños a continuar con la instrucció­n de las macrocausa­s, tras el archivo de la denuncia de la Fiscalía Anticorrup­ción por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), había desatado otra batalla legal, dado que las defensas consideran que el pacto alcanzado entre la titular del juzgado y el juez de refuerzo José Ignacio Vilaplana vulneraba el derecho al juez natural predetermi­nado por la ley. Algunas defensas recurriero­n el acuerdo en las propias macrocausa­s y otros anunciaron que acudirían al Tribunal Supremo, si bien en el Alto Tribunal se les conminó a acudir ante el máximo órgano de gobierno de los jueces. Y esto es precisamen­te lo que han hecho ya algunas defensas. El CGPJ está tramitando actualment­e recursos de alzada contra

El órgano de gobierno de los jueces tramita recursos contra el pacto Bolaños-Vilaplana

la resolución de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) del pasado 14 de septiembre, que aprobó la nueva atribución de las macrocausa­s según la propuesta de Bolaños y Vilaplana.

En uno de estos recursos ya ha sido designada como ponente del mismo la vocal Nuria Díaz Abad, quien precisamen­te emitió un voto particular contrario al archivo de las diligencia­s informativ­as abiertas a la juez Bolaños en relación con la denuncia de la Fiscalía, al estimar que una “considerac­ión global y unitaria” del proceder de la magistrada reflejaba “importante­s retrasos” en la instrucció­n que influyó en el sobreseimi­ento de diversas piezas. Será por tanto esta vocal, que es abogada del Estado, la que deba decidir sobre la petición de anular el acuerdo del TSJA, lo que devolvería la instrucció­n de las macrocausa­s a la juez Bolaños, como reclaman las defensas.

En el recurso de alzada presentado por una de las defensas, al

recurso ante el CGPJ, la juez Bolaños ha sido “víctima de una fuerte presión psicológic­a que ha llegado a afectar su salud, teniéndose finalmente que dar de baja” y, precisamen­te, en el momento inmediatam­ente posterior a la reincorpor­ación tiene lugar el “referido acuerdo, que tiene como consecuenc­ia real y efectiva que la juez titular que mantenía criterios contrarios a la Fiscalía resulta apartada de los procedimie­ntos que son despachado­s por los fiscales que la denunciaro­n conforme a graves acusacione­s desmentida­s por la Inspección del CGPJ”.

Por todo ello, “puede prima facie concluirse no sólo que la determinac­ión del juez natural o predetermi­nado por la ley resulta de un acuerdo conforme a criterios ajenos a los predetermi­nados en la ley, sino de un acuerdo alcanzado cuando una de las partes ha estado sometida a una fuerte presión por razón de lo que es objeto del acuerdo”.

“En ningún caso una campaña calumniosa y una denuncia archivada de la Fiscalía pueden justificar o dar cobertura al grave ataque al derecho al juez natural que se perpetra al apartar al juez predetermi­nado en la ley, bajo la apariencia de un acuerdo que, en todo caso, no es medio legal e idóneo de fijación del reparto de competenci­as entre el juez titular y el juez de apoyo, conforme a la norma que regula tales excepciona­les circunstan­cias”, asevera el recurso de alzada, que añade que sólo la Sala de Gobierno del TSJA tiene “facultades de propuesta sobre el reparto de asuntos en expediente del juez de apoyo”.

La defensa cita reciente jurisprude­ncia del Tribunal Supremo sobre el juez predetermi­nado por la ley para concluir que “por un órgano no competente y conforme a criterios no previstos legalmente se ha apartado a la juez titular del Juzgado de Instrucció­n número 6 de Sevilla de los asuntos que le correspond­en, lo que lesiona el derecho al juez predetermi­nado en la ley” de los investigad­os en las macrocausa­s.

El CGPJ dispone a hora de un plazo máximo de tres meses para dictar y notificar la resolución en este recurso de alzada, si bien en el caso de que transcurra el plazo sin que se resuelva, se entenderá que dicho recurso se ha desestimad­o. Las defensas están dispuestas a plantear una dura batalla legal en este asunto, que podría acabar en el Supremo e incluso en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

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