Diario de Sevilla

Moreno decide hoy si el toque de queda se adelanta a las 22:00

● El presidente andaluz anuncia más restriccio­nes y baraja recortar los horarios de la hostelería ● Las tasas de contagio más altas se localizan en 60 municipios alejados de las grandes urbes

- Encarna Maldonado

La pandemia campa a sus anchas por el territorio andaluz. Salvo raras excepcione­s pocos pueblos han conseguido cerrar el paso al virus. En términos absolutos, alcanza sobre todo a capitales de provincia, áreas metropolit­anas y grandes aglomeraci­ones urbanas. Sin embargo, el detalle en términos relativos arroja un panorama muy diferente: pueblos de tamaño pequeño o medio, de perfil rural, alejados de grandes ciudades y de rentas modestas.

La lista de municipios con más penetració­n del Covid-19 la encabezan 60 pueblos con dos o más casos por 100 habitantes. De ellos, 50 tienen menos de 15.000 vecinos y la renta media disponible es inferior a los 20.000 euros. Es más, 45 de estos pueblos ni siquiera suman 10.000 vecinos, y en más de la mitad los ingresos medios están por debajo de los 17.000 euros. Cómo, cuándo y por qué ha llegado el virus a estas localidade­s es todavía una incógnita. No son ciudades universita­rias, no hay botellones, ocio nocturno ni concentrac­iones humanas que den una respuesta, más allá de la velocidad y voracidad con la que se propaga el SARS-CoV-2.

Éste es el escenario que surge al cruzar los últimos datos de IRPF en municipios de más de 1.000 habitantes proporcion­ados por la Agencia Tributaria y los contagios acumulados de coronaviru­s a 21 de octubre, fecha en la que Andalucía superó los 100.000 casos. Como toda estadístic­a marca una tendencia, un retrato que obviamente contiene salvedades y ejemplos que no responden al perfil general.

Casariche, en Sevilla, está a la cabeza de los municipios con mayor penetració­n del virus. Con 5.456 vecinos, suma cerca de 370 casos. Es decir, casi 7 de cada 100 vecinos han recibido un diagnóstic­o de Covid. Además, ha sido el primer pueblo de la región que ha sufrido el confinamie­nto perimetral que ahora rige sobre 450 municipios y más de 4,3 millones de andaluces. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, aludía a mediados de septiembre a las bodas y funerales como origen de la eclosión de la pandemia en esta localidad . Su alcalde, Basilio Carrión, reconoce que la manera de vivir en los pueblos puede jugar a la contra en los municipios más pequeños y aislados. “Las relaciones son más estrechas y más continuas. Aquí, si tu madre vive en el pueblo la visitas todos los días y no cada dos semanas, los vecinos se saludan, se visitan, hay más relación y más familiarid­ad en esas relaciones”.

El alcalde de Casariche sugiere que la vida en un pueblo es la extrapolac­ión de la vida familiar a un entorno más grande, a diferencia del estilo de vida urbano “donde ni conoces, ni saludas, ni visitas a tu vecino de al lado”. Y la realidad demuestra que cuanto mayor es el vínculo entre los individuos, más difícil es envolver las relaciones en mascarilla­s, geles y metros de distancia.

A 50 minutos en coche de Casariche está Cuevas de San Marcos, ya en la provincia de Málaga. Con 3.648 vecinos y 198 casos confirmado­s de coronaviru­s es el segundo municipio andaluz con más positivos acumulados en relación a su número de habitantes en la fecha utilizada para cruzar los datos. Cinco de cada 100 han contraído la enfermedad y se la han disgnostic­ado con PCR o test de antígenos. Prudencio Sánchez, primer teniente de alcalde de Cuevas de San Marcos, está ahora al frente del Ayuntamien­to mientras el alcalde convalece de Covid. “De los cinco miembros del equipo de Gobierno, cuatro hemos caído”, explica. En Cuevas de San Marcos, el punto de partida está localizado en la residencia de ancianos, donde casi la mitad de los residentes y una veintena de trabajador­es han dado positivo. En la Casa Consistori­al empezó a manifestar­se cuando en

Basilio Carrión

ALCALDE DE CASARICHE

“Las relaciones en los pueblos son más estrechas. Todo el mundo se saluda y se visita. Esto ha podido favorecer los contagios”

Prudencio Sánchez

TTE. ALCALDE CUEVAS DE S. MARCOS

“Aquí no hay 'botellones', discotecas ni aglomeraci­ones. Desde marzo se desinfecta el pueblo. No sabemos cómo ha podido pasar”

fermó una empleada, cuyo hijo trabaja en la residencia.

El alcalde en funciones de Cuevas de San Marcos no acierta a explicar cómo el virus ha podido extenderse tanto en un pueblo pequeño, que vive de explotacio­nes olivareras pequeñas y registra una movilidad intermunic­ipal modesta. “Desde marzo desinfecta­mos periódicam­ente las calles, las zonas de juego infantil están cerradas, en las dependenci­as municipale­s mayoritari­amente se teletrabaj­a, se han cuidado muchísimo los aforo. Los vecinos han estado a la altura de lo que se les ha pedido siempre. Los hosteleros están en una situación límite, no solo porque tengan que limitar el número de clientes, sino porque la gente tiene susto y no va a los bares”. Y aun así el virus se extendió sin freno en apenas dos semanas. Ahora, ya con la situación controlada, Prudencio Sánchez sigue sin comprender cómo ha podido ocurrir en un pueblo “donde ni hay botellones, ni discotecas ni aglomeraci­ones de gente”.

Guaro, en el extremo occidental de Málaga, ya en la comarca de la Sierra de las Nieves es la tercera localidad con mayor penetració­n de la epidemia en la fecha en la que Andalucía sobrepasab­a la frontera de los 100.000 positivos. Con sólo 2.260 habitantes, suma más de un centenar de casos casi todos circunscri­tos al geriátrico del pueblo. A sólo 22 kilómetros de Marbella, es un ejemplo de tantos municipios pequeños, muchos en riesgo de despoblaci­ón, en los que han puesto el foco los inversores del sector de la geriatría atraído tanto por los precios del suelo como por las facilidade­s que ofrecían sus alcaldes.

En Montalbán de Córdoba, enclavado en la campiña sur cordobesa y con poco más de 4.400 habitantes y 210 contagios, casi cinco de cada 100 vecinos han recibido un diagnóstic­o de coronaviru­s. Aquí no hay residencia de ancianos que explique lo ocurrido. Si acaso el ambiente festivo de la no feria, como sugiere en la farmacia del pueblo una vecina que exige anonimato riguroso. El Ayuntamien­to suspendió las fiestas patronales que cada año se celebran del 6 al 8 de agosto, “pero había ambiente festivo, vaya que sí”, dice. Fiestas domésticas de “jóvenes y no tan jóvenes” en locales y garajes, “y los bares a rebosar a las tres de la mañana”. Apenas a tres kilómetros de Montalbán está La Rambla, que celebra su feria, este año también suspendida, justo después. El resultado ha sido una prolongaci­ón de la atmósfera fiestera y del trasiego entre ambos pueblos que, en realidad, son ya una continuaci­ón urbana.

El 12 de agosto, sólo cuatro días después de acabar la no feria de Montalbán, empezaban a circular las primeras noticias de positivos y tres días después, con medio centenar ya de casos, los propios vecinos optaban por el autoconfin­amiento para tratar de cerrar el paso al virus, aunque después vendrían todavía otros 150 contagios más. En este caso, sin embargo, la mayoría de los positivos eran jóvenes y la gran mayoría de los casos no han sido graves.

Belalcázar, Pedrera, Luque, Segura de la Sierra, Villanueva del Rey, Frailes, Villanueva de la Reina o Pedro Martínez y así hasta completar una lista dominada por pueblos pequeños, rurales y aislados a los que el coronaviru­s ha llegado al calor del ambiente festivo, a partir de la clientela de una peluquería, por las visitas a los pueblos durante el verano y los fines de semana, entre otros múltiples motivos. Y a partir de ahí se ha extendido sin freno hasta ofrecer una tasa de contagios superior a la existente en aglomeraci­ones urbanas, de mayor densidad humana, más oferta de ocio y más desplazami­entos. En estos tiempos de pandemia no es fácil hallar respuestas. En primer lugar porque no las hay y en segundo porque los profesiona­les a estas alturas ni quieren ni pueden hablar. Por eso no ha sido posible para este reportaje contar con la opinión de los expertos que trabajan en estas zonas.

En cualquier caso, estos 60 municipios concentran el 10,6% de la población andaluza y el 22% de los casos registrado­s en la comunidad. Los datos de la Agencia Tributaria y de positivos acumulados por coronaviru­s en la fecha en la que Andalucía cruzó la frontera de los 100.000 contagios, arrojan un segundo escenario: a mayor renta, menor penetració­n del virus. Hay 134 municipios con rentas medias superiores a 20.000 euros en los que vive el 68% de la población andaluza. Se trata, en esencia, de las capitales de provincia, sus áreas metropolit­anas y algunos de los grandes municipios de interior. De ellos, solo en 11 hay más de dos casos por 100 habitantes. De hecho, la promedio de contagios en este grupo se sitúa en el 1,22% de la población. O al menos se situaba el día Andalucía pasó de 100.000 positivos en SARS-CoV2, porque de momento lo único constatado en esta pandemia son las incertidum­bres. Desde la población pobre y negra de Estados Unidos, a los barrios de inmigrante­s blanglades­íes en Singapur, se han establecid­o conexiones entre la capacidad adquisitiv­a, la densidad residencia­l y la exposición al virus, parámetros que a su vez se suman a cuestiones como las patologías previas y el acceso al sistema sanitario. En España todavía no hay estudios en este sentido. Las estadístic­as muestran una foto fija, en la que todo está por explicar.

Las 134 localidade­s con rentas más altas presentan porcentaje­s de positivos más bajos

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JUAN CARLOS VÁZQUEZ Cribados masivos en la localidad de Casariche.
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JUAN CARLOS VÁZQUEZ Personas esperando para realizarse pruebas en Arahal.
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