La venganza póstuma del senador McCain
Los ataques e insultos que sufrió en vida el fallecido senador republicano John McCain por parte de Donald Trump han tenido un peso clave en que el presidente electo Joe Biden lidere en Arizona, un estado históricamente muy conservador que ahora ha servido la venganza póstuma del malogrado legislador.
La gran popularidad de la figura de McCain en EEUU y Arizona viene dada por su larga carrera como senador, de más de tres décadas, pero especialmente por ser un veterano de la Armada que fue prisionero de guerra y sufrió torturas durante cinco años en Vietnam.
Ese duro episodio de la vida de McCain fue precisamente objeto de mofa por parte de Trump. “Me gusta la gente que no fue capturada. No me gustan los perdedores”, espetó, burlándose, durante la campaña electoral de 2015 que lo llevó a la Presidencia.
Padrino de uno de los hijos de McCain y compadre del senador, Tommy Espinoza, un empresario y activista demócrata muy cercano al político, habla maravillas del republicano, con quien no coincidía en algunas cuestiones ideológicas. Pero su cariño y respeto mutuo era tan grande que, un mes y medio antes de fallecer,
McCain llamó a su querido Tommy y le dijo: “Quiero que hables en mi funeral, va a ser un honor para mí; eres mi amigo y quiero que hagas tus comentarios”. Eso llegó al fondo de su corazón y habla de su inseparable amistad.
Dos años más tarde, sonríe al ver que Trump pierde las elecciones, tanto a nivel estatal como nacional. “Mucha gente en todo el país, incluyendo los latinos aquí en Arizona, votaron contra Trump por los comentarios que hizo en contra de McCain”, asegura Espinoza.
Más allá de los comentarios denigrantes, otra de las claves que han hecho que Arizona y muchos republicanos, según Espinoza, se vuelquen con Biden es la “excelente” relación que tenían McCain y el presidente electo. Y este compañerismo hizo que tanto la hija como la mujer de McCain, Meghan y Cindy, respectivamente, salieran en público para mostrar su apoyo a Biden. Ahora, McCain ha podido hacer realidad su venganza póstuma.