Una escuela para salvaroficios
El centro Della Robia se ha convertido en un referente europeo de la artesanía cerámica Hasta el 20 de noviembre está abierto el plazo para inscribirse en los cursos de luthería
En la nave de un polígono industrial, a las afueras de Gelves, el sonido de la gubia no cesa. Son los alumnos del taller de elementos decorativos en madera que imparte la Escuela de Artesanos Della Robbia que la Junta de Andalucía posee en esta localidad y que se integra en la oferta de la Formación Profesional para el Empleo (FPE). Mauricio Otero, de 25 años, es uno de los que reciben estas clases. Confiesa que siempre le han gustado las artesanías. Y ello, pese a que ha estudiado la carrera de Empresariales. Es el segundo año que pasa en estas instalaciones.
Su futuro laboral lo quiere vincular a la forja y a la madera.
El nombre de este joven tiene grandes posibilidades de que acabe formando parte del importante listado de profesionales que han salido de la escuela de Gelves, creada en 1991 para, entre otros fines, formar artesanos “debidamente cualificados” para su inserción laboral, así como incentivar la investigación y experimentar nuevos métodos de trabajo que contribuyan a la conservación del patrimonio artístico.
Esta escuela –con dos sedes dentro del municipio– cuenta con la homologación de la Junta para impartir 17 especialidades de la FPE, pertenecientes a la familia de Artes y Artesanías, un sector que, en opinión de Juan Manuel Anguas, director de este centro de formación pública, “demanda profesionales cualificados ante la aparición de factores externos que han desprestigiado la calidad y profesionalidad de lo artesanal”.
Para el diseño de las especialidades a impartir, se elaboran estudios de necesidades formativas de la artesanía, según su evolución y modernización. Con dicho objetivo, se cuenta con las aportaciones de los profesionales del sector en la provincia de Sevilla. De estos análisis surgen los programas formativos experimentales, los cuales son remitidos a la Dirección General de Formación Profesional para el Empleo, que hace de intermediario entre la escuela y el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), ya que la oferta formativa de este centro se dirige a trabajadores en paro.
Dentro de estas especialidades, una de las que más llaman la atención, por ser la única escuela pública de España que la imparte, es la vinculada con la luthería, esto es, la actividad centrada en la elaboración artesanal de instrumentos musicales y su conservación. El motivo de impartir esta enseñanza no fue otro que el de dar respuesta al elevado número de artistas que necesitan instrumentos de gran calidad artesanal para desarrollar su actividad profesional “con las mejores garantías”.
Por tal motivo, desde 1996 la luthería está presente en la Escuela de Artesanos de Gelves con una gran demanda por parte de alumnos, que a lo largo de estos años se han especializado en la construcción de instrumentos de cuerda –principalmente la guitarra, por la vinculación de Andalucía con el flamenco– y su reparación. “Durante el primer año, el alumnado construye una guitarra desde la madera en bruto hasta su acabado y barnizado. De forma paralela, establecemos vínculos con el mundo del f lamenco para que prueben los instrumentos y relacionar a los nuevos guitarreros con los artistas del toque”, refiere Anguas, quien recuerda que este centro lo han visitado artistas de la talla de
Raimundo Amador para probar la calidad de los instrumentos.
Al comienzo de curso, a cada alumno se le entrega una caja con las herramientas y el material. Cuando acaben las clases, debe devolver todo el instrumental en perfecto estado. En caso de faltar alguno, el aprendiz se hace responsable de su reposición. “La madera con la que más suelen construirse guitarras aquí es la de ciprés, la más usada para el f lamenco”, advierte el director de la escuela, que abunda en que este instrumento, de fabricación artesanal, puede alcanzar los 800 euros de coste en el mercado. No obstante, debe tenerse en cuenta que los productos elaborados en este centro no se venden para, entre otros motivos, “no hacerle la competencia a los alumnos que salen de aquí”.
De esta manera, en pasadas ediciones las guitarras de la Escuela de Gelves se han entregado a los ganadores del certamen de jóvenes flamencos del programa promovido por el Instituto Andaluz de la Juventud, en un intento de unir las promesas de ambos sectores. Otro de los fines de la luthería, el de la reparación de instrumentos, tiene cabida en los conservatorios y escuelas de música, que requieren de trabajadores con certificación de profesionalidad para esta labor.
Con el objetivo de conseguir la mayor cualificación posible de su alumnado, para esta especialidad se ha suscrito un convenio de colaboración con una de las más prestigiosas escuelas de luthería a nivel internacional, la Scuola Internazionale di Liuteria de Cremona, en Italia. El objetivo es promocionar esta artesanía a través del intercambio de profesionales y alumnado; la participación en encuentros, ferias, muestras y seminarios; y la colaboración en publicaciones.
El plazo de solicitud de admisión en la especialidad de luthería está abierto actualmente. Finalizará el próximo 20 de noviembre. El nuevo periodo formativo comprenderá desde el 18 de enero de 2021 al 24 de noviembre del próximo año. Este primer curso constará de 870 horas, que se impartirán los días laborables de 09:00 a 14:00.
La plaza es gratuita (al ser una escuela pública) y en esta primera acción se formará a los alumnos en la construcción de guitarras, bandurrias y laúdes españoles según modelos propios o preexistentes, siempre siguiendo criterios artísticos. En un segundo periodo formativo, que se iniciará en diciembre de 2021, los alumnos se especializarán en la reparación de instrumentos. La matriculación en el primer curso ya garantiza la plaza para el segundo.
Al margen de la luthería, las especialidades más conocidas de la Escuela de Gelves son las relacionadas con la cerámica, en la que este centro se ha convertido en todo un referente a nivel europeo, no sólo por las enseñanzas que desarrolla, sino también por los alumnos que han salido de sus aulas y por las importantes restauraciones acometidas en el patrimonio artístico, como por ejemplo en la parroquia trianera de Santa Ana, en el Pabellón de Telefónica de la Exposición Iberoamericana o en el de Marruecos de la Expo 92 (actual sede de la Fundación Tres Culturas).
Mari Luz Vázquez asiste al segundo curso de alfarería. Conoció la existencia de esta escuela por las redes sociales. Como admite su director, es un centro que tiene más prestigio fuera de Andalucía que dentro de la comunidad, debido al desconocimiento que hay de él. Esta sevillana ha pasado gran parte de su vida profesional trabajando como funcionaria de la Junta, pero ahora quiere enfocar su labor a la cerámica. “Tengo una edad, 53 años, en la que me puedo permitir el lujo de ponerme selectiva”, presume Vázquez, quien comparte clase con Pablo Ruiz que, a sus 34 años, sueña con un futuro laboral no muy lejano en el que mezcle la alfarería con la pintura, su otra pasión. Una ilusión bastante realizable, si se tiene en cuenta que el 90% de los alumnos de esta escuela, según datos aportados por la Consejería de Empleo, logran un empleo artesanal al acabar su formación.
La pintura sobre soportes cerámicos artesanales es otra de las disciplinas que se enseñan en Della Robbia. Sus alumnos aprenden las tres técnicas tradicionales en esta labor: la de aristas, la pintura a la grasa y la pintura sobre cubierta. El pintor Ángel Lora, uno de los más conocidos en este ámbito, ejerce de profesor en esta escuela donde también se formó. Aquí lo hicieron otros ceramistas de gran prestigio como Isabel Parente, José María Campos, Joaquín Gallardo o Teresa Aguilar. También de esta escuela han salido grandes firmas de luthería como la de Marcos Luthier (famoso por rematar los instrumentos de cuerda con cabezas de animales) y Pablo Fernández Romero.