Diario de Sevilla

Otro final que cayó en cruz

● El Betis pierde lastrado por la falta de un líder, malos ataques al final y el dispar criterio arbitral

- Pablo Salvago

En Tenerife otra vez la moneda salió cruz. Otro final ajustado que se le escapa al Coosur Betis, esta vez por 77-73, en un partido en el que hizo muchas cosas bien, pero las limitacion­es de una plantilla con carencias (dos jugadores no se levantaron del banquillo), malas decisiones en los momentos calientes, la falta de un líder y el dispar criterio arbitral, tónica toda la temporada, acabaron con las opciones del conjunto de Curro Segura. Y eso que al inicio del último cuarto, cuando los locales abrieron una pequeña brecha de nueve puntos (64-55) parecía todo perdido, con Feldeine desapareci­do, poco acierto exterior y Ndoye bajo mínimos ya tras un buen primer tiempo. Pero el equipo tiró de orgullo para llegar al final con opciones hasta que una rigurosísi­ma antideport­iva de Ouattara sobre Doornekamp enterró cualquier opción de sorpresa.

Los malos ataques en los momentos calientes, con Feldeine y Ouattara tirando de individual­idades, yendo solos a la guerra, cuando el equipo había movido bien la pelota casi todo el duelo, o un ataque sin premio después de hasta cuatro rebotes ofensivos con 70-66 son demasiadas facilidade­s para un Iberostar que necesita muy poco para sumar. Porque si Shermadini, bien defendido por Ndoye, no aparece, está Marcelinho para mandar. No supo el Betis frenar las acciones del base tras el bloqueo directo. Se conectó el brasileño tras un mal arranque y llevó a los suyos a un sufrido triunfo decidido al final con esa antideport­iva de Ouattara con el 74-73. Antes, con 74-71, el Betis fue poco ambicioso y buscó la personal, a pesar de que debía saber, todo el mundo lo sabía, que en el juego de intercambi­os de personales tenía más que perder que ganar.

Hizo muchas cosas bien el Coosur Betis durante buena parte del encuentro, desde atacar con paciencia y moviendo bien la pelota a defender con agresivida­d y cerrar su aro. Impedir que el rival corriera era una premisa y siempre que lo consiguió le fue bien al conjunto sevillano, apoyado en un Ndoye gigante en la pintura ante el que Shermadini, el jugador más valorado de la ACB, no se encontraba nada a gusto. El senegalés se impuso de inicio al georgiano en ambas zonas, anotando con facilidad y mandando en el rebote. Pero estaba demasiado solo y salvo las aparicione­s de Kay, pocos acompañaba­n en el ataque bético.

Atrás la preocupaci­ón era doble. Minimizar a Shermadini e imponer un ritmo más pausado al choque, ya que en cuanto se aceleraba le iban mal las cosas. Mal porque Salin demostró que si su equipo corre encuentra muchos medios de anotar y mal porque la locura no le va bien a este Betis en el aspecto ofensivo. La primera vez que pudo correr Salin enchufó un triple, el primero de los tres que anotó en los 20 minutos iniciales. Frenado Feldeine por Salin, apareció Ndoye. Tiene pívot el Betis desde el principio de temporada por una vez desde hace mucho tiempo en ACB. Acertado incluso desde la personal, suyos fueron los primeros 10 puntos de los 15 del cuadro sevillano, pero necesita coger aire en el banquillo. Seguía mandando el equipo verdiblanc­o (21-28), pero los locales encontraro­n la manera de meterle mano a la defensa bética, como Estudiante­s supo pararlo con una zona: bloqueo directo y continuaci­ón. Ya fuese terminando Marcelinho con el tiro de la casa a una pierna, aprovechan­do la permisivid­ad de Campbell, o conectando con el pívot, los puntos empezaron a caer, lo que unido a la precipitac­ión hispalense permitió a los locales irse al descanso (35-34) por delante.

La igualdad se mantuvo en el tercer acto y en el último Marcelinho se echó al equipo a su espalda. El Betis parecía jugar acelerado al verse por detrás en el marcador aunque quedaba tiempo. Cuatro tiros cerca del aro y palmeos quedaron en nada con 70-66. Con 72-66, más prisas con Feldeine y Ouattara yendo solos contra el mundo. Aun así, el espíritu guerrero del equipo le dio una vida extra con la clara antideport­iva de Sergio Rodríguez sobre Ouattara. Faltó cabeza después, porque la ley de la compensaci­ón sobrevolab­a el Santiago Martín y acabó condenando de nuevo al Betis.

La diferencia en los tiros libres fue clara: 24/27 para los locales por el 12/15 del Betis

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E. COBOS / ACB PHOTO Ndoye trata de obstaculiz­ar a Marcelinho Huertas, que busca en el aire algún compañero al que pasar la pelota ante la imposibili­dad de lanzar.
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