A las 18:00 despedida y cierre
● La ciudad se vacía después del cese de la actividad en la hostelería y el comercio ● Los sectores insisten en la imperiosa necesidad de ayudas
Un escenario insólito se levantó ayer sobre Sevilla, que quedó sumida en el más completo silencio a partir de las seis de la tarde con la entrada en vigor de la medida decretada por el Gobierno autonómico. Bares y comercios echaron el cierre a esa hora y las calles se vaciaron. Arterias claves de la actividad social y económica de la ciudad quedaron solitarias, con apenas unos cuantos viandantes de regreso a sus hogares o en el obligado paseo vespertino al perro. Nunca como hasta ayer se ha susurrado en Sevilla. No había voces, y muchos menos gritos. No había ruido, ni una palabra más alta que otra. No había a quién lanzársela.
La transformación de los barrios, en la periferia y el el centro, con las chapas de los establecimientos echadas a las 18:00 –no se levantarán hasta las 07:00 del día siguiente– es total. La ciudad no parece, ni de lejos, la misma. Sus vecinos tampoco. Es como si la madrugada se hubiese adelantado en uno de esos horarios impuestos cuando se ordena el cambio en los relojes, con la diferencia de que ahora no hay que hacer girar las manecillas ni cambiar los números en el digital. Ha sido el avance del coronavirus el que ha obligado a este adelanto de la despedida y el cierre. La frase “Señores, por favor, vamos a ir cerrando”, se pronunció ayer en todos los bares de la ciudad, de la provincia, a una hora inaudita. Lo hicieron la mayoría de los camareros con el gesto contrito, como pidiendo perdón, disculpas. Qué más quisieran ellos haber estado sirviendo cafés, cervezas y copas hasta la hora de siempre. Imposible.
El mismo “drama” –porque ésta es otra palabra pronunciada hasta el desgaste– ocurría en las tiendas. Pocos minutos antes de las seis de la tarde –el ocaso tendría lugar a las 18:17; o sea, aún con el sol fuera–, los empleados, encargados y propietarios de los establecimientos comerciales, empezaban a despachar –esa otra acepción– a los clientes más rezagados. Ni el más imaginativo de ellos pudo llegar a pensar jamás que le iban a pedir a esa hora que fuera dándose prisa. “Vamos a cerrar...” Y a la calle. Pero a casa.
En el estreno de esta nueva situación, patrulleros de la Policía Nacional y de la Policía Local extremaron la vigilancia para hacer cumplir un horario con el que los gremios más afectados, el de hosteleros y el de comerciantes, sienten que el nudo corredizo de la soga se aprieta aún más.
Esto ha llevado a los primeros a echarse a la calle... en horas de máxima audiencia. Los hosteleros sevillanos convocaron ayer una cacerolada en protesta por las nuevas restricciones en las puertas de sus establecimientos en señal de protesta por las nuevas restricciones. La patronal de los hosteleros sevillanos mostró su satisfacción por el “buen seguimiento” que tuvo la convocatoria, previa a la manifestación de mañana, una marcha para reclamar un plan de rescate al sector con ayudas directas, que partirá desde la Campana y finalizará junto al Palacio de San Telmo.
Desde la Asociación de Hostelería de Sevilla y Provincia (AHS) se había pedido al sector “hacer todo el ruido posible durante un minuto para visibilizar el obligado cierre a las 18:00”, así como que se difundieran vídeos en las redes sociales. Desde la asociación se insiste en la necesidad de que el sector esté unido. “Los gobiernos piensan que no lo estamos y que por ello no protestaremos. Nos sentimos perseguidos y creemos que somos una cabeza de turco, cuando generamos 250.000 empleos y muchos establecimientos, sin esas ayudas, están abocados a la ruina”, advirtieron desde la AHS.
Esta organización y la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES) han instado al Consejo Económico y Social a que apruebe la derogación del artículo de la ordenanza de ruidos que vincula el aforo con el número de veladores. Ambas patronales han elevado esta propuesta al Ayuntamiento de Sevilla para que la concesión de
veladores no se regule en función del aforo interior de los negocios con el objetivo de “salvar cientos de puestos de trabajo y facilitar la concesión de nuevos veladores, ya que supondría un trámite más sencillo”, según informan en un comunicado conjunto.
“Dada la excepcionalidad generada por la crisis del coronavirus, los hosteleros necesitan, más que en ningún otro momento, poder trabajar en las terrazas, ya que hay menor posibilidad de contagio al aire libre”. En este sentido, la “no derogación del artículo de la ordenanza supondrá la desaparición de 800 veladores y, en consecuencia, el cierre de numerosos establecimientos emblemáticos de la ciudad que no cuentan con espacio suficiente en interior, y que verían limitado el número de veladores en cuatro”. Por estos motivos, ambas patronales instan a la reflexión a los colectivos que están convocados el miércoles al próximo Consejo Económico y Social de Sevilla para lograr la salvación de cientos de puestos de trabajo en la ciudad, en un “momento crítico” en el que han cerrado sus puertas más del 20% de los negocios de hostelería.
Por su parte, la CES presentará una enmienda a la totalidad al dictamen al entender que si sigue vigente este artículo hará un grave daño al sector hostelero. Si antes de la pandemia la existencia de este artículo “suponía un gran problema para la enorme cantidad de bares pequeños que existen en la ciudad, con las actuales restricciones de aforo, horarios y la prohibición de servir en barra supone, directamente, condenar al cierre a este tipo de establecimientos”.
En concreto, lo que se pretende modificar es el artículo 30, con la supresión del apartado 7º que establece que “el número máximo de sillas en los veladores no excederá del 50% del aforo de la actividad principal, con un mínimo de cuatro veladores”, siempre que se cumplan las condiciones de instalación y de ocupación establecidas en la Ordenanza Reguladora de Terrazas de Veladores. Además, la supresión de este apartado “viene motivada por el cambio normativo en el marco autonómico” que regula, por primera vez, los veladores desde la perspectiva de la protección acústica y que hace que, junto con la Ordenanza Reguladora de Terrazas de Veladores y la propia Ordenanza Contra la Contaminación Acústica, Ruidos y Vibraciones, exista ya una regulación completa en este ámbito, no sólo desde la perspectiva del ruido sino de la protección de la vía pública y la accesibilidad.
CES y hosteleros piden la derogación de la ordenanza que vincula aforo y veladores