Cuatro euros por acción
● El Sevilla, con un beneficio neto de 1,183 millones de euros, repartirá dividendos tras incluir en el ejercicio a 30 de junio 11,5 millones de ganancia de las competiciones de julio y agosto
El acierto de José Castro y su consejo de administración en dar plenos poderes a Monchi para que rehiciera la plantilla del Sevilla fue pleno. Los resultados deportivos ya lo dejaron claro. Y los resultados de las cuentas anuales del club vuelven a demostrarlo. En un año tan difícil como el actual, por la incidencia del SARS-coV-2 en la economía, el Sevilla terminó el ejercicio 19-20 con beneficios. Escasos, pero beneficios, lo que permitirá al club repartir de nuevo dividendos, aunque en mucha menor escala: habrá 4 euros por acción, frente a los 44 de la temporada anterior.
Se trata de una cantidad bruta que, tras impuestos, sufrirá una rebaja según sea la carga impositiva, sobre personas o sociedades y otras peculiaridades fiscales, pero que el Sevilla reparta beneficios es un síntoma claro de que la sociedad ha salido a flote el año del Covid... y lo ha hecho gracias a su rendimiento deportivo.
Así lo reconoce la memoria de cuentas que firmaron todos los consejeros –incluidos los representantes de José María del Nido– a excepción de Fernando Carrión, ausente por motivos personales, aunque sí constan las firmas de Jesús Carrión y Gabriel Ramos, representante también del grupo Carrión y actual vicepresidente.
En el Informe de gestión con que el consejo remata sus cuentas anuales, se expone expresamente: “La sociedad, a pesar de los efectos económicos negativos de la pandemia, ha incrementado su cifra de negocios, que ha ascendido a 145,266 millones de euros (135,423 en el ejercicio anterior). Esta variación está en gran parte determinada por el incremento de ingresos asociados a la disputa de competiciones europeas, lográndose finalmente el título de campeón de la UEFA Europa League por sexta vez”.
El Sevilla, según esas cuentas que ya están a disposición de los accionistas, presentará un beneficio bruto de 2,822 millones de euros, antes de impuestos; es decir, un beneficio neto de 1,183 millones de euros.
Con ese beneficio, el consejo propondrá a la Junta de Accio
nistas repartir dividendos, aun en esa magra cantidad por acción. De los 1,2 millones aproximados de beneficios, el Sevilla dedicará, para cuadrar el número de 4 euros por acción, un total de 413.868 al reparto de diviendos. Y el resto hasta esos 1,183 millones de euros, es decir 769.439,15 euros exactamente, serán destinados a las reservas voluntarias. Esto quiere decir incrementar los fondos propios.
El ejercicio deja 1,2 millones de beneficios, frente a los ya escuetos 2,476 millones del ejercicio 18-19, gracias al excelente rendimiento deportivo del Sevilla en agosto, como reconoce el propio consejo. En concreto, y según se explica en la memoria de cuentas, el Sevilla tuvo unos ingresos y gastos posteriores al 30 de junio que han sido incluidos en el pasado ejercicio, como
explican los auditores, con salvedades excepcionales por el Covid que justifican esa ilegalidad contable.
La cifra de negocios de julio (Liga) y agosto (Europa League) asciende a 28,8 millones de euros. Ahí van incluidas partidas relativas a la parte proporcional de los derechos televisivos de la Liga y también a las eliminatorias de la Europa League y el triunfo final, con su market pool. En ese mismo periodo, la cifra de gastos es de 17,171 millones, divididos en 15,776 millones por gastos de personal (primas a la plantilla, costes de las prórrogas de contrato de Banega, Bono y Reguilón, por ejemplo) y 1,395 de otros gastos. No está incluida la Supercopa de Europa, que ya es del presente ejercicio. Sin el éxito de Colonia, el balance habría sido negativo.