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La situación en las residencias de mayores de la provincia empeora por días. El crecimiento desbocado de los contagios en los centros sevillanos se refleja en un aumento del 46,3% de las infecciones entre residentes en el último mes en el que se ha pasado de los 314 positivos de mayores y 134 en trabajadores a 445 y 205, respectivamente, según los últimos datos oficiales, del 4 de noviembre, publicados en el boletín oficial de la comunidad. Además, el virus está activo en 71 de los 162 centros de mayores con los que cuenta la provincia por los que son más del 40% las residencias que actualmente contabilizan casos de contagios.
El acumulado de mayores que han dado positivo en residencias de Sevilla llega ya a los 1.181 y son 233 las víctimas mortales registradas, según las últimas cifras facilitadas por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Actualmente hay brotes confirmados en ocho centros, dos de los cuales se han confirmado en la última semana en la residencia Doctor Gregorio Medina Blanco de Espartinas y Nuestra Señora de Gracia de La Puebla de Cazalla, y en total acumulan 257 positivos de los que casi el 80% son residentes.
LOS PROTOCOLOS
Cuando se detecta un contagio en una residencia de mayores de Andalucía, el primer paso es aislar a los positivos y, si la situación empeora, medicalizar el centro enviando a un internista y un número de enfermeras en función de los residentes. Un protocolo que las organizaciones de mayores andaluzas aseguran que “no funciona” y de ahí que el número de contagios esté disparado. “Entre la comunicación del primer caso y que la Junta comienza a hacer test transcurren entre dos y tres días. Eso es darle mucha ventaja al virus”, denuncia el presidente de la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM), Martín Durán.
El geriatra lleva semanas reclamando que, ante la declaración de un brote en una residencia, se evacúe lo antes posible al enfermo a un hospital o centro de evacuación como “medida esencial” para frenar la expansión del virus. Su opinión es compartida por sindicatos y familiares, que denuncian la “dramática” situación que se está viviendo en estos centros donde reclaman la realización de test semanales a trabajadores y residentes.
“Los profesionales del ámbito residencial tienen recursos limitados, no son pequeños hospitales.
Las residencias han sido un medio abierto, participativo y basado en el mantenimiento social y ahora nos vemos en la necesidad de centrarnos más en el aspecto sanitario, sin olvidar que las residencias son el hogar de estas personas mayores, donde las familias son un pilar fundamental”, argumentan en este sentido desde la Sociedad Andaluza de Geriatría y Gerontología.
La situación es tan crítica que Durán advierte que, o se toman las medidas adecuadas, “o todas las residencias acabarán contagiadas”.
PLANTILLAS AL LÍMITE
El contagio de los profesionales y, por ende, sus obligados aislamientos domiciliarios plantean otro grave problema en las residencias de mayores. Desde FOAM apuntan que, con los protocolos actuales de la Junta todos los residentes (contagiados o no) permanecen en la residencia, mientras el número de trabajadores “ha disminuido hasta la mitad”. “Es imposible encontrar sustitutos a esos trabajadores porque nadie se mete en un foco de contagio por un sueldo más bien bajo y con un contrato de corta duración. Nos encontramos con que la mitad de la plantilla tiene que atender al mismo número de residentes, que además requieren una especial atención porque un gran número de ellos están contagiados, y es imposible mantener un nivel digno de atención a los residentes con la mitad de trabajadores, que, evidentemente, terminan extenuados”, denuncia la federación.
Desde CSIF-Andalucía también se unen a estas críticas. El sindicato mayoritario en la Administración andaluza denuncia la situación en la que se encuentran las 14 residencias de mayores de titularidad y gestión directa de la Junta de Andalucía. “Funcionan a golpe de improvisación y el personal está exhausto”, señala con rotundidad. La organización advierte de los “turnos de 12 horas” que deben realizar y de la cantidad de profesionales en situación de baja temporal por contagio o por contacto estrecho con algún positivo. Aunque esos puestos se cubren, el sindicato señala que se tarda “varios días” en hacer efectivas las sustituciones.