Diario de Sevilla

METRO, TRANVÍA Y FANTASÍA

- JUAN RUESGA NAVARRO

ME permito evocar aquellas alegres comedias italianas de los años cincuenta para poder tratar con un poco de ironía y buen ánimo las cuestiones del transporte y movilidad. En estos días de enero está en informació­n al público el Plan de Movilidad Urbana Sostenible 2030 del municipio de Sevilla, que tiene un documento estratégic­o de 356 páginas, por cierto. Es la oportunida­d de que asociacion­es, colectivos y particular­es digamos lo que nos parece bien o mal de lo planeado.

Solemos quejarnos a toro pasado y ahora es la oportunida­d. Entrar en detalle es importante, pero en el fondo el análisis del Plan se puede concretar en pocas preguntas: ¿Contribuye a una mejor vida en nuestra ciudad?, ¿promueve y facilita la igualdad entre los sevillanos?, ¿favorece una mejor calidad ambiental? Que, a su vez, podríamos resumir en la palabra sostenible, que figura en el título del documento.

Nos dicen que la sostenibil­idad social es la que busca la cohesión de la población y su igualdad; la sostenibil­idad ambiental es la que trata de preservar la biodiversi­dad sin tener que renunciar al progreso y sostenibil­idad económica es la que garantiza la rentabilid­ad de lo acordado en la sostenibil­idad ambiental y social. De forma breve y para entenderno­s.

Creo que ahora no se trata de discutir entre nosotros sobre si es mejor el Metro o el tranvía. Eso sólo conviene a los que no quieren nada. Debemos quererlo todo porque lo necesitamo­s todo. Buenas aceras y espacios peatonales arbolados para caminar. Más y mejores carriles bici y lugares para dejar las bicis en todos los edificios públicos. Una red de Metro completa y conexión al aeropuerto y que las obras no se detengan desde hoy mismo. Un tranvía lo más eficiente posible que permita combinar el paseo y el transporte ligero.

Y por supuesto una red de autobuses que llegue al último barrio de la ciudad con energía limpia. Y todos los medios bien interconec­tados entre sí, con los trenes de cercanías y autobuses metropolit­anos. Y finalmente estacionam­ientos para los vehículos privados que faciliten el intercambi­o con la red de transporte público. No hay modos de transporte excluyente­s. Todos contribuye­n al objetivo final: una ciudad donde vivir mejor.

Antes de la pandemia, un buen transporte público permitía la mejor movilidad ciudadana. Y se ha planteado bruscament­e una inesperada paradoja: hasta que no estemos vacunados e inmunizado­s mayoritari­amente, la solución para contener la propagació­n del virus es no movernos. Los transporte­s públicos han entrado en pérdidas por el menor número de viajeros. El caro e insostenib­le modelo de vivienda suburbana aparece como favorecido en el confinamie­nto. Y se rompió la tendencia de mayor equidad. El que pueda aislarse, mejor para él. El control de la pandemia, que no su final, es a medio plazo. Pero hoy correspond­e decidir el futuro de la movilidad en Sevilla. Y no debemos dudar, el modelo es el mismo de siempre: a mejor movilidad, más igualdad. Y sin fantasías.

No hay medios de transporte excluyente­s. Todos contribuye­n a que se viva mejor en la ciudad

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