Diario de Sevilla

“Una anciana pedía auxilio por su ventana”

El parte de los Bomberos refleja los momentos de angustia que se vivieron en la residencia Domusvi y la rapidez con la que se incorporar­on los servicios de emergencia al rescate

- Fernando Pérez Ávila

“Personados en el lugar del siniestro, se observa salida de humos con bajo grado de compactaci­ón pero f lotabilida­d positiva por las ventanas de la segunda planta, ala orientada al noreste, con mayor profusión en el vértice norte de dicha ala”. Así arranca el parte que los Bomberos de Sevilla hicieron tras su intervenci­ón en el incendio de la residencia de mayores Domusvi, al que ha tenido acceso este periódico. Se trata de un informe muy técnico sobre el comportami­ento del fuego y del humo, pero que refleja claramente dos aspectos: la angustia que vivieron los residentes atrapados por las llamas y la rapidez a la hora de reaccionar por parte de los servicios de emergencia­s de la ciudad.

De lo primero queda constancia en la siguiente frase del informe. “En el punto antes mencionado una anciana pedía auxilio desde su ventana”, dice el documento, para seguir describien­do técnicamen­te cómo era el incendio al que los Bomberos se enfrentaba­n. “Las ventanas de la tercera planta también presentaba­n emisión de humos pero con f lotabilida­d neutra o ligerament­e positiva”. En esta frase se describe el movimiento ascendente del humo con el que se encontraro­n los primeros profesiona­les del ser vicio de extinción que entraron en la residencia. En cuanto a la carga térmica, apreciaron una diferencia importante en la “fachada norte a nivel de la segunda planta”.

Los Bomberos distribuye­ron tres equipos para “controlar la combustión con llama y evacuación de ef luentes”, es decir, para apagar el fuego y retirar el líquido que se acumulara en la residencia como producto de estas maniobras. Al mismo tiempo, iniciaron las labores de rescate. Para ello instalaron dos líneas de 25 milímetros, una por cada acceso, y sendos ventilador­es. Con ellos se controló el incendio y se dirigió desde el interior del edificio hasta el exterior, al final del pasillo del ala noreste. “Sin solución de continuida­d se verifica la evacuación sistemátic­a de todos los ancianos, comenzando por los más cercanos al incendio”, añade el parte.

Es ahí donde entra en juego el segundo factor que permitió que aquello no fuera una tragedia de dimensione­s mayúsculas y que sólo muriera una persona: “La incorporac­ión inmediata del resto de los efectivos de la ciudad aceleró el rescate”.

Se estableció un protocolo por el que se daba prioridad a los residentes “que presentaba­n signos evidentes de inhalación de humos”. Los Bomberos los llevaban hasta una zona libre de humo, mientras que policías locales y nacionales los recogían y los trasladaba­n hasta lo que el parte define como “nido de heridos”, y que en un primer momento eran las mismas calles Manuel Mantero y Baltasar Gracián, en la que se acumulaban las ambulancia­s, y que después fue un hospital de campaña montado por el servicio de emergencia­s sanitarias del 061 en los aparcamien­tos de un bloque situado frente a la fachada norte de la residencia.

“Finalizada la evacuación, se repasan de forma sistemátic­a todas las habitacion­es del complejo y se le ordena al personal de mantenimie­nto de la instalació­n el corte de suministro­s a la zona afectada”, apunta el documento.

El informe incluye un apartado de Observacio­nes, en el que se ref lejan un balance de la situación y se apuntan los nombres de una decena de bomberos que se encontraba­n de descanso pero que se incorporar­on al servicio para ayudar a sus compañeros en el incendio de la residencia. “La alerta nos llega a través del 112. A la hora de cerrar este parte, se contabiliz­an un muerto y 14 hospitaliz­ados. El resto de los afectados se llevan al Pabellón de San Pablo para su control”. Y se hace ya una primera estimación de dónde estaba el origen del fuego. “Según la dinámica observada del incendio, parece localizar su foco principal en un cuarto de lencería existente al final del pasillo (lado noroeste) del ala orientada al noreste de la edificació­n. El incendio se desarrolló por el pasillo de la antes indicada, llegando el plano de presión neutra a alcanzar cotas de apenas un metro del suelo”. Los Bomberos incluyen también como observació­n “la rotura de los cierres de los huecos técnicos”, que hizo que el humo fluyese hacia la tercera planta.

Lo que el informe llama cuarto de lencería es una pequeña habitación de poco más de dos metros cuadrados en la que se guardaban sábanas y ropa limpia. La mujer que murió en el incendio se encontraba en la habitación contigua a este cuarto. Fue rescatada todavía con vida de la residencia, pero murió en la calle mientras los sanitarios del 061 trataban de reanimarla. Murió por inhalación de humo y no por quemaduras. La víctima había superado el Covid-19 unos meses antes en la residencia, que fue una de las más castigadas por la primera ola de la pandemia. En esa pequeña sala o almacén estuvo la tarde del martes y la mañana del miércoles la Policía Científica investigan­do el origen del fuego. Para su inspección ocular, los agentes tuvieron que desescombr­ar todos los restos de ropa quemada que había en la habitación. La próxima semana se conocerá con certeza por qué se inició el fuego.

Una decena de bomberos que estaban libres acudieron a reforzar el trabajo

La víctima, que estaba en el cuarto contiguo al foco del fuego, murió intoxicada por el humo

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XXX Sanitarios, policías y vecinos atienden en la calle a algunos de los mayores desalojado­s durante el incendio de la residencia Domusvi.

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