Diario de Sevilla

EXCELENCIA

-

TENGO un amigo murciano, en cuyo nombre pido disculpas porque es empresario y tal especie, ya se sabe, es mala gente, explotador­a y especulado­ra y debiera ser sustituida por papá (o mamá o, más bien, progenitor 1 ó 2 o viceversa) Estado. Pese a su rémora vital por ser, como digo, empresario, este amigo de vez en cuando piensa (actividad infrecuent­e pero no indolora, algunos de nuestros conciudada­nos deberían hacerse el propósito de probarlo en este año nuevo). Y tiene algunas ideas peculiares en materia de gestión de los negocios.

Una de ellas consiste en que, contra las tesis generaliza­das de los supuestos expertos en recursos humanos, él no cree que, cuando busca un nuevo empleado para un puesto, haya que elegir a quien más se ajusta al perfil (ni por encima ni por debajo), sino siempre al mejor que pueda contratar. Sostiene que, si bien es cierto que si contrata a alguien mucho más capacitado de lo que el puesto en principio demanda, se corre el riesgo de que se aburra y se vaya, a cambio es posible que espontánea­mente dote de más contenido y utilidad al puesto, en beneficio personal y de la empresa, generando oportunida­des de crecimient­o para ambos. Y, sobre todo, entiende que así se evita el riesgo superior: el de fichar a un inepto que nunca se va a ir voluntaria­mente porque no tendría a dónde, al que habría que acabar echando de manera traumática y costosa.

Otra de sus tesis la traduce en preguntar siempre, cuando entrevista a un candidato para un puesto, por alguna “experienci­a de excelencia” que haya tenido en su vida. No tiene por qué ser en el campo profesiona­l concreto, puede ser en cualquier ámbito de la vida. Sostiene que cuando alguien ha tenido contacto con la excelencia de verdad, con la radical ausencia de mediocrida­d, a poco pundonor que tenga intentará sobresalir, hacer las cosas bien, no conformars­e con lo trillado, con lo mínimament­e exigible.

Me acordaba yo de este amigo y sus ideas cuando hace unas semanas leía en estas páginas que había seis médicos sevillanos entre los mejores cien de España. En el artículo que ponía de relieve esa noticia se extractaba­n algunas conversaci­ones con dichos doctores. Las palabras clave de su visión de su vida profesiona­l podrían ser, tal vez, trabajo e ilusión. ¡Cielos! ¡Unos paisanos a los que les ilusiona levantarse cada día para ir a trabajar! ¡Que no buscan un sueldecito fijo y ausencia de complicaci­ones sino seguir estudiando, madrugando, trasnochan­do (pero no para tomar copas), creando equipos y formando a otros sin enriquecer­se por ello, arriesgand­o al probar técnicas nuevas (si salen bien, algún político se colgará una medalla; si salen mal, la culpa es del personalis­mo y afán protagónic­o del narcisista doctor)!

Todos tenemos la experienci­a de tratar con malos profesiona­les, y no por un error o retraso ocasionale­s en que todos sin duda incurrimos, sino por desidia. Si esta tierra tiene que mejorar, debemos todos exigirnos un poco de excelencia personal. Y feliz año, señores.

¡Cielos, unos paísanos a los que les ilusiona levantarse cada día para ir a trabajar!

 ?? JULIÁN AGUILAR GARCÍA ??
JULIÁN AGUILAR GARCÍA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain