Retrasar la terapia oncológica cuatro semanas eleva un 8% la mortalidad
● Varios expertos analizan los efectos de la pandemia en pacientes de cáncer, como la demora en diagnósticos o tratamientos por la saturación del sistema sanitario o por el temor a ir al hospital
Cada cuatro semanas de retraso en el comienzo de una terapia contra el cáncer, ya sea radioterapia, quimioterapia o cirugía, aumenta la mortalidad de los pacientes entre un 6 y un 8%.
Así se puso de manifiesto en el Foro Efe Salud Diagnóstico y tratamiento del cáncer en la era Covid, organizado en colaboración con Quirónsalud y en el que diversos expertos analizaron los efectos de la pandemia en pacientes oncológicos, como los retrasos en los diagnósticos o tratamientos, ya sea por la saturación del sistema sanitario o por el temor a acudir a un hospital.
Durante el encuentro, que se celebró con motivo del Día Mundial contra el Cáncer que se celebró ayer, el jefe de Cirugía Oncológica de Quirónsalud Torrevieja y Alicante, Pere Bretcha, citó un artículo de finales de 2020 que estudiaba el aumento de la mortalidad debido al retraso en los tratamientos entre un grupo de 1,2 millones de pacientes con siete tipos de cánceres, los más comunes y agresivos (pulmón, cérvix, recto, colon, mama, cabeza y cuello).
Según Bretcha, que también fue presidente de la Sociedad Española de Oncología Quirúrgica (SEOQ), el estudio concluye que cada cuatro semanas que se retrase el inicio de la terapia aumenta entre un 6 y un 8% la mortalidad y, aunque no es un estudio que estuviera dirigido a ver las consecuencias del Covid, el resultado es “una cifra realmente llamativa” que “nos avisa de las consecuencias” que supondrán esos retrasos.
Por su parte, el especialista en Oncología de Quirónsalud Torrevieja Joseba Rebollo destacó que ya era conocido que los retrasos en la quimioterapia complementaria a una cirugía en mama o colon suponían un deterioro en la eficacia de tratamiento. En concreto, cada mes de retraso supone un 12% de pérdida de eficacia más allá de las ocho semanas después de la cirugía, lo que “significa que 5 meses después la eficacia de la quimioterapia se reducía a la mitad”.
Esta consecuencia no es homogénea en todos los tumores, ya que cada uno es distinto y reacciona de manera distinta a ese retraso en la terapia. “Algunos son de muy lenta evolución, como el de próstata”, por lo que retrasar unas semanas el tratamiento no supone una pérdida de eficacia o expectativas, pero en otros como el de mama o el de colon, un retraso de uno o dos meses “supone un cambio de estadio en el que nos encontramos la enfermedad y esto impacta en la supervivencia”, afirmó Rebollo.
En su opinión es una situación “muy grave” y “es lo que nos vamos a encontrar en un futuro”.
Preguntados sobre si esos retrasos se están produciendo en la realización de pruebas diagnósticas, en la aplicación de tratamientos o en la primera consulta ante una sospecha oncológica, los expertos consideran que es este último factor el que genera esa demora.
De hecho, el presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer en Valencia, Tomás Trénor, resaltó que un estudio realizado por su organización revela que “las
Esta consecuencia no es homogénea, ya que cada tipo de tumor es distinto y reacciona diferente
primeras consultas han disminuido en un 20% en relación con un periodo anterior”. Señaló que, si bien la situación depende mucho de cada región y hospital, muestra como el temor de los pacientes a acudir a los centros hospitalarios ha producido cierto retraso.
Trénor indicó que ese estudio analizó los posibles retrasos en diagnóstico y tratamiento “y, aunque los hay, son menores que los de las primeras consultas”, ya que “se está haciendo un esfuerzo muy grande para no retrasar las intervenciones ni tratamientos de los enfermos de cáncer”.