La repoblación en 1787 de la Florida Oriental rechazó a vagos y no católicos
● El Archivo de Indias ofrece detalles del episodio en su documento del mes
El documento del mes del Archivo General de Indias recoge la descripción que hace en 1787 de la Florida Oriental española el gobernador Vicente Manuel de Céspedes, que aborda la repoblación de la zona, pero sólo con católicos y extranjeros que aprendan español, y se rechaza a “vagos y viciosos que viven del resto”.
Con respecto a la población indígena de la zona, la tribu mayoritaria era la de los indios “Rayados”, con quienes los españoles mantenían buenas relaciones, según el autor del texto, quien vaticina que cuando la población blanca creciera podrían producirse conflictos con los indios por el territorio y por la caza, su principal sustento. Por este motivo, se firmaron sucesivos tratados comerciales entre ambos, según recoge el documento, que puede consultarse en la web del Archivo de Indias.
Para la repoblación se dictan 17 reglas, entre ellas que a los negros también se le podían conceder tierras, pero la mitad que a los blancos, y que en cualquier caso en dos años tenían que construir una casa, pero si no podían porque eran pobres el rey les daba una casa de madera.
También hace un recorrido exhaustivo por el territorio en cuanto a sus características físicas, f lora y fauna.
Para realizar la primera siembra y cosecha se le daban a los pobladores las semillas y útiles necesarios así como animales domésticos como “vaca, marrana, gallo y gallinas”.
El Archivo de Indias subraya que, a pesar de ser una zona muy despoblada, para la repoblación que se reclama con el objetivo de igualar en habitantes a Georgia en 25 años y evitar una posible invasión se imponen restricciones a la inmigración, como ocurría con las nuevas poblaciones de Carlos III.
Teniendo en cuenta que aún había un gran número de ingleses en Florida, un objetivo de la corona española es adoctrinarlos en el catolicismo, para lo que se valen de cinco sacerdotes, que tenían un altar portátil.
Además de la misión evangelizadora, los sacerdotes debían fomentar el matrimonio para que los hijos de estos nuevos pobladores de Florida nacieran en el seno de la iglesia católica. En 1821 Florida dejó de ser española y pasó a Estados Unidos, que impuso sus nuevas políticas