El Sevilla recibe al Athletic para seguir en pos de la Liga
Con los corazones acelerados, el sevillismo abre perimetralmente la caja de las ilusiones. Nunca dejará de sorprender este club y este equipo a propios y a extraños y ahí está el vestuario que dirige Julen Lopetegui haciendo números y pendiente de partidos que se celebran en las grandes plazas de España por si cae la breva. El “mira que si...” está en boca de media Sevilla. O en las dos, cada uno con su tono y su subjetivo significado.
El gol de Jorge Molina el jueves en el Camp Nou incendió aún más la Liga y el sábado más todavía pudo hacerlo Fidel, una zurda de Riotinto que paró los pulsos con un penalti en el Elche-Atlético que lanzó al palo en el minuto 91.
El sevillismo lo que sueña es que esa sensación dure cinco jornadas más. Significaría que llega peleando hasta el final, aunque para eso ha de ir tirando fichas de dominó sin fallar ninguna, siempre atento a que la que caiga desplace a la siguiente.
Hoy en el Ramón SánchezPizjuán comparece un duro rival que no va a tender un puente de plata a los blancos. El equipo de Marcelino guerrea igual o más incluso que el de Lopetegui, pero la ilusión en estos casos también puede lo suyo. Claro que tampoco es poco lo que se juega el equipo bilbaíno, pendiente de entrar en
Europa y que en esa batalla despellejaba hace poco al mismísimo líder en San Mamés dejando en Sevilla las mismas sensaciones que el Granada en Barcelona.
No obstante, todo será para nada si los nervionenses no hacen sus deberes. Si ya es un éxito ser considerado un candidato al título, lo que es –ya sí– una realidad, tampoco deja de ser una verdad como un templo que es el que peor lo tiene por cuanto atesora menos puntos que ninguno y encima pierde los duelos particulares con todos ellos.
Eso no quiere decir que no sea posible cumplir el sueño, pero para verlo hecho realidad lo que debe hacer es ganar, ganar y ganar y, como decía Luis Aragonés, volver a ganar. Alguno dirá con tino que es precisamente lo que está ha