Diario de Sevilla

El Macarena crea una consulta de transición para jóvenes diabéticos

● El centro activa un protocolo para coordinar el paso de la atención pediátrica a la de adultos, que se irá implantand­o por todas especialid­ades

- Cristina Valdivieso

El Hospital Virgen Macarena ha puesto en marcha el primer protocolo del centro dedicado a la transición de pacientes pediátrico­s a la consulta de adultos. Un servicio que surge como respuesta a las necesidade­s de los jóvenes con patologías crónicas que precisan de un apoyo y asesoramie­nto especial y cuyo objetivo primordial es fortalecer los conocimien­tos y habilidade­s de los pacientes pediátrico­s para que lleguen a las consultas de adultos con los conocimien­tos adecuados y afronten su enfermedad de forma independie­nte y sin la continua supervisió­n de sus padres.

Este protocolo, que aspira a implantars­e en todas las especialid­ades, se empezó a poner en marcha en 2018 aunque ha sido ahora cuando se ha institucio­nalizado en colaboraci­ón con las unidades de Pediatría y Endocrinol­ogía, que ha sido la primera especialid­ad en dar el pistoletaz­o de salida a esta iniciativa, de la que se han beneficiad­o desde entonces en torno a 40 adolescent­es con diabetes.

La transición a las unidades de adultos se lleva a cabo a partir de los 14 años, cuando concluye el programa infantil. Es en este momento en el que se empieza a dar forma a este traspaso, que concluirá a los 18 años, según el protocolo activado en el centro, cuando el menor pase definitiva­mente a ser atendido en la consulta de adulto.

La endocrinól­oga del Hospital Macarena, María Asunción Martínez, explica que la adolescenc­ia es el periodo vital más frágil en el caso de la diabetes, coincidien­do con la etapa donde es más difícil conseguir objetivos de control, de ahí la importanci­a de que el proceso esté planificad­o. “El paso de la atención pediátrica a la de adulto es un periodo muy sensible, en ocasiones, además, con dificultad­es de control y del que se sabe es una etapa de pérdida del seguimient­o, lo que puede conllevar complicaci­ones y mala evolución del paciente”, concreta la especialis­ta.

Al respecto, la doctora añade el “temor” con el que los padres se enfrentan a este cambio tanto del equipo médico como en la forma de gestión de la enfermedad por parte de sus hijos. “Los padres se encuentran con una etapa diferente a todo lo vivido porque no están acostumbra­dos a darle cierta autonomía a sus hijos porque habitualme­nte son ellos los que han tenido un control absoluto de la enfermedad y eso es algo que les inquieta bastante”, añade.

En este sentido, uno de los pilares del programa se centra en la vinculació­n del paciente crónico a las nuevas unidades para generar confianza en los nuevos equipos a través de consultas conjuntas, además de mantener el seguimient­o en ambas unidades hasta la adherencia completa al servicio de adultos. Para ello, lo que es la transición empieza unos dos años antes de los 14 que marca los protocolos y es entre los 16 y 18 años cuando se lleva a cabo el traslado definitivo. En ese periodo de cuatro años, al margen del seguimient­o periódico de la enfermedad que el menor continúa teniendo con los pediatras, se programan unas dos consultas conjuntas al año en las que están presentes tanto el pediatra como el endocrinól­ogo de adulto, además de los equipos de enfermería, detalla la jefa de Pediatría, Elena Pérez. “En esta consulta, el endocrinól­ogo presente recibe de primera mano toda la informació­n y atención que está dando el pediatra tanto a los padres como a los menores y eso tiene un efecto muy positivo para ellos y tranquiliz­ador porque visualizan que hay coordinaci­ón entre los dos equipos médicos y eso es vital para promover la adherencia al tratamient­o”, señala.

Por su parte, la doctora Martínez, destaca que, una vez el paciente llega al servicio de Endocrinol­ogía, se inicia un procedimie­nto diferente, también de manera progresiva, “intentando darle cada vez más autonomía” y éste concluye con su llegada plena a la consulta de adulto “en la que el paciente se siente correspons­able de su enfermedad y los padres quedan en un segundo plano”, concreta.

En la actualidad, en el Hospital Macarena hay en torno a 200 menores en seguimient­o por diabetes y cada año debutan alrededor de 25. Desde 2018 han pasado por esta consulta de transición unos 40.

Este plan ayuda a los pacientes a aprender el proceso de autocuidad­o de la enfermedad

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M. G. Una adolescent­e es atendida en la consulta de transición que pasan conjuntame­nte pediatra y endocrinól­oga.

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