Bale y Ramsey impulsan a Gales
La conexión entre dos de los jugadores referencia de País de Gales, Gareth Bale y Aaron Ramsey, situó virtualmente al conjunto de Rob Page en los octavos de final de la Eurocopa y condenó a Turquía a una segunda derrota que le deja al borde de la eliminación.
Gales, con el mismo once titular que ante Suiza, supo administrar bien el partido. Rápido cuando se precisaba con Daniel James por la izquierda, sólido atrás cuando el desgaste hacía mella y atento a aprovechar las facilidades de su rival. No le quedaba otra a Senol Gunes que buscar soluciones. En el descanso dio entrada a Yusuf Yazici y Merih Demiral en lugar de Ozan Tufan y Okay Yokuslu, que habían naufragado en la primera mitad. Casi las encuentra, pero Burak Yilmaz se precipitó en el borde del área pequeña y malogró una clara opción para encaminar la resurrección. Los dragones rojos, que en esta oportunidad parecían más los socceroos australianos (uniformados con camiseta y medias amarillas y pantalón verde oscuro), no solo administraron su ventaja, sino que primero Ramsey y luego Bale pudieron ampliarla, principalmente el zurdo madridista. Pudo haber sentenciado el encuentro a la hora de partido y haber redondeado una magnífica actuación. En cambio, su lanzamiento de penalti se fue elevado a la grada del Olímpico. Casi acto seguido volvió a rozar el segundo gol al taponar un despeje del guardameta otomano.
Su fallo dio vida a Turquía, que, con más empuje que fútbol, nunca se rindió para sumar al menos un punto e incrementar sus opciones de pasar a octavos. Pero no tuvo ideas y las pocas las abortó el meta Danny Ward en un remate de cabeza de Merih Demiral. En plena frustración turca, y con el añadido cumplido, aún le quedó tiempo a Bale para redondear una magnífica actuación y resarcirse del error del penalti con su segunda asistencia, a Connor Roberts, que selló el definitivo 0-2.