Una roca y el gol anulado a Benzema
● Las prestaciones de los franceses en Múnich opacan las diferencias internas en la campeona del mundo
“Da gusto cuando se ve a Kylian (Mbappé) recuperar un balón 5 segundos después de haberlo perdido, a Karim (Benzema) presionar y a Antoine (Griezmann) bajar a echar una mano”. Raphael Varane, el patrón de la defensa francesa, resumió ayer miércoles en lo que se ha convertido la selección francesa: en una roca en la que todos se arremangan.
En la victoria en la Eurocopa ante Alemania (1-0) en el Allianz Arena de Múnich, sólo Benzema se volvió a quedar con la miel en los labios.
Le anularon un gol por fuera de fuego en el minuto 85, cuando había culminado un pase de Mbappé. Su tanto número 28 con Francia le espera. En tres partidos desde que regresó a la selección después de 7 años y medio de ausencia, falló un penalti y remató al poste en el amistoso ante Gales y se marchó lesionado frente a Bulgaria, en otro partido de preparación.
“Fue verdaderamente una prestación colectiva ante Alemania”, insistió Varane. “No les dejamos espacios”, añadió. Y así fue. Traspasar la tupida línea de medios formada por Paul Pobga, N’Golo Kanté y Adrien Rabiot era prácticamente una quimera para los alemanes. Y cuando lo conseguían, se topaban con Varane y Presnel Kimpembé (PSG).
“Nos entendemos muy bien”, confirmó el central del Real Madrid. Resultado de esta entente defensiva: Alemania no estuvo en condiciones de rematar con comodidad. No lo hizo entre los tres palos ni una sola vez. Una plácida noche para el capitán Hugo Lloris.
Además de Varane, impecable al corte y en la anticipación, Pogba sobresalió entre todos. El centrocampista de 1,91 metros vive su mejor momento con les bleus. La UEFA le consideró el mejor del partido. Su pase con el exterior de un pie en profundidad a Lucas Hernández fue decisivo.
El lateral del Bayern de Múnich pudo centrar entonces al corazón del área y Mats Hummels, en su intento para que el balón no llegase a Mbappé, marcó en propia portería.
Pogba, uno de los pesos pesados del vestuario y campeón del mundo en 2018, compareció nada más ganar el encuentro. Una intervención marcada por cierta polémica, cuando retiró la botella de una marca de cer vezas de la mesa de la conferencia de prensa.
Un gesto que muchos han relacionado con el de Cristiano Ronaldo, quien en otra conferencia en la Eurocopa retiró de la mesa unos refrescos de una conocida marca y puso en su lugar una botella de agua.
“Seguimos con hambre de victoria, como en 2018”, aseguró el centrocampista del Manchester United. También abordó el incidente con el defensa alemán Antonio Rüdiger, quien hizo un gesto de morder en la espalda a Pogba durante el primer tiempo. El árbitro español Carlos del Cerro Grande no pitó nada. Pogba aseguró que hubo mordisco, pero le restó importancia.
Otro jugador que dio que hablar en el triunfo galo fue Mbappé. Su esprint en el segundo tiempo, de una velocidad estimada en 37 km/h, desarboló especialmente al fornido Hummels, quien se tuvo que echar al suelo para pararlo en una acción que los franceses reclamaron como penalti.
Visto lo visto, las polémicas de los últimos días (malestar de Mbappé con Olivier Giroud, la jerarquía en el lanzamiento de penaltis) son cosas del pasado para los chicos de Didier Deschamps. Se refuerzan como los candidatos a batir.