Diario de Sevilla

Cuatro ediles en la carrera por la Alcaldía

Espadas quiere gestionar los tiempos y alargar su salida del Ayuntamien­to

- MARÍA JOSÉ GUZMÁN mjguzman@grupojoly.com

DICE que dejará su cargo cuando permanecer en él suponga más perjuicios que beneficios. Y algunos, cada vez más, opinan en su entorno que ese momento ha llegado y que debería acelerar su despedida. Juan Espadas compatibil­iza su cargo de alcalde con el de secretario general del PSOE andaluz y candidato a la Junta de Andalucía. Es algo legítimo y para nada excepciona­l, pero implica una dispersión que no beneficia ni al aspirante ni tampoco a Sevilla, una gran capital y la de mayor tamaño que gobiernan los socialista­s.

Los riesgos de la aventura autonómica de Espadas no sólo son personales, una amenaza clara es el desgaste del gobierno municipal y su consiguien­te debilitami­ento a la hora de revalidar la Alcaldía. Desde las primarias en las que el socialista se impuso a Susana Díaz las tensiones no sólo se han producido en el pleno municipal, de hecho el último del debate del estado de la ciudad se centró en buena parte en la marcha del alcalde. En el grupo socialista la inquietud se ha ido acrecentan­do a la espera de conocer quién será el elegido por Espadas para presidir la corporació­n y concluir el mandato. Y la misma vehemencia con la que algunos se posicionar­on al lado del alcalde durante el proceso orgánico se observa ahora en una suerte de campaña que se desvela a trazos por las redes sociales. No hay elegidos, pero sí concejales que se postulan claramente, otros que se ponen a disposició­n del alcalde y alguno que mira a los dos lados esperando una señal.

En la agenda de Espadas aún no ha habido un hueco reservado para abordar el tema de manera formal. ¿Por qué? En los últimos dos meses una de las frases recurrente­s de su equipo para eludir preguntas sobre el futuro ha sido la de cuando lleguemos al río cruzaremos el puente. Y, de momento, sólo ha atendido llamadas muy puntuales sin haber resuelto ninguna incógnita.

Su intención, al menos hasta ahora, ha sido agotar al máximo los tiempos para dejar resueltos el mayor número de temas posibles y cumplir su compromiso como alcalde en un mandato truncado, en gran parte, por la pandemia. Conforme su proyecto en el partido ha ido avanzando con éxito, su plan más inmediato es lograr la aprobación del presupuest­o para el año próximo, clave para evitar una parálisis municipal y tarea ahora más complicada con una oposición descompues­ta, desde el PP a Adelante Sevilla, y dispuesta a endurecer el discurso y un pacto con Ciudadanos que ya no es firme.

Un plazo razonable para que Espadas se despidiera sería el último trimestre del año, pero para ello debería empezar a delegar mucho más en su equipo de gobierno. De él saldrá su sustituto. Quien tome el relevo debe ser concejal del grupo y su núcleo duro se reduce a cuatro ediles: Antonio Muñoz, Juan Carlos Cabrera, Juan Manuel Flores y Adela Castaño. ¿Hay una posible terna? De momento, el foco mediático se ha centrado en los dos primeros, dos de los hombres fuertes del gobierno, por el peso de las competenci­as que dirigen. Ambos se han visto desde el inicio como los dos polos que complement­an la visión de la ciudad de Juan Espadas, proporcion­ando el equilibrio entre la derecha y la izquierda, la Sevilla más tradiciona­l y la más innovadora, la más rancia y la más moderna... Y precisamen­te estos valores juegan ahora en contra porque los presentan como candidatos con carencias.

¿Hay algún posible aspirante redondo? Espadas no lo era cuando aspiró por primera vez a la Alcaldía y ambos son a día de hoy más conocidos que lo era entonces el hoy alcalde. Cabrera no esconde su entusiasmo ante la posibilida­d de convertirs­e en alcalde accidental, a pesar de ocupar el puesto número 7 en la lista electoral. Pero cualquier sondeo improvisad­o revela que Muñoz cuenta con un mayor reconocimi­ento a su gestión y trayectori­a, incluso en otros círculos ajenos al PSOE, donde muchos alaban su seriedad y conocimien­to y autoridad en los temas que gestiona. Y en el partido recibe elogios de todas las facciones, incluidos algunos que se posicionar­on al lado de Susana Díaz, esto es, en contra de Espadas. Haber sido un militante con poca vida de partido le ha servido entre los suyos alguna vez el calificati­vo de tecnócrata pero le ha evitado hasta ahora tener enemigos internos.

Muñoz sería la persona adecuada para continuar con la línea de gestión de Espadas. Los dos empezaron juntos y han trabajado en los últimos tres mandatos con entendimie­nto. En sus círculos más cercanos dicen que si bien la Alcaldía no fue nunca el sueño de Muñoz, asumiría el cargo con responsabi­lidad y la misma lealtad que ha demostrado en este tiempo. Y el encargo sería, además, un premio a su gestión que le permitirá, con seguridad,

abrirse otras puertas a otro nivel cuando llegue el momento de abandonar la Plaza Nueva.

Pero hay un detalle por definir que condiciona también la elección del sustituto para lo que resta de mandato. ¿Será el mismo quien se convierta en alcaldable en las próximas municipale­s? ¿O el candidato será otra persona ajena al equipo actual? Las expectativ­as cambiarán sustancial­mente para quienes aspiran ahora a tomar el relevo a Espadas.

Escenario con Montero o Celis

Es probable que esta decisión no sea inmediata y que dependa del éxito o fracaso del propio Espadas en su carrera hacia la presidenci­a de la Junta de Andalucía. Si el PSOE no recupera el Gobierno andaluz, lo lógico sería que apostara por un candidato o candidata muy fuerte para apuntalar la Alcaldía de Sevilla y ahí podría justificar­se un desembarco de peso de Madrid como María Jesús Montero, considerad­a en el partido como la candidata más óptima. ¿Y Alfonso Rodríguez Gómez de Celis? A nadie se le escapa que sigue de cerca los movimiento­s y que podría ser también el candidato en 2023. Si Espadas logra instalarse en San Telmo quizás los vientos soplen más favorables cuando lleguen los comicios municipale­s y al PSOE le baste con reforzar a quien haya ocupado la Alcaldía hasta ese momento siempre que no haya cometido errores.

A Espadas le cuesta delegar, es su condición, querer controlar todo. Y quienes lo conocen aseguran que otro de sus empeños es contentar a todos y ahí entraría también Adela Castaño que, pese a ser el perfil más alejado para la Alcaldía, muestra gran fidelidad al alcalde y probableme­nte saldrá reforzada en el nuevo reparto de las competenci­as. Este empeño personal dificultar­ía la apuesta por su sucesor, pues le obliga a elegir y premiar a uno sobre el resto.

Hay otros posibles escenarios. Si sigue agotando el tiempo y la intención, además, es optar para las municipale­s por un candidato nuevo, externo, hay otras opciones en su equipo en las que, hasta ahora, no se ha puesto el foco. Entre sus más estrechos colaborado­res está también Juan Manuel Flores. Este edil reúne capacidad de gestión, experienci­a, confianza y una máxima discreción que lo convierte en un alcalde ideal para un periodo corto, de cierre de mandato, donde el morbo y el debate político se anule y no ensombrezc­a el protagonis­mo de Espadas.

La alternativ­a con menos posibilida­des es la de Sonia Gaya, a pesar de ser la número 2 y, por tanto, el relevo natural. La edil ya entró en el cartel electoral de Espadas como una imposición del partido, adelantand­o a Muñoz por la obligación de la lista cremallera que reservaba ese puesto a una mujer. Gaya es susanista y se ha posicionad­o en el proceso interno al lado de la ex presidenta. Tiene asumido que debe dar un paso al lado pero por su trabajo y su actitud en el mandato merece un tratamient­o digno. No parece que vaya a plantear ningún conflicto ni a ser ningún obstáculo sea quien sea la persona elegida.

Faltan casi dos años para las elecciones municipale­s, pero el PP ya cuenta con un nuevo alcaldable, José Luis Sanz, que ya se pasea por los pasillos virtuales. La carrera hacia la Alcaldía toma impulso y es probable que septiembre y el nuevo curso político marquen el pistoletaz­o de salida oficial, argumento a favor de quienes en el PSOE urgen la salida de Espadas y la elección de quien tendrá que encargarse no sólo de continuar con la gestión actual, sino construir nuevos puentes con los grupos de la oposición que, en todos los casos, presentan fracturas internas y muestran un liderazgo discutible.

Flores puede ser el tapado y Gaya, la 2, se sabe excluida y confía en una solución digna

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Espadas despacha con Muñoz tras el acto de presentaci­ón de la nueva marca Sevilla.
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ANTONIO PIZARRO
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Los concejales Juan Carlos Cabrera, Juan Manuel Flores y Sonia Gaya.
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