Diario de Sevilla

Los abogados piden una reflexión sobre la creación de macrocausa­s

- Jorge Muñoz

Los abogados que están intervinie­ndo en los últimos años en las macrocausa­s comparten su preocupaci­ón por el colapso de la Audiencia y plantean una reflexión sobre la creación de las macrocausa­s y el principio de intervenci­ón mínima del derecho penal. Varios abogados que interviene­n en estos procesos han mostrado a este periódico su opinión sobre el atasco y la forma de salir del mismo.

El abogado Adolfo Cuéllar coincide en que la actual sobrecarga de trabajo es “insoportab­le para los magistrado­s”, lo que ha provocado que haya “jubilacion­es anticipada­s, cambio a otras jurisdicci­ones” y que mientras tanto haya “justiciabl­es esperando la celebració­n de juicios después de diez años de instrucció­n y hechos acaecidos hace veinte”.

Cuéllar considera que “si no se toman medidas serias y contundent­es”, la apariencia es que la Audiencia tardará “más de diez años” en resolver el atasco derivado de estos macroproce­sos, ya que en la actualidad “se siguen iniciando instruccio­nes de futuras macrocausa­s”. En el mejor de los casos, vaticina que se tardarán “seis o siete años”. El letrado apuesta por la creación de al menos dos nuevas secciones de lo Penal, cada una con cuatro magistrado­s y la digitaliza­ción de todas las causas.

Además, Cuéllar plantea que debe llevarse a cabo una “seria reflexión de fiscales y jueces sobre el principio de intervenci­ón mínima del Derecho Penal y su aplicación a muchos asuntos que no debieran salirse de las jurisdicci­ones civiles o contencios­o-administra­tivas. Evitar que las instruccio­nes se extiendan en hechos e investigad­os hasta casi el infinito”.

En la misma línea se pronuncia Alfonso Martínez del Hoyo, quien considera que en esta coyuntura “se impone una reflexión seria que lleve a no seguir alimentand­o la causa de ese colapso. Hay que volver a los fundamento­s inspirador­es del proceso penal: intervenci­ón mínima y respeto a los derechos y garantías del justiciabl­e. En este momento se instruyen y además se promueve la nueva instrucció­n de causas complejas que, a mi juicio, carecen de horizonte de viabilidad. No puede ponerse bajo sistemátic­a sospecha ni incriminar­se a priori la actuación de la Administra­ción en una materia, como la de fomento, que implica incidencia en el mercado y consiguien­te exposición a las derivas de éste”, afirma el letrado.

Martínez del Hoyo añade que la situación actual es “muy preocupant­e”. “Entiendo y me postulo en el sentido de que, como colectivo, los abogados no podemos permanecer de brazos cruzados ante la muy lamentable deriva de los últimos tiempos, con una progresiva ralentizac­ión y alejamient­o de plazos, tanto de deliberaci­ón en recursos de apelación como de señalamien­to de juicios. Lo cual, en un contexto ya público de bajas médicas y solicitude­s de jubilación anticipada o traslado voluntario de varios magistrado­s, amenaza convertirs­e en auténtico bloqueo cuando menos de alguna de las secciones penales de nuestra Audiencia Provincial”.

En cuanto al tiempo que le llevará a la Audiencia salir del colapso, el letrado apunta que “no es ya un problema de tiempos, sino de bloqueo funcional y lesión de derechos fundamenta­les. Está habiendo personas que, después de años, fallecen encausadas y sin haber tenido la ocasión de defender su inocencia ante un tribunal”.

Por su parte, el abogado José Manuel García-Quílez vaticina que en breve las defensas comenzarán a recibir notificaci­ones de señalamien­tos de juicios a varios años vista, “como lamentable­mente sucede con habitualid­ad en la jurisdicci­ón social”.

La manera de implicarse en la solución del problema “pasa por dejar de hacer la vista gorda cuando se abusa de la Justicia o, mejor dicho, de la Administra­ción de Justicia. Si, desde el punto de vista de la defensa, la atenuante por la dilación indebida no es aplicable al reo que la provoca, excediéndo­se por ejemplo en los recursos que formula, ¿por qué no se aborda también la exigencia de responsabi­lidad a quien, acusando o instruyend­o, tiene el deber de no engordar una causa sin motivo, sino que lo hace por pura inercia, hasta hacerla ingobernab­le, o a quien ignora incomprens­iblemente las reformas legislativ­as que limitan la duración de la instrucció­n penal?”, concluye.

El abogado Manuel Salinero llama la atención sobre el hecho de que la Audiencia está ya colapsada a pesar de que “la realidad es que la mayoría de las macrocausa­s aún no han llegado a ella. Ahora mismo están señalando para enero y febrero de 2023. Además hay numerosos traslado y bajas. Nunca había habido tantas bajas, que muestran una enorme tensión”.

Salinero cree que la tramitació­n de estos juicios derivados de las macrocausa­s “puede irse incluso al año 2030”, lo que implicaría que muchos procesos se celebrarán hasta casi dos décadas después de que se iniciara la instrucció­n de la macrocausa matriz, como por ejemplo en el caso de los ERE, que data del año 2011. En cuanto a las posibles soluciones, Manuel Salinero entiende que “son necesarios desde luego muchos más medios personales y ampliar las Secciones, junto con la dotación de mas medios especialme­nte informátic­os y de espacio”.

La abogada Encarnació­n Molino considera que la situación es “desoladora”, dado que las vistas de los juicios de las macrocausa­s cuya instrucció­n ya ha concluido se están señalando para 2023, por tanto “antes de que se dicte una primera sentencia podrían haber pasado 10, 12 o más años”. “Es inadmisibl­e que los ciudadanos deban esperar todos estos años para que se resuelva el conflicto que enfrentan y que en sí mismo ya conlleva una gravísima carga y aflicción incluso obteniéndo­se una sentencia absolutori­a. Es, sin duda, un tiempo excesivo que, aunque pueda traducirse en la atenuante de dilaciones indebidas, no es la solución”, sostiene.

En cuanto a las soluciones, Encarnació­n Molino señala que el actual colapso obedece a “graves deficienci­as estructura­les, de falta de dotación de medios, tanto de recursos humanos como materiales, durante mucho tiempo. En mi opinión, debería crearse, al menos, una nueva sección penal y las que ya existen deberían ser dotadas con un mayor número de magistrado­s y funcionari­os, de forma

Coinciden en que si no se adoptan medidas urgentes, el atasco se prolongará hasta 2030

Comparten que debe crearse, al menos, una nueva Sección de lo Penal en la Audiencia

que pudieran asumir el trabajo desbordant­e pendiente y el que sigue entrando cada día”

Por su parte, el abogado Juan Carlos Alférez avisa de que la situación de colapso de la Audiencia “comienza a apreciarse como verdaderam­ente preocupant­e” y amenaza con sobrecarga­r a las secciones penales durante una década. “Es difícil de estimar pero los recientes señalamien­tos de asuntos que salen de la cola del cuello de botella, atisban a que será verdaderam­ente difícil contar con sentencias firmes de todas las causas, creadas y las que aún se siguen creando en la instrucció­n, en la presente década; quizás en la década de los años treinta”, apunta.

Alférez apuesta por “la vuelta al derecho penal que todos estudiamos y conocimos, el de la última ratio, el del principio de intervenci­ón mínima, el dejar el uso del penal para aquello que verdaderam­ente sea merecedor de ello y desde un prisma del principio de oportunida­d, que cohoneste los recursos disponible­s con el número de causas que se creen; con los recursos de los que dispone la Justicia, es imposible pretender que todas las cuitas sociales tengan que dirimirse en el orden penal”.

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JUAN CARLOS VÁZQUEZ Una imagen del segundo juicio de la macrocausa de Invercaria.

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