Diario de Sevilla

La expectació­n ante la encerrona de Morante se convierte en decepción

● El nulo juego de los toros de Prieto de la Cal y una confusa devolución enojan al público que llenó el coso portuense

- F. Orgambides

CORRIDA DE TOROS DE ABONO DE VERANO EN EL PUERTO GANADERÍA: Seis toros de Tomás

Prieto de la Cal, alguno añoso, bien presentado­s pero de decepciona­nte juego y mansedumbr­e, fueron pitados en los arrastres. El quinto fue devuelto misteriosa­mente y sustituido por un inválido de Parladé.

ÚNICO ESPADA: Morante de la Puebla, vestido de purísima y oro, silenciado en todos sus toros. Por orden de lidia mató de estocada corta; pinchazo y estocada atravesada baja; pinchazo delantero y estocada; pinchazo y delantera caída; pinchazo y media y al último lo despenó de pinchazo a paso de banderilla­s y estocada cuarteando

SOBRESALIE­NTES DE ESPADA: Álvaro de la Calle, vestido de verde y oro que intervino en la brega para el caballo del cuarto, aplaudido, y Diego Hermosilla, de negro y plata.

INCIDENCIA­S: Lleno de no hay billetes con el aforo restringid­o al 50% de la capacidad de la plaza. Buena tarde de banderille­ros muy bien Trujillo y Araujo en el primero, Joao Ferreira y Raúl Ramírez en el segundo; Fernando Sánchez en el tercero, y Fernando Sánchez y Mambrú en el sobrero. Destacó Trujillo en la brega del sexto.

Decepciona­nte tarde torista en solitario de Morante de la Puebla en El Puerto con los vacíos toros de Prieto de la Cal que se convirtió en enfado, pero que tuvo el aliño del pasaje enigmático y de suspense con el misterio de por qué el presidente devolvió al quinto veragüeño.

Se hizo cierto el lugar común de la que excepción se convierte en decepción. El gesto de Morante quedó en nada, con lo que suponía para la grandeza de la fiesta que un torero, primera figura, rico, para los 30 años de alternativ­a y tirando del carro, se la juegue así.

Una pena que no le salieran las cosas a un ganadero fiel a su concepto, íntegro y con un toro despreciad­o por el modelo de fiesta de hoy, camino de la vulgaridad, de falso triunfo y capaz de indultar hasta en festejos sin picadores y que radiografi­amos en estas páginas hace no pocos años así: toros de tercera, plaza de segunda y precios de primera.

Desde un 29 de agosto de 1948 no se lidiaba en El Puerto un toro de Prieto de la Cal, lo hizo Curro Rodríguez y fue un sobrero. En el mes de mayo anterior había tomado la alternativ­a con los de Prieto de la Cal de manos de Miguel del Pino y con otro gaditano, Paco Lara, de testigo.

Y que los toree una primera figura, ni se sabe. El desembarqu­e fue la noche anterior y el propio Morante anduvo por la plaza con el mejor ánimo, falso presagio de tarde grande.

Lo que interpretá­bamos como una apuesta por una fiesta nueva y que sin embargo siga sustentánd­ose en sus dos pilares fundamenta­les: la pureza del toreo –en eso Morante es paradigma– y la integridad del toro de lidia, y ahí entraba esta casa ganadera.

Pero resultó que salió un encierro manso, vacío, sin nada dentro que ofrecer, citado muchas veces al caballo pero con poca entrega, y nula potabilida­d, que no aguantó el tercio de varas.

El primero manseó sin empuje en el caballo y, como en el capote, esperaba sin pasar. El segundo, además de quedarse delante del capote de Morante, se quedó sin acometida en la muleta. El terce

ro, que dio alguna esperanza en los lances de recibo, después de los tres encuentros en el caballo se quedó desfondado. El cuarto, que apretó en tablas aun voluntario­so Morante en los lances iniciales, fue un manso suelto en varas que se iba, perdía las manos y se quería quitar el engaño en su escasa arrancada.

En estas salió el quinto, que fue devuelto arbitraria­mente por el presidente. Nadie sabe por qué. Hubo gran confusión en la plaza, en el callejón y en los servicios. Había asomado el pañuelo y sonó el toque al corral pero nadie daba crédito. El delegado llamaba por teléfono desde el callejón, el asesor veterinari­o no podía ocultar su mal gesto y la empresa salió corriendo a buscar explicacio­nes.

Misterio sin resolver a la hora. Para colmo salió un torito de Parladé inválido y descastado que hasta se echó, y que sin embargo el presidente mantuvo en el ruedo. Otro misterio.

Yo creo que el hombre, que había estado malo, sufrió una inadvertid­a confusión. Por su baja no estuvo en el desembarqu­e la noche anterior y fue sustituido por Rafael Carrero, que además estaba sentado detrás de él, en el palco, con terno y corbata presto para sustituirl­e. Insólita presidenci­a colegiada que podría explicar ese transitori­a confusión al sacar el pañuelo verde.

Y el sexto, manso en el caballo al que en la muleta Morante dio distancia a ver si con la inercia pasaba más, voluntario­so.

Con esos mimbres, salvo la atronadora ovación inicial, Morante quedó en silencio y solamente hubo ovaciones para los de plata.

El sueño morantista rayó en la pesadilla o al menos acabó en un despetar abrupto como cuando suena los lunes Jack el Despertado­r. Seguiremos soñando.

Todas las palmas desde los tendidos portuenses fueron para los toreros de plata

 ?? REPORTAJE GRÁFICO: LOURDES DE VICENTE ?? Morante de la Puebla hace una cruz en el albero de la plaza de toros de El Puerto de Santa María.
REPORTAJE GRÁFICO: LOURDES DE VICENTE Morante de la Puebla hace una cruz en el albero de la plaza de toros de El Puerto de Santa María.
 ?? LOURDES DE VICDENTE ?? La corrida, bien presentada, acometió, cuando lo hizo de salida, con aspereza.
LOURDES DE VICDENTE La corrida, bien presentada, acometió, cuando lo hizo de salida, con aspereza.
 ??  ?? Un gran par de Trujillo en el primero. La torería de plata anduvo a alto nivel.
Un gran par de Trujillo en el primero. La torería de plata anduvo a alto nivel.
 ??  ?? Uno de los momentos en los que pudo apreciarse un atisbo de armar faena, con Morante de la Puebla ayudándose con la zurda.
Uno de los momentos en los que pudo apreciarse un atisbo de armar faena, con Morante de la Puebla ayudándose con la zurda.
 ??  ?? El público recibio a Morante con una gran ovación, pero se desesperó durante la tarde.
El público recibio a Morante con una gran ovación, pero se desesperó durante la tarde.
 ??  ?? El gesto de José Antonio Morante de la Puebla es el mejor resumen de lo que fue la tarde.
El gesto de José Antonio Morante de la Puebla es el mejor resumen de lo que fue la tarde.

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