Demoledor informe sobre la gestión británica del Covid
● El documento culpa directamente al Gobierno de “grandes errores” que provocaron más muertes en las primeras semanas de la crisis
El Gobierno británico y sus asesores científicos cometieron “grandes errores” en su respuesta inicial a la pandemia del coronavirus con una estrategia “equivocada” que provocó que murieran más personas de las que debían, según revela un informe divulgado ayer. El documento Coronavirus: Lecciones aprendidas hasta la fecha, elaborado por las comisiones parlamentarias de Ciencia y Tecnología y de Sanidad y Cuidado Social, lamenta que el enfoque inicial del país ante la crisis se basara “inf lexiblemente en un modelo de la gripe”.
Los diputados critican que la primera estrategia al Covid-19 se apoyara en “un planteamiento gradual” a intervenciones como el distanciamiento social, el aislamiento y los confinamientos, “un error” que derivó en una mayor cifra de muertos por el virus. “Las decisiones sobre confinamientos y distanciamiento social durante las primeras semanas de la pandemia y el asesoramiento que llevó a ellos, se considera uno de los fracasos de la sanidad pública más importantes que haya experimentado nunca el Reino Unido”, señala el documento.
Ahora ha quedado claro, agregan los diputados, que esto fue “la política equivocada, y que llevó a una cifra inicial de muertes mayor de lo que habría resultado de una política inicial más empática. En una pandemia que se propaga con rapidez y de forma exponencial, cada semana cuenta”.
Sobre el controvertido tema de la inmunidad de grupo, planteamiento polémico debatido al comienzo de la crisis, se señala que si bien no fue una estrategia oficial, desde el Gobierno se buscó “tan sólo moderar la velocidad de la infección, mediante la población, aplanando la curva de contagios en lugar de optar por medidas que frenara la propagación del virus”.
Critica, asimismo, que el Reino Unido implementara “controles fronterizos suaves” solo en países que entonces contaban con altas tasas de infección, pese a que el 33% de los casos registrados en la primera ola se introdujeron desde España y el 29% desde Francia. De haberse impuesto al comienzo medidas como la distancia social y los confinamientos se habría “comprado tiempo muy necesario” para investigar el desarrollo de vacunas, de tratamientos y un sistema de rastreo adecuado, lamentan los diputados.
“La respuesta británica ha combinado grandes logros con grandes errores. Es vital aprender de ambos para asegurar que el rendimiento es el mejor posible durante lo que resta de pandemia y en el futuro”, afirmaron en un comunicado conjunto los diputados conservadores Greg Clark y Jeremy Hunt, presidentes de los citados comités.