Diario de Sevilla

De literatura rusa y picaresca española

Alfonso Guerra volvió a ‘impartir’ una lección informal sobre libros, una tradición desde que preside en El Rinconcill­o el jurado del premio de relatos Ciudad de Sevilla

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DANIEL Pinilla, que acaba de sacar nueva novela ( La Marcha Negra), ganó la apuesta. Teníamos sentado enfrente, en la anual comida de El Rinconcill­o para elegir los mejores relatos del certamen Ciudad de Sevilla a Alfonso Guerra, que preside este sanedrín literario. Mientras departía con Antonio Muñoz, serio candidato a suceder a Juan Espadas en la Alcaldía y miembro del jurado, Dani y yo jugamos a adivinar por cuál de los dos bicentenar­ios literarios del año se decantaría Alfonso Guerra.

Con un mes y un día de diferencia del año 1821 nacieron Fedor Dostoievsk­i y Gustave Flaubert. Uno del 11 del 11, otro del 12 del 12. Pinilla pujó por el ruso y yo por el autor de Madame Bovary. Perdí la apuesta. Se lo planteamos a Guerra y sin dudarlo respondió que Dostoievsk­i. “Hombre, si me hubieráis dicho Stendhal…”. “Todo lo que sé del alma humana lo aprendí en Dostoievsk­i, Tolstoi y Chejov”, diría este amante de la literatura francesa que recomienda como novedad un inédito de Marcel Proust, El remitente misterioso.

Animados por los centenario­s, seguimos por esa senda con el antiguo socio de la librería Antonio Machado. El 22 es el centenario del nacimiento de Saramago y del Nobel de Jacinto Benavente. Un cóctel explosivo. Hace poco se han cumplido 50 años del Nobel de Neruda. “El más curioso”, dice Guerra, “fue el de JeanPaul Sartre. Se negó a recogerlo pero dijo que quería el dinero”.

Ya está la fecha para las próximas municipale­s. Mayo de 2023. En sus Memorias o cuando lo entrevista­mos en la Fundación Pablo Iglesias, Guerra ha dicho que el PSOE lo quería para otros menesteres cuando les propuso ser candidato a la alcaldía de Sevilla.

El año de las municipale­s es el centenario de Lola Flores. Alfonso Guerra sólo coincidió con la Faraona una vez, pero fue un encuentro inolvidabl­e. “Yo no solía ir nunca a los actos de protocolo.

Felipe lo sabía, pero me pidió que fuera al palacio del Pardo a una recepción a Raúl Alfonsín, presidente argentino, porque él llegaría un poco más tarde. De pronto, en el patio desangelad­o de ese palacio del Pardo veo dirigirse a mí a Lola Flores. Me coge del brazo y me dice: ¿cuándo me vais a invitar a la Bodeguiya?”. El hijo de Alfonsín es ahora embajador de su país en Madrid.

Los dos mejores relatos han ido a parar a dos autores argentinos. Manuel Mateo, director de la revista Publishers Weekly, editada en Sevilla, dice que “en España hemos dejado de escribir bien y lo hemos delegado en la otra orilla”. Recuerda una frase de Enrique Vila-Matas: “El estilo está antes que la trama”. Guerra lo suscribe. Como hay entre los relatos algunas historias solidarias, integrador­as, dice que “las buenas intencione­s no sirven para el arte ni para la literatura”.

Según Guerra, aquí adolecemos de una errónea elección del legado. “En el Siglo de Oro de la literatura española se impusieron dos modelos: el de Cervantes y el de la picaresca. Y todo el mundo, a partir de entonces, en lugar de seguir la vía cervantina, cogió la picaresca”. En el siglo XXI ha aparecido un sello editorial, Gong, especializ­ado en Nueva Picaresca. Guerra prefirió la senda de Cervantes. “En el colegio quedaba el primero y tenía opción a elegir el regalo. El profesor me decía que cogiera la pluma Parker, pero yo preferí dos libros: las Novelas Ejemplares de Cervantes y los Cuentos de Turgueniev”.

Recomienda a los presentes el libro Madre Patria, del argentino Marcelo Gullo Omodeo, para quien le escribió el prólogo. Los dos participan en la película España. La primera globalizac­ión, de José Luis López-Linares. Mateo leyó en un viaje en avión Un optimista en América, de Italo Calvino. Recordamos su presencia en Sevilla en septiembre de 1984, la misma semana de la cogida mortal de Paquirri en Pozoblanco, cuando coincidió con Borges y Torrente Ballester. Guerra coincidió con el escritor argentino, autor de cabecera del papa Francisco, en Santander, en el palacio de la Magdalena. “Fue allí donde al oír hablar de Antonio Machado, Borges preguntó si Manuel Machado tenía un hermano”.

Antonio Muñoz le muestra a Guerra los colores que han salido en la última restauraci­ón de la muralla de la Macarena. La reunión tuvo lugar el día que se conmemorab­a la entrada de Fernando III en Sevilla. Alfonso Guerra nació el día de San Fernando de 1940, aniversari­o del fallecimie­nto del monarca. Se acaban de conmemorar los 800 años del nacimiento de su hijo. “Alfonso X – dice su tocayo del de las Cantigas– evitó que derribasen la Giralda”. A su padre lo canonizaro­n en 1671. Se cumplen 350 años. De un año antes, 1670, es El Rinconcill­o. Todavía vivían Murillo y Calderón de la Barca.

“Todo lo que sé del alma humana lo aprendí leyendo en Dostoievsk­i, Tolstoi y Chejov”

Dos argentinos ocupan el podio de relatos. Guerra evocó su encuentro con Borges

 ?? JUAN CARLOS VÁZQUEZ ?? Alfonso Guerra, entre Antonio Muñoz y Enrique Parrilla, con los miembros del jurado en El Rinconcill­o.
JUAN CARLOS VÁZQUEZ Alfonso Guerra, entre Antonio Muñoz y Enrique Parrilla, con los miembros del jurado en El Rinconcill­o.

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