Bécquer, ¿cronista de teatros?
La benemérita colección Arte Hispalense de la Diputación acaba de publicar un estudio sobre la atribución de una serie de crónicas musicales a Gustavo Adolfo Bécquer. Marta Palenque, especialista en el poeta, y Andrés Moreno Mengíbar, el más importante investigador de la historia de la ópera en Sevilla, afrontan la edición crítica de las crónicas teatrales que en la revista sevillana La Aurora se publicaron entre el 19 de diciembre de 1853 y el 12 de junio de 1854 con la firma de Gustavo.
Los argumentos en favor de la atribución a Bécquer son simples: el nombre de Gustavo era por entonces infrecuente en la ciudad; se conoce la afición del poeta al teatro musical, incluida la escritura en colaboración de varios libretos de zarzuela; hay referencias de terceros (las memorias, no del todo fiables, de Julio Nombela) sobre su colaboración con esta revista; el fin de las colaboraciones de Gustavo en ella coincide en el tiempo con la marcha de Bécquer a Madrid, que tuvo lugar en el verano de 1854. En ningún caso los autores de este trabajo se alzan en defensores de la atribución al poeta sevillano. Se limitan a plantear los argumentos a favor y en contra de esa posibilidad. Pero en realidad, la autoría de esos textos, que se transcriben y se publican completos por primera vez, es lo de menos. Lo relevante es tener acceso de forma directa al tipo de crónica-crítica habitual en la prensa sevillana del momento. Palenque y Moreno Mengíbar lo encuadran además con una somera pero muy útil presentación en la que, además de estudiar el caso específico de las crónicas musicales de La Aurora, repasan el estado general de la prensa sevillana mediado el siglo romántico y documentan el momento crucial de la irrupción tumultuosa del género zarzuelístico, en medio de una competencia feroz entre los dos grandes teatros hispalenses del momento, el Principal y el San Fernando, una lucha con ribetes sociológicos y políticos en la que los cronistas participaban sin remilgos.