INDUDABLE QUE ES UNA SELECCIÓN DE AUTOR
ACIERTO indudable de los que han calificado la convocatoria mundialista como la de una selección de autor. Un autor sin parangón este Luis Enrique al que sus colegas llaman Lucho y que se autocalifica como el mejor seleccionador que vieron los tiempos. Y se trata de una selección de autor porque sólo al asturiano se le ocurriría ir a la aventura catarí con tan poco gol arriba y tanto abajo, pero quién le discute al mejor de los mejores.
La gran presencia de suplentes y ausencias de calado evidencian el talante del convocante
Luis Enrique ha entrado de lleno en el universo que eligió Javier Clemente. Un lleva la contraria que llega a la aberración de no llamar nunca a Iago Aspas, el mejor delantero español desde David Villa, o que insiste en fiarle la llave de la casa a futbolistas tan limitados físicamente como Eric García. La España de los títulos se cimentaba en la autoridad defensiva de Puyol, Sergio y Piqué que contaba, además, con la impermeabilización de la portería con Iker Casillas.
Ya sé que si España gana el Mundial habré de comerme estas líneas, pero es que van seis o siete futbolistas que no son titulares en sus equipos y la guinda del pastel es llevar lesionado al único ariete y sin saberse si podrá empezar el campeonato. Se trata de Morata, único referente en ataque, ya que el resto lo forma un grupo de esos que se han dado en llamar falsos arietes. Pero tanto suplente en su equipo es una falta de respeto para los que unen calidad y titularidad.
En fin que Luis Enrique no ceja en la fidelidad a un estilo que se parece a aquel que Clemente imponía a costa de dividir a los aficionados para un recital de filias y fobias insufrible. Y a partir de aquí rememos todos en el intento de que aquellos éxitos con Luis y Del Bosque retornen tras un decenio de sequía. Y para qué llorar la ausencia de alguno de los nuestros, pero cuando el mejor seleccionador de la Tierra coge una senda, se acaba la senda y sigue el susodicho crack.