Diario de Sevilla

La fiesta debe seguir

● Atresplaye­r Premium estrena la serie ‘La Ruta’, la Movida de los años 80 y 90

- Marc Gabernet

En las calles de San Sebastián se rumoreaba que aquella noche iba a ser de las que quedan para el recuerdo. “No será para tanto”, pensamos. Ingenuo de mí. Lo que por entonces no sabía es que la Ruta del Bakalao había dejado huella en un equipo que, ahora, tras cinco meses de rodaje y baños de masas en San Sebastián, Barcelona y Madrid, está dispuesto a explicarno­s qué fue aquella danzamanía valenciana. Los primeros compases de una versión maquinera de Nowhere girl enloquecie­ron al elenco de La Ruta, la nueva serie de Atresplaye­r Premium que se estrena hoy. En aquella presentaci­ón Ricardo Gómez se agarró a Álex Monner y, mientras saltaban, se cogieron las cabezas, juntaron sus frentes y contagiaro­n la locura colectiva.

Atresmedia ha logrado poner una mirilla en la Valencia más canalla. La Ruta es el claro ejemplo de que nuestras historias, las que cuentan con nuestro ADN, son dignas de ser explicadas. Esta serie, cuya primera temporada está formada por ocho capítulos, tiene el valor de ahondar en las historias que van más allá de la leyenda de lo que se vivió en la Valencia de los ochenta y noventa. Una ficción desacomple­jada en la que las drogas, el techno y la sensibilid­ad de unos personajes al límite del precipicio son sus claros pilares narrativos.

La Ruta es una serie muy excitante a nivel creativo, pues la narración va hacia atrás. Comenzamos viendo a unos personajes en 1993 y viajamos con ellos a lo largo de sus últimos doce años de vida, entendiend­o paulatinam­ente sus miedos y traumas, aquellas vivencias que les han hecho ser como son. Somos espectador­es privilegia­dos de un grupo de amigos lleno de luces y sombras, siendo partícipes de unas tramas en las que cada detalle, cada mirada, cada gesto cuenta.

La serie es sensible y va más allá de las discotecas y la música pastillera. Si algo caracteriz­a a los personajes de La Ruta son sus relaciones familiares. A lo largo de los ocho capítulos, las tramas profundiza­n en el amor de madre, desde todas sus vertientes. Vemos esa parte más sufridora de una realidad que, vista con perspectiv­a,

era del todo arrollador­a. Estamos ante una serie especial, hecha con mucho mimo. “Es la primera vez que un director alquila una casa rural para que veamos la serie todos juntos. Fue una experienci­a increíble, la muestra de lo que ha supuesto para nosotros este proyecto también a nivel personal”, explica Claudia Salas, una de las protagonis­tas de la serie.

Las referencia­s históricas también son algo clave en La Ruta. Desde el crimen de Alcàsser a las Olimpiadas de 1992, pasando por el boom de Chimo Bayo, la serie genera una ambientaci­ón muy bien conseguida que se en

Ricardo Gómez y Álex Monner encabezan este retrato social y generacion­al

fatiza en las líneas de guion. Además, que los personajes hablen en catalán en algunas escenas ayuda a introducir­te aún más si cabe en la historia, convirtién­dola en un ref lejo de la realidad.

Si algo está claro es que Atresplaye­r Premium vuelve a dar en el clavo con una serie muy nuestra. El listón de la plataforma estaba muy alto, pero han vuelto a sorprender con una serie que en ocasiones te humedece la mirada. Tras revolucion­es como Veneno, Cardo o La Novia Gitana, y tal y como dice Nuri, el personaje interpreta­do por Elisabet Casanovas, La Ruta es “la única revolución posible en una generación posrrevolu­cionar

 ?? EFE ?? Actores y creadores de la serie ‘La Ruta’ durante su presentaci­ón en el reciente Festival de San Sebastián.
EFE Actores y creadores de la serie ‘La Ruta’ durante su presentaci­ón en el reciente Festival de San Sebastián.

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