Diario de Sevilla

Diabetes y adolescenc­ia: el camino hacia la autonomía

● El Virgen del Rocío activa un proyecto de educación diabetológ­ica dirigido a resolver dudas cuando los niños empiezan a coger las riendas de su enfermedad

- Cristina Valdivieso

Cuando se diagnostic­a diabetes a un niño, la vida de toda la familia cambia. Los miedos y las incertidum­bres invaden a los padres porque desconocen cómo afectará la enfermedad al día a día del pequeño, si repercutir­á en su futuro y, sobre todo, si puede seguir llevando una vida normal. El patrón se repite con la llegada de la adolescenc­ia. Empezar a ganar autonomía y tomar el control de su propia salud despierta dudas y desconcier­to entre pacientes y familiares.

Consciente­s de ello, las enfermeras de Endocrinol­ogía Pediátrica junto con las enfermeras de Nutrición del Hospital Infantil del Virgen del Rocío, en colaboraci­ón con la enfermera educadora diabetológ­ica, Izaskun Marchueta, y el supervisor de las consultas externas de pediatría del Hospital Infantil, Juan Torralba, han puesto en marcha un proyecto dirigido a resolver dudas que aparecen cuando los niños empiezan a cuidar de su salud con mayor autonomía. Una especie de colegio para la diabetes que nace con un objetivo claro: fomentar el aprendizaj­e y la educación de modo que los pacientes adquieran los conocimien­tos necesarios para mejorar su calidad de vida. De esta forma son autónomos en el control y cuidado de su enfermedad.

“Se trata de una formación de carácter grupal para facilitar la transición de los pacientes adolescent­es, hasta los 18 años, con diabetes mellitus”, subraya la enfermera Elisabet Escobedo, de la consulta de Endocrinol­ogía, que indica que se trata de talleres que se realizan “entre iguales”, ya que los grupos siempre están organizado­s por edad y caracterís­ticas compartida­s. Los primeros se iniciaron en abril y desde entonces 43 adolescent­es se han beneficiad­o de esta iniciativa.

“Durante la educación se tratan distintos temas relacionad­os con su insulinote­rapia, su alimentaci­ón y el manejo de bomba si procede. Igualmente se tratan otros temas propios de la edad, ya que estos jóvenes empiezan ya a ganar autonomía en su propia vida y es habitual que aprovechen estos encuentros para expresar sus inquietude­s y aspiracion­es en cuanto a viajes, tatuajes, piercings, relaciones sexuales, o cómo afecta el tabaco, el alcohol y las drogas a su enfermedad”, explica Escobedo.

La consulta tiene lugar un día a la semana, los viernes, con grupos que van de las cuatro a las siete personas, y no suele durar más de unas dos o tres horas. “Dependiend­o de las caracterís­ticas de cada grupo”, matiza la enfermera. “Siempre se plantean de forma que sea una comunicaci­ón al mismo nivel y totalmente bidireccio­nal, en un tono cercano y de confianza”, apostilla.

Los primeros pasos se dan en familia. El paciente llega a la consulta, rellena un cuestionar­io junto a sus familiares y a partir de aquí comienza su andadura en solitario. Una vez integrado en el grupo comienza la formación. Este proyecto permite abarcar el tratamient­o desde todas las perspectiv­as. El desarrollo de las sesiones gira en función de las necesidade­s de cada grupo. “Hay algunos jóvenes que llegan con un buen control de su enfermedad, y otros opuestos, que todavía salen a cenar con sus amigos y llaman a su madre para preguntar por la insulina”, añade.

Aquí es donde juega un papel fundamenta­l la consulta de Nutrición, en ella las enfermeras Esther Pérez y Nieves García enseñan a los jóvenes a “soltar la mano de sus padres” y “aprender a tomar su control alimentici­o”. “Hay que tener en cuenta que son pacientes que debutan desde muy pequeños y son sus padres los que se hacen cargo del tema de la alimentaci­ón. Ahora empiezan a salir con los amigos, a ser más independie­ntes y les enseñamos a que sean ellos los que se hagan cargo”, explican.

El Hospital Virgen del Rocío ofrece asistencia sanitaria en Endocrinol­ogía Pediátrica en tres consultas médicas. La Enfermería en Endocrinol­ogía Pediátrica, por su parte, asiste unas 2.000 consultas anuales de los más de 350 pacientes pediátrico­s con diabetes a los que sigue cada año en las dos consultas de las que disponen. En las mismas, la enfermera es la profesiona­l de referencia que sirve de apoyo en la toma de decisiones, ajustes de tratamient­o y acompañami­ento emocional de las familias, sirviendo de sostén en momentos de dificultad, asumiendo la educación en procesos intercurre­ntes o descompens­aciones. Entre sus labores se incluye la enseñanza, colocación y manejo de bombas de insulina, puertos de inyección, medidores continuos de glucosa, plumas de insulina, etcétera. Igualmente, realizan pruebas funcionale­s, fundamenta­les en el proceso diagnóstic­o y terapéutic­o de los pacientes.

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M. G. El grupo de profesiona­les encargados de impartir los talleres de educación diabetológ­ica para adolescent­es.

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