CLARO QUE ESTE SEVILLA SE PUEDE IR A SEGUNDA
ANTE un equipo de Preferente, el Sevilla no fue capaz de sentenciar su pase a la segunda ronda de la Copa hasta el minuto 90, cuando marcó Rafa Mir. Fue otra manera de decirle al que no quiera verlo que el equipo de Jorge Sampaoli hoy raya a un nivel tan ínfimo que puede dar con sus huesos en Segunda.
Aquel Sevilla de la segunda temporada con Caparrós en Primera, el de Vinny Samways, reptaba por el campo con similar dificultad en la primera vuelta,
Reconociendo el mérito de la tercera plaza de Sainz, que el asturiano haya quedado sólo por detrás de Mercedes y Ferrari refleja el gran piloto que es.
Monchi tiene ante sí el mismo reto que cuando fue portero en aquella promoción del 99
aunque despegó con aquel 0-3 en el Camp Nou e inclusó soñó con abrir la puerta europea en Málaga al final de la campaña.
Pero hay una diferencia palmaria de este Sevilla con todos esos equipos para el olvido que el sevillista jamás va a olvidar. Ninguno de ellos se manejaba con el cuarto presupuesto del fútbol español. Ni por asomo. Ni en sueños. Algunos de esos equipos indignos eran de cuando el club no tenía “ni para balones”, como dijo el consejero Augusto
Lahore a finales de aquellos convulsos años noventa.
Debe ser lacerante para el sevillista ver cómo deambulan sobre el césped jugadores pasadísimos de rosca, como Rakitic, Suso, Isco. Cómo, además, ese perfil de jugadores parsimoniosos, blandos, exquisitos en la nadería conforman una nociva mayoría (Óliver, Januzaj...) frente a la carestía de futbolistas recios, poderosos en los duelos, con vatios en su batir de piernas. Lo único bueno de la taciturna tarde cántabra fue la vuelta de
Fernando Reges, un jugador al que Sampaoli debe cuidar como el Seprona a los linces ibéricos.
Mientras cantaba de nuevo la gallina con En-Nesyri patinando ante un grupo de chavales sólo pendientes de llevarse las camisetas blancas al final del partido, Monchi estaba de viaje. Desde que fue el portero (y héroe) en aquella promoción ante el Villarreal del 99, el de San Fernando no tiene ante sí tal responsabilidad para evitar que el Sevilla juegue la siguiente campaña en Segunda.