El estallido de la Atención Primaria amenaza al SNS
● El Covid hunde en la agonía un modelo sanitario lastrado desde hace décadas por falta de presupuesto
El estallido de la Atención Primaria en muchas comunidades, que el domingo sacó a la calle a miles de personas en Madrid, está haciendo tambalearse los pilares del Sistema Nacional de Salud (SNS), lastrado desde hace décadas por un déficit crónico de presupuesto y al que la pandemia ha hundido en la agonía.
El resultado: días de demora para conseguir una cita, listas de espera interminables, urgencias convertidas en centros de salud, una sangría de profesionales y pacientes hacia el sector privado y mucho, mucho malestar.
Ha sido con el puñetazo en la mesa que han dado los profesionales madrileños de la Atención Primaria, y que el domingo tuvo su reflejo en una multitudinaria manifestación, cuando la cuestión se ha metido de lleno en la agenda política, pero la desazón se extiende por muchas comunidades.
“La situación en general es mala, pero es que en Madrid es malísima”, dice Marciano Sánchez, de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública; “la vía de escape ahora son los servicios de urgencia y la sanidad privada”, añade Maribel Moya, vicepresidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, que avisa: “Si no cuidamos a los profesionales, la quiebra del sistema es inminente”.
Una de las principales características del sistema sanitario público, tocado por los recortes de 2008 de los que aún no se ha recuperado, son sus enormes desigualdades territoriales.
España se gasta en sanidad pública por habitante 1.907 euros, un total de 90.317 millones, el 8% del PIB, según la última Estadística de Gasto Sanitario Público en 2020. De media, las comunidades desembolsan 1.638 euros por cada ciudadano; pero mientras el País Vasco dedica 1.948, Andalucía lo reduce a 1.398.
No es la andaluza la que menos destina respecto a su PIB: si la media de las comunidades es del 6,9%, solo una se sitúa casi dos puntos por debajo: Madrid, con un 4,7% (1.497 euros). La siguiente de la cola es La Rioja, con un 6,2 %.
“Con tanta diferencia presupuestaria, las prestaciones y funcionamiento del sistema sanitario no son los mismos en todos sitio”, señala Sánchez, que señala otro de los grandes problemas que ahoga el SNS: el desproporcionado gasto farmacéutico, que se ha disparado casi un 40% desde 2014.
Se da otra circunstancia cualitativa que resume la doctora Moya: “El SNS no se ha orientado a los cambios que se están produciendo en la sociedad, sobre todo demográficos: no se dirige a una atención integral de ciudadanos cada vez más envejecidos y con una alta prevalencia de enfermedades crónicas, y no ha sabido darle la suficiente relevancia a la atención médica preventiva, a las políticas de Salud Pública y a la educación”.