¿Por qué llevar a los hijos a los toros?
Tienen toda la razón los que afirman que los pequeños que asisten a espectáculos donde se producen escenas violentas pueden terminar imitándolas en el futuro. No hay más que ver el comportamiento de muchos jóvenes, y no tan jóvenes, antes y después de los partidos de fútbol. Y es que el grado de violencia verbal que se escucha en un campo de fútbol es deleznable. Insultos, gritos homófobos, consignas racistas... Es por eso que si tengo que elegir entre llevar mi hijo al fútbol o a los toros lo tengo clarísimo. En una plaza de toros lo único que se escucha durante la faena son los olés de los aficionados o el silencio si ésta no toma aire. Sólo al final de la misma se premia al torero con una gran ovación y la petición de trofeos o con leves pitos si éste no ha estado a la altura. Jamás un insulto ni una palabra malsonante. En una plaza de toros sólo se pueden aprender cosas buenas.