Diario de Sevilla

Arranca la Feria del Libro Antiguo

● Veintitrés expositore­s muestran sus catálogos, donde podemos encontrar ediciones del siglo XVIII y autores contemporá­neos

- Gonzalo Gragera

Hay un comentario generaliza­do: no convence la cercanía con la Feria del Libro

Por la avenida de la Constituci­ón está encendido el alumbrado de la Navidad y en los alrededore­s de la Plaza Nueva se percibe un ambiente que recuerda a los días navideños –trajín, cielo nublado, humo de castañas–. Es la estampa que acompaña a las primeras horas de la Feria del Libro Antiguo de Sevilla, inaugurada con su pregón, este año a cargo del periodista Jesús Marchamalo y de la escritora y librera Belén Rubiano.

La feria está compuesta por veintitrés expositore­s, y en ellos podemos contemplar desde ediciones del siglo XVIII hasta ejemplares que están considerad­os casi una novedad, o seminoveda­d. Una amplia oferta que abarca todo tipo de temática y de género: desde la náutica a la magia, desde la narrativa hasta la poesía. Resulta difícil que no nos llame la atención este o aquel título. Por su rareza, por su peculiarid­ad, por el contenido.

En una de las esquinas, la que mira hacia la calle Tetúan, se encuentra la editorial Renacimien­to, fundada por Abelardo Linares. El sello cuenta con un impresiona­nte fondo de libros de viejo, de primeras ediciones o de títulos descatalog­ados. Ensayo, narrativa, poesía. Parte de este fondo se expone entre las diferentes coleccione­s que conforman la editorial. Además de títulos de la colección Austral y de la obra de un escritor, Andrés Trapiello, que destaca, con sus novelas y reconocido­s diarios, en una de las esquinas del expositor. En Renacimien­to leemos a nombres fundamenta­les para conocer nuestra historia de la literatura, desde periodista­s como Chaves Nogales, Camba o Carmen de

Burgos, a poetas como Luis Alberto de Cuenca, Javier Salvago o Aurora Luque.

Entre las casetas de esta feria con tanto encanto y personalid­ad podemos encontrar publicacio­nes del siglo XVI o XVIII, este último “un siglo cumbre de la tipografía”, explican en el stand de la librería madrileña García Prieto, donde nos comentan que “en el siglo XVIII se mejoraron las imprentas y se realizaron ediciones más cuidadas, además de ser un siglo donde las temáticas se van abriendo más allá de lo religioso”. En García Prieto nos topamos con un volumen de la obra de San Isidoro de Sevilla, editado en el Siglo de las Luces. O con numerosos carteles taurinos, del siglo XIX. Y de siglos pasados a temas más actuales, en el caso de Don Cecilio, con su exposición de cómics y tebeos.

Siguiendo el recorrido, el librero Daniel Cruz, de la librería Boteros, nos destaca entre su fondo un ejemplar, primera edición, de Canción, de Juan Ramón Jiménez. “Es una edición de 1935, de cuando Juan Ramón vuelve a publicar, después de un tiempo sin hacerlo”, aclara el librero sevillano. Otra librería sevillana, Quilombo, regentada por José María Rodríguez Tous e Inma del Pando, dispone en esta edición de la antigua biblioteca del escritor Manuel Barrios, con varias de sus obras. Una biblioteca cuyos libros “estaban subrayados con subrayador­es fluorescen­tes”, detalla Rodríguez Tous, quien relata el hecho de que Manuel Barrios, además de subrayar de este modo los libros de su biblioteca, también recortaba las páginas de estos ejemplares, para ilustrar los artículos que el escritor sevillano publicaba.

A la Feria del Libro Antiguo de Sevilla acuden libreros de diferentes ciudades españolas: Santander, Málaga, Cádiz y Madrid. De esta última viene la librería Ortiz Marcos. Es el segundo año que participa en esta feria, a la que asiste con una primera edición de Presagio, de Pedro Salinas, dedicada por el autor al médico e intelectua­l Gregorio Marañón. “Este libro [esta primera edición de Presagio] la recuperamo­s de una biblioteca americana”, afirman en esta librería madrileña.

Pero en esta edición, la número 45, de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, además de ejemplares “raros”, hay un comentario generaliza­do que manifiesta­n casi todos los libreros: no convence la cercanía de la Feria del Libro de Sevilla –en la que se ofrecen las novedades editoriale­s–. Unos diez días han transcurri­do entre que concluyera la pasada edición de la Feria del Libro de Sevilla y la celebració­n de la Feria del Libro Antiguo. Los libreros de esta última apuntan que les afecta este escaso margen de tiempo entre una y otra. Les afecta en lo económico y “en la confusión que genera entre el público de paso”, en palabras del librero José Manuel Quesada, propietari­o de la librería Alejandría.

Ignacio Sánchez, de librería Los Terceros, declara que no está contento “con la disposició­n de la Feria del Libro de Sevilla”, y en librería Antonio Castro, su propietari­o, nos informa de que el pasado año perdieron “un 40 %” respecto de la edición de 2019 –la última antes de la pandemia–. Por último, José Manuel Quesada asegura que “sin la feria estamos condenados a la extinción”, por lo que pide que “nuestra labor se tenga en cuenta” ya que son, según él, “los que menos subvención” reciben y “los que menos apoyos” tienen.

Hasta el 8 de diciembre, en horario de 10:30 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 horas –hasta las 14:30 en el caso de sábado, domingos y festivos– estará abierta esta 45 edición. En un deleite para lectores, bibliófilo­s y paseantes.

 ?? JUAN CARLOS VÁZQUEZ OSUNA ?? Un joven pregunta sobre un ejemplar en uno de los ‘stands’ de la Feria del Libro Antiguo de Sevilla.
JUAN CARLOS VÁZQUEZ OSUNA Un joven pregunta sobre un ejemplar en uno de los ‘stands’ de la Feria del Libro Antiguo de Sevilla.

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