Djokovic volverá al número uno
Y posiblemente batirá todos los récords para convertirse en el mejor tenista de la historia, pero para ello todavía tendrá que superar a Rafa Nadal en cuanto a títulos de Grand Slam, algo que parece estar en su mano por lo que hemos visto en la recta final de la presente temporada. Podrá caer mejor o peor por su carácter, pero el tenista serbio, a sus 35 años, es, hoy por hoy, el mejor del circuito ATP, como ha demostrado a lo largo de un final de año glorioso que ha rematado con su victoria en el torneo de Maestros de Turín. Cuando está en forma Novak es intratable. A pesar de haber coincidido en el tiempo con Nadal y con Federer, dos de los más grandes de todos los tiempos, Djokovic ha estado más semanas que ningún otro tenista como número uno del mundo, una marca que se le quedará corta si recupera esa posición el próximo año. Enrique Stuyck Romá (correo electrónico).
Primero Marlaska con la valla de Melilla, después la sumisión a los independentistas por los delitos de sedición y malversación, y ahora el desastre de la llamada ley del sí es sí, que es el colofón de una larga lista de chapuzas que poco a poco le están pasando al Gobierno una factura impagable. Casi a cámara lenta estamos viendo cómo se derriba ese Ejecutivo que hace tres años emprendía una legislatura llena de ilusión. Los escándalos y una mala gestión le están pasando factura a un Pedro Sánchez que no asume ninguna responsabilidad. Los ministros van dando palos de ciego, las vicepresidentas están desaparecidas y los partidos, tanto de la coalición como de la oposición, están más pendientes de las encuestas que de los problemas de un pueblo que observa todo este panorama con cara de incredulidad. Rafael Juárez La Casa (correo electrónico).
Aquel partido, el del PSOE de 1982, mantenía los principios fundacionales de la búsqueda de la igualdad social en un país considerado como una nación única, indivisible y soberana. La lucha por la libertad y la democracia estaban unidas al ideal de implantar la justicia social. Aunque Pedro Sánchez pretenda reivindicar la continuidad histórica dentro de su partido, el actual PSOE poco tiene que ver con esas coordenadas políticas. Sánchez debería escuchar más a los protagonistas de aquellos años, atender a la experiencia de quienes hicieron posible una historia de la que salió beneficiada España. Jesús Martínez Madrid (correo electrónico)
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