El difícil encaje de tener que ‘desfichar’ para fichar
● La plantilla, con 13 jugadores, necesita hacer algún corte para incorporar al necesario pívot
Como viene acostumbrando las últimas temporadas, el Betis Baloncesto deberá fichar para arreglar una plantilla descompensada con la que es imposible andar con ciertas garantías por la ACB. Un base y un pívot referentes son las necesidades básicas de cualquier equipo para competir en la Liga Endesa. Lo cumple el cuadro verdiblanco con Shannon Evans como director de juego, pero falta un referente interior que descompensa al equipo y lo tiene en la cola de la clasificación.
Un problema que no es nuevo y que se atisbaba en verano cuando la dirección deportiva y la secretaría técnica confeccionaron el plantel. Nzosa, Gerun y un cuatro y medio como Sylla iban a ocupar la posición de cinco: escasa experiencia y físico y calidad limitadas, como se está demostrando. Llegó el griego Tsalmpouris para cubrir la baja del sempiterno lesionado Nzosa, pero el heleno tiene alma de escolta y le gusta más jugar en el perímetro que pegarse bajo los aros. Como recurso sirve su acierto exterior, pero un jugador de 2,16 metros debe fajarse más en la pintura.
Para colmo, Báez arrastra problemas físicos casi dese el principio de la temporada y el nivel de Rodions Kurucs no está siendo el esperado cuando recaló en Sevilla procedente de un Partizan de Belgrado en el que Obradovic ya se dio cuenta de que el letón no iba a dar el paso adelante esperado.
El caso es que el Betis Baloncesto necesita, otra vez, recomponer su juego interior y eso pasa por dar alguna baja. ¿Pero quién? Ahí está el problema. Porque hay 13 jugadores y con la lesión de Nzosa hay que mantener a los otros cuatro cupos de formación, cuya aportación es limitada: Pozas, Pablo Almazán, Kurucs y Sylla.
Quedan ocho, entre ellos dos extracomunitarios: un alero como BJ Johnson y Jeremiah Hill, quizá la opción más lógica para ampliar el mercado de fichajes y viendo que su juego se pisa con el de Evans, ya que ambos son jugadores que necesitan amasar mucha posesión de la pelota. Pero ¿cortar a un exterior para fichar a un interior? Movimiento extraño, dado que el día que Nzosa se recuperara habría un excesivo número de pívots y dar marcha atrás a la cesión del congoleño parece complicado, ya que no le interesa al Unicaja.
Báez es el único cuatro junto a Kurucs y, pese a su veteranía, camino de los 41 años el próximo marzo, actúa de pegamento en el vestuario y es un perfil necesario.
Bertans, pese a su paupérrimo porcentaje en el tiro, es el escolta titular y tampoco entra en los planes señalarlo, mientras que Cvetkovic es un jugador cumplidor con quien no se liberaría mucho dinero para acometer la necesaria llegada.
Otra opción, a la que el club no pondría pegas, es una salida de Evans. El ahorro de su ficha
Con Nzosa lesionado, Pozas, Almazán, Sylla y Kurucs son los cuatro cupos necesarios
más el pago de su salida liberaría una importante masa salarial con la que poder fichar, pero en lo deportivo el equipo sufriría una pérdida difícil de compensar, aunque sí que permitiría cuadrar cuentas, obsesión en el club casi al nivel de lograr la permanencia.
Lo cierto es que el Betis Baloncesto necesita darle un giro a la plantilla, lo que exige cortes y algún esfuerzo económico como han hecho en Zaragoza, Fuenlabrada o Manresa, otros equipos implicados en la zona baja que ya han fichado para tratar de dar un paso adelante que, de momento, en San Pablo, es al lado, a la espera de algún milagro.