Películas, charlas y visitas comentadas
de prejuicios se hacen palpables en la segunda mitad de la exposición, para acercarse al futurismo y rematar con la celebración de la moda a través de su máxima expresión: un desfile.
“Un desfile es como un teatro, una forma de actuar, por eso los directores de cine y los diseñadores nos parecemos, porque nos fijamos en cómo actúan las personas, cómo se mueven de forma natural, cómo colocan la mano en un bolsillo imaginario, y en base a eso las elegimos para nuestra obra. Aunque nunca sería ni actor ni director, es muy difícil”, explica el diseñador.
Cierre de la muestra y perfecta definición de transgresión y empoderamiento, un vestido de novia con una cola de 27 metros que flota en el techo y cuya maniquí luce una incipiente barriga de embarazada. “Todos los desfiles cierran un un vestido de novia y cuando Jean Paul empezó a desfilar los homosexuales no podían casarse. Su forma de rebelarse era jugar con la ironía en la forma de presentar sus vestidos de novia”.
Para el diseñador francés Marilyn Monroe y Brigitte Bardot son el ejemplo de la evolución de la mujer en el cine a través de la moda. La primera, víctima del sistema de Hollywood, la segunda, una mujer liberada. A través de ellas y de otros personajes femeninos, Gaultier deconstruye arquetipos masculinos y femeninos para llegar a un hombre que ya no se alimenta de esa masculinidad tóxica y una mujer con poder, que se expresa, que está segura de sí misma.
“En esta muestra he querido plasmar la evolución de los papeles, haciendo hincapié en el hombre objeto y feminizado y la mujer
Además de la muestra, CaixaForum programará conferencias, un ciclo de cine comisariado por Rossy de Palma, visitas comentadas y un taller para toda la familia. Tras la conferencia a cargo de la comisaria Florence Tissot, ayer, habrá otras charlas como La sociedad de la moda, a cargo de Gilles Lipovetsky; Sobre moda y arte, una conversación entre Palomo Spain y Coco Capitán; Hablando de moda: De Proust a Susan Sontag, una conversación entre Carlos Primo y Charo Mora; Vestir la música: De lo contracultura al mainstream, una conversación entre Sita Abellán, Marta Salicrú y Leticia García. Entre las proyecciones se verán Kika (Pedro Almodóvar, 1993),
Prêt à porter (Robert Altman, 1994), ¿Quién eres tú, Polly Maggoo? (William Klein, 1966), La dolce vita (Federico Fellini, 1960) o The women (Georges Cukor, 1939).
poderosa. Es la evolución natural que hace la sociedad para pasar de los trajes ajustados y con escotes vertiginosos de Marilyn, que era todo glamour, a los estilismos despreocupados e informales de Bardot”, reflexiona el francés.
Fuertemente vinculado a España (pasaba los veranos de la infancia en el País Vasco), Gaultier es un admirador de la creatividad española. En el mundo de la moda siente predilección absoluta por Balenciaga y reconoce que la visión de la moda de Paco Rabanne le fascina. Ambos diseñadores cuenta con piezas dentro de la propia muestras, como no podía ser de otra forma.
Amigo personal de Rossy de Palma o Victoria Abril, Jean Paul Gaultier también se siente muy cercano a Pedro Almodóvar, con quien trabajó por primera vez en 1993 para el vestuario de Kika. “Hemos trabajado juntos en tres ocasiones y han sido para vestuarios muy diferentes. Pedro tiene su universo y es fascinate poder abordarlo. En Kika eran más delirantes, en La mala educación el vestuario iba más acorde a una realidad y en La piel que habito me tocó trabajar la androginia”, cuenta el diseñador, quien tiene varias anécdotas con el diseñador manchego. “Durante una de las pruebas de vestuario a Victoria Abril en Kika, yo le estaba colocando el traje de motera, que estaba sin terminar y con alfileres. Pedro se puso a repasar el papel con ella, empezaron a actuar de forma apasionada y todos los alfileres terminaron por el suelo. El traje fue el desencadenante, formaba parte del personaje y por eso se encendieron los dos”, cuenta divertido el diseñador.