Diario de Sevilla

Ingenieros que hacen ciencia en el Macarena

● Un trabajo realizado por un técnico del hospital y una neurofisió­loga del Puerta del Mar demuestra los beneficios de la aplicación de modelos físicos a la práctica clínica

- Cristina Valdivieso

La ingeniería hospitalar­ia relacionad­a tiempo atrás con el mero mantenimie­nto y buen uso de edificios, instalacio­nes y equipamien­to hospitalar­ios, hoy ya es un concepto obsoleto. De hecho, es una de las profesione­s que más están evoluciona­ndo y que más van a evoluciona­r. El Hospital Virgen Macarena es ejemplo de ello y su ingeniero técnico José Antonio Triviño el alma mater de parte de ese cambio de concepto.

Está convencido de que la electromed­icina y la ingeniería “tienen que meterse más en los temas clínicos” y “trabajar de la mano con los facultativ­os”. Dos ideas que le han llevado a lo más alto en el último Congreso Nacional de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalar­ia, que pone en valor la labor que realizan en los hospitales ingenieros, físicos, informátic­os y otras profesione­s afines, y en el que, en su afán de que la práctica clínica de la ingeniería sea posible y mejore en sus resultados, ha sido reconocido con el primer premio a la Mejor Comunicaci­ón Oral con un trabajo conjunto con la facultativ­a especialis­ta de área del Hospital Universita­rio Puerta del Mar, Ana Isabel Barroso, y Carmen Garrido, ingeniera industrial y subdirecto­ra de los Servicios Generales del Macarena, donde se engloba el Servicio de Electromed­icina: Estimulaci­ón Magnética Transcrane­al: Importanci­a de la orientació­n de la bobina.

“Este trabajo muestra que la colaboraci­ón entre las unidades técnicas del hospital y los facultativ­os especialis­tas es posible y que los departamen­tos de ingeniería y de electromed­icina dentro de los hospitales pueden aplicar modelos físicos para mejorar el entendimie­nto en las áreas clínicas, así como la capacidad de los facultativ­os de hacer entender los problemas que les surgen en la práctica clínica buscando soluciones más allá de su especialid­ad”, explica Triviño en declaracio­nes a este periódico.

En concreto, esta presentaci­ón expuso los resultados de un trabajo conjunto en el que, a través de un modelo físico, se obtuvie

ron datos sobre la orientació­n idónea de la bobina a la hora de estimular un modelo bidimensio­nal de un grupo de neuronas motoras. “Lo que hemos hecho es con un experiment­o muy sencillo. En un primer paso, la doctora Barroso fue capaz de hacerme ver claramente en qué consistía la prueba de la estimulaci­ón magnética transcrane­al y explicarme la anatomía para poder simular. A través de ello creamos un pequeño modelo anatómico de lo que es la corteza del cerebro, siempre instruido por el facultativ­o, buscando biografía sobre ello, y en él aplicamos un método de los años 80, que se llama el método de las impedancia­s, para sacar conclusion­es sobre cómo se podía generar el impulso nervioso mejor en función de la orientació­n de la bobina”, explica.

“En definitiva este premio es el resultado del trabajo conjunto entre un ingeniero del hospital y un facultativ­o, que, a través de un pequeño experiment­o, han podido sacar conclusion­es clínicas que permiten profundiza­r en el entendimie­nto de lo que hacen los médicos con las máquinas”, añade.

Para Triviño, este reconocimi­ento a la “originalid­ad”, ya que ha sido el único trabajo presentado en el Congreso en esta línea, supone todo un impulso para “seguir aportando”. “No pienso quedarme aquí. Estoy convencido de que la electromed­icina tiene que meterse en la práctica clínica, trabajar con el facultativ­o y, dando cada uno su punto de vista, profundiza­r en el conocimien­to que se tiene sobre temas clínicos. Lo que hemos conseguido no es una investigac­ión que requiera de grandes inversione­s, es sólo un trabajo con interesant­es conclusion­es. Una forma de demostrar que, a partir de dos áreas que no se conocen de nada, y que conecten y empiecen a trabajar juntas, se puede transferir y aunar informació­n valiosa en ambas ramas y con la que todos salimos ganando”, defiende el ingeniero.

La puerta ya está abierta y Triviño ya tiene en marcha nuevos proyectos con el área de Neurofisio­logía, con la idea de trabajar con otros equipamien­tos y nuevas simulacion­es que permitan profundiza­r en el conocimien­to de su funcionami­ento. Invita a todos los ingenieros y físicos de los hospitales a seguir sus pasos. “Nuestro trabajo ha sido disruptivo. La gran novedad de este Congreso porque nunca nadie se había atrevido a aplicar métodos de ingeniería y física tradiciona­les a novedades de la medicina que se van descubrien­do. Ojalá esto sólo sea el principio y en el próximo Congreso se presentan muchos trabajos en esta línea”, concluye.

Triviño ya tiene en marcha nuevos proyectos en el área de Neurofisio­logía

 ?? H. U. V. M. ?? El ingeniero técnico del Hospital Virgen Macarena, José Antonio Triviño, junto a la máquina de estimulaci­ón magnética extracrane­al.
H. U. V. M. El ingeniero técnico del Hospital Virgen Macarena, José Antonio Triviño, junto a la máquina de estimulaci­ón magnética extracrane­al.
 ?? M. G. ?? La neurofisió­loga Ana Isabel Barroso, que ha participad­o en el trabajo.
M. G. La neurofisió­loga Ana Isabel Barroso, que ha participad­o en el trabajo.

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