CRONOLOGÍA La desaparición en Manzanilla al detalle
● Cronología del trágico suceso ocurrido en el municipio onubense desde que les perdieron la pista al abuelo y al nieto, hasta que fueron encontrados
El miércoles 7 de diciembre de 2022, Antonio Blanco, como cada día, cuidaba del pequeño Daniel, de menos de dos años, en su casa de Manzanilla. He ahí la razón por la que estaba junto a su nieto en el momento de su desaparición. “El niño siempre se quedaba a cargo de Antonio mientras sus padres y el resto de familiares trabajaban”, afirma Cristóbal Carrillo, alcalde del municipio onubense.
La tarde de ese miércoles, cuando Antonio y Daniel desaparecieron, el hombre acudió a su médico porque “tenía un dolor en el pie” llevándose, como hacía habitualmente, al niño con él. Después de la consulta, ambos iban a ir a La Palma pero no llegaron a hacerlo, notificándose alrededor de las 19:15 su desaparición. Según relata el alcalde de Manzanilla, la voz de alarma la dio la mujer de Antonio y abuela del niño, que, tras no localizarlos, llamó al Ayuntamiento para pedir ayuda.
A partir de ahí comenzó una interminable labor de búsqueda en la que participaron el alcalde, varios miembros del Ayuntamiento y dos vigilantes del consistorio alrededor del término municipal “al completo”, recorriendo además las tres fincas donde trabajó hace tiempo el hombre, una de ellas en Villamanrique.
Juan Camacho, teniente de alcalde, fue la última persona que llamó al abuelo desaparecido. Asegura que Antonio descolgó el teléfono alrededor de las 3 de la madrugada del jueves, pero no habló ni dijo nada. “Se mantuvo un silencio que duró unos dos segundos hasta que se perdió el contacto telefónico”. Unas 18 horas después de la voz de alarma, alcalde, familiares y amigos de los desaparecidos, se enteraban de que abuelo y nieto, habían sido encontrados con vida por unos vecinos en el término municipal de Villarrasa.
El alcalde de la l ocalidad onubense, Cristóbal Carrillo, tras recibir la llamada de la subdelegada del Gobierno, Manuela Parralo, confirmó la aparición “en un camino”. Uno de los vecinos “vio un vehículo y se acercó obser vando en el interior al abuelo y al pequeño”, narraba a las puertas de la vivienda familiar, junto a amigos, vecinos y periodistas.
La zona en la que aparecieron, explica, era un terreno que no tiene difícil acceso pero que estaba en malas condiciones debido a la lluvia y al mal tiempo. Los vecinos localizaron el vehículo del abuelo y el niño entre la Dehesa Espina, lugar donde se celebra la romería de Villarrasa, y el desvío hacia Rociana. “Aparecieron en el lado contrario donde la Guardia Civil comenzó la búsqueda, que iba a partir desde la zona de La Peñuela”.
El niño se encontraba con vida y fue trasladado al centro de salud de La Palma, donde pocos minutos después llegaba un helicóptero medicalizado para trasladarlo de urgencia al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde todavía permanece en la UCI en estado delicado. En cuanto al abuelo, en un primer momento, aseguraban que respiraba, pero poco después comunicaron su fallecimiento.
Con todo, y a pesar de las primeras hipótesis que apuntaron a un posible suicidio, quienes conocían a Antonio dudaron siempre de que quisiera acabar con su vida de manera intencionada al lado de su nieto. “Era un vecino ejemplar que manifestaba un enorme cariño por el pequeño. Daniel era su luz dentro del estado depresivo que tenía”, cuentan desde el pueblo onubense.
Las primeras investigaciones sobre la muerte del abuelo descartaron “un intento de suicidio” por la ingesta de pastillas. Las pesquisas indicaban que el hombre sufrió “un desvanecimiento” como consecuencia de la diabetes que sufría. “Se deso
Cristóbal Carrillo
Alcalde de Manzanilla
Antonio siempre estaba con su nieto. Cuidaba de él mientras la familia trabajaba”
Juan Camacho
Tte. de alcalde de Manzanilla Descolgó el teléfono a las 3 de la madrugada del jueves pero no habló ni dijo nada”
rientó y su enfermedad lo llevó a ese terrible final”.
Según la primera reconstrucción de los hechos, después de regresar de la revisión médica y debido a la lluvia, el hombre se desorientó, quedando el coche atrapado en el camino donde
La autopsia practicada descarta el suicidio del abuelo, que murió por una hipoglucemia
fueron encontrados. La falta de insulina habría provocado el desvanecimiento como consecuencia de una posible subida de azúcar.
Una hipótesis que se confirmaba el viernes, 12 de diciembre, después del resultado oficial de la autopsia.
“Tras el informe de la autopsia que se le ha dado a la familia queda descartado el suicidio de Antonio Blanco y puede que la muerte le viniese por desvanecimiento por hipoglucemias”, confirmaban.
El hombre padecía diabetes, motivo por el cual se encontraron restos de insulina en el vehículo. Así, con el resultado oficial de la autopsia, se descarta la hipótesis de que el abuelo habría consumido pastillas para quitarse la vida, tal y como dejó entrever la madre del niño en un primer momento a las puertas del hospital Virgen del Rocío: “Al 99%” ha tratado de quitarse la vida con pastillas”, señalaba.
Tras ser i nvestigado por l a Guardia Civil, el coche de Antonio Blanco fue llevado intacto de regreso a la zona de las Casas baratas, como se conoce su barriada de Manzanilla. Tal y como confirma la autopsia, la muerte de Antonio se debió a causas naturales relacionadas con su diabetes. Por ello, en el interior del coche no se han encontrado restos de sustancias químicas ni de pastillas. Tampoco el vehículo mostraba signos de colisión ni accidente. La tarde del 9 de diciembre, dos días después del suceso, Manzanilla daba el último adiós a Antonio Blanco tras realizarle la autopsia.
Quienes lo conocieron aseguran que era un buen hombre trabajador y sencillo. “Trabajaba en una finca y se le veía poco por el pueblo. Pero era buena persona y quería mucho a su nieto”, cuenta un vecino a este periódico al observar el vaivén de cámaras y medios de comunicación pasar junto al Ayuntamiento.
En los bares de la zona tampoco se habla estos días de otra cosa. El trágico suceso de Antonio y su nieto Daniel mantiene en vilo a todo el pueblo, donde se especula con multitud de hipótesis y datos en torno a la desafortunada desaparición. Tras el último adiós en la Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación en Manzanilla, los restos de Antonio fueron trasladados al Tanatorio del Atlántico en Huelva, donde fue incinerado.