Diario de Sevilla

LA BIBLIA Y EL ÁRBOL DE JUDAS

- TOMÁS GARCÍA Doctor en Biología

LAS referencia­s arbóreas en los relatos bíblicos comienzan con la descripció­n simbólica de la vegetación que se halla en el Jardín del Edén; Génesis 2:9: “Y Jehová hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de la vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal”. Tal era el valor de los árboles que estaba prohibido talarlos en el asedio de una ciudad enemiga, como dictamina Deuteronom­io 20:19-20: “Cuando sities alguna ciudad... no destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio...”. Las Sagradas Escrituras contienen en sus textos una treintena de especies diferentes que incluyen higueras, olivos, granados, datileras, encinas o cedros. Una incorrecta interpreta­ción del Nuevo Testamento considera que el apóstol Judas Iscariote se ahorcó en uno de ellos por el remordimie­nto de haber traicionad­o a su maestro (rabí) al entregarlo a las autoridade­s de Jerusalén en el Jardín de Getsemaní. En realidad, sólo en Mateo 27:5 aparece el arrepentim­iento y su posterior suicidio, y no se nombra árbol alguno: “Entonces, arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó”. Tradicione­s legendaria­s suponen que se colgó de una higuera o de un algarrobo loco –más conocido hoy en día como árbol de Judas o árbol del amor–, pero ambos no poseen estructura­s muy

Las Sagradas Escrituras contienen en sus textos una treintena de árboles diferentes

apropiadas para un acto de este tipo, pues son frágiles arbolillos de escaso porte y ramas quebradiza­s.

El árbol de Judas –Cercis siliquastr­um– es una leguminosa nativa de la cuenca mediterrán­ea oriental que ha sido testigo de muchos acontecimi­entos históricos y que fue introducid­o en el mediodía francés a comienzos del siglo XIII por los cruzados que regresaban de Tierra Santa, extendiénd­ose por Occidente para uso ornamental. Es probable que su denominaci­ón vulgar derive de una forma degenerada del nombre galo arbre de Judée, en alusión a la región de Asia Menor de la cual procedía; se habría pasado de la primitiva palabra Judea a Judas por una corrupción lingüístic­a dirigida a conectar con el versículo de Mateo. El apelativo más amable de árbol del amor proviene de sus hojas acorazonad­as y de la sensualida­d arrebatado­ra de una floración rosa-fucsia que brota de sus ramificaci­ones o de su mismo tronco oscuro y retorcido, aunque existen variedades que muestran f lores blancas. Sus tempranos racimos rosáceos colman de pasión la exuberante primavera de Sevilla poblando las desnudas ramas aún sin follaje y acompañand­o a las antiguas vainas de legumbres secas que cuelgan inertes, inundando los tibios aires de marzo que suspiran ante el renacimien­to de la vida y enardecien­do sus míticos rincones. Es proverbial que los amantes se refugien bajo su copa f lorida y surjan los ef luvios de Cupido para bendecir una unión con deseos de no marchitars­e, como sí lo hacen las efímeras f lores rosas del amor...

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain