Cepsa construirá el mayor centro de biocombustible de Europa en Palos
● Cuando la nueva planta onubense esté a pleno rendimiento será capaz de producir 2,5 millones de toneladas al año
El Parque Energético de la Rábida en Palos de la Frontera se convertirá en el mayor productor de biocombustible de segunda generación de Europa. Cepsa invertirá 1.000 millones de euros para hacer de sus instalaciones onubenses la referencia de su estrategia de transición energética. El proyecto nace de la alianza entre la compañía y Bio-Oils, rama de biocombustibles de Apical. Las dos entidades han creado una
Nace de la unión entre la empresa y Bio-Oils, rama de biocombustibles de Apical
joint venture para afrontar el reto. En 2030, la compañía tendrá una capacidad de producción anual de 2,5 millones de toneladas de biocombustibles.
Cepsa será el encargado de la producción del combustible mientras que Bio-Oils asegurará la mayoría del suministro de materia prima, procedente de residuos orgánicos como desechos agrícolas o aceites usados de cocina, a través de un acuerdo global y de largo plazo con Apical, matriz de BioOils, permitiendo abordar uno de los principales desafíos que afronta la industria: el acceso a la materia prima.
Los combustibles de segunda generación son una realidad. Cepsa en Huelva ya probó y desarrolló en los últimos meses productos plenamente testados para su uso común en sus instalaciones en Huelva. La planta permitirá su producción a escala industrial para su desembarco en el mercado. Se trata de una fuente de energía clave para la descarbonización del transporte terrestre, aéreo y por mar. Su obtención con residuos de productos que han completado su vida útil fomenta la economía circular, al utilizar para su producción restos que de otro modo terminarían en vertederos. Una de las grandes ventajas que aportan es su uso inmediato, al ser materiales compatibles con la tecnología actual y los motores existentes.
Cepsa aportará su capacidad técnica y conocimiento en el desarrollo de grandes proyectos industriales y producción de combustibles, así como el conocimiento del mercado europeo y de los objetivos de descarbonización de sus clientes del sector del transporte. Por su parte, Apical y Bio-Oils asegurarán el abastecimiento de la materia prima y aportarán su experiencia en la producción de biocombustibles.
Los combustibles sostenibles desarrollados en esta nueva planta evitarán la emisión de 1,5 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que equivale al 30% de las emisiones de la provincia de Huelva. La utilización de biocombustibles puede llegar a reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2 respecto a los combustibles tradicionales, por lo que son un elemento clave para habilitar una transición energética justa e impulsar la descarbonización del transporte, especialmente en sectores en los que la electrificación es compleja, como el transporte pesado por carretera, el marítimo y el aéreo. El negocio de Química de Cepsa también se beneficiará de este proyecto gracias al acceso a materias primas procedentes de residuos orgánicos para la fabricación de productos sostenibles.
La presentación de este proyecto se celebró ayer en el Parque Energético La Rábida, en la que participaron Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, Maarten Wetselaar, CEO de Cepsa, Óscar García, CEO de Bio-Oils, y Dato’ Yeo How, presidente de Apical.
La construcción de esta nueva planta responde al objetivo de Cepsa de liderar la fabricación de biocombustibles 2G en España y Portugal. En 2030, la compañía contará con una capacidad de producción anual de 2,5 millones de toneladas de biocombustibles, de las que 800.000 toneladas serán de SAF, una cantidad de combustible sostenible de aviación suficiente como para sobrevolar 2000 veces el planeta.
Esta alianza está en línea con el Pacto Verde Europeo y el conjunto de medidas Fit for 55 de la Comisión Europea, que incluye una iniciativa legislativa denominada RefuelEU Aviation, que pretende impulsar la oferta y demanda de biocombustibles de aviación en la Unión Europea, alcanzando un uso del 2% en 2025, del 5% en 2030 y del 63% en 2050. El acuerdo servirá para situar a España como un referente en el suministro de SAF a las compañías aéreas.
En el marco de su estrategia 2030, Positive Motion, la compañía está impulsando el desarrollo de un ecosistema centrado en acelerar su descarbonización.