Beatriz Flamini resiste
● La granadina protagoniza una asombrosa aventura al estar 510 días bajo tierra, a 70 metros de profundidad y aislada sin contacto con el exterior
Nueve de la mañana, una ligera brisa fresca y la claridad del cielo un poco nublado le dan la bienvenida a superficie a Beatriz Flamini, la deportista de élite que ha conseguido establecer un nuevo récord mundial de permanencia en una cueva al estar la friolera de 510 días completamente aislada bajo tierra, y sin contacto con el exterior. “¡Pero que guapos estáis todos!” han sido las primeras palabras que Flamini ha pronunciado tras aguantar a 70 metros de profundidad durante un año y casi cinco meses en una especie de letargo donde le han acompañado una constante noche oscura, la soledad, la compañía de una gran ristra de libros y su propia mente.
Aunque cualquiera lo diría. Medio centenar de personas, entre amigos, miembros del Grupo de Actividades Espeleológicas de Motril (GAEM), servicios sanitarios, Guardia Civil y medios seleccionados para el evento la han recibido en un silencio nervioso que se rompía por momentos por aplausos y gritos de alegria.
La deportista salía fresca tras 40 minutos de ascenso hacia la superficie, que ha tocado a las 9:10 horas. Al menos en apariencia, ya que 500 días no pasan en balde. “¿Quién pagó las últimas cervezas del viernes?”, ha bromeado antes de fundirse en un abrazo con sus amigos y con el mismo equipo que le ayudó a entrar en la cavidad en noviembre de 2021. Como si para ella sólo hubiera pasado una noche.
La madrileña, que además es alpinista, escaladora y espeleóloga, salía con unas gafas de sol oscuras para protegerse de la luz del sol y reflejando en su rostro la alegría del hito conseguido. En aparente buen estado de salud y visiblemente emocionada, lloraba al ver la gran expectación con la que era recibida en su vuelta a la superficie. Varios profesionales del Grupo de Actividades Espeleológicas de Motril (GAEM) bajaron una hora antes para darle la noticia de que su reto había sido logrado, tras haber permanecido 510 días dentro de la cueva que se había coonvertido en su casa, y que era el momento de salir y a la vez para ayudarle si tuviera alguna complicación.
De esta forma se cumple el sueño que imaginó hace algo más de dos años y que le ha permitido además, entablar una lucha personal con sus propios pensamientos, miedos y fobias y que se verá reflejado próximamente en un documental de la productora Dokumalia, especializada en la producción y el desarrollo de contenidos audiovisuales en contextos extremos, y responsables de series documentales como El Heladero del Himalaya, Jugando a Escalar o Rescate.
El 20 de noviembre de 2021 entró en una cueva a 70 metros de profundidad, en el término municipal de Gualchos, donde ha permanecido completamente aislada. De primeras puede parecer algo imposible, pero gracias al planteamiento exhaustivo de todos los actores implicados en el proyecto, Flamini estaba bien vigilada sin estarlo. Establecieron unos puntos de intercambio dentro de la cueva para poder recoger las tarjetas de memoria de la cámara que permanece con ella para grabar la experiencia, así como para poder facilitarle el material necesario para su subsistencia. Además, ha contado con un botón del pánico para que, en caso de sufrir un accidente, un altercado, o no poder continuar con el reto, un equipo especializado pudiera socorrerla.