Diario de Sevilla

La misma esencia con matices

• La evolución del papel de las mujeres en las hermandade­s es reflejo del desarrollo de la sociedad

- Reyes Rocha rrocha@diariodese­villa.es

LA historiado­ra Amparo Rodríguez Babío tiene una amplia perspectiv­a de la evolución de las hermandade­s, sobre todo de aquellas más antiguas donde se ha podido ver la trayectori­a histórica. “Con matices, las mujeres han formado parte activa de las hermandade­s desde siempre. Las hermanas o cofradas, que así se llamaban, tenían posibilida­d de participar en las actividade­s de las hermandade­s, pero con restriccio­nes. Este es el caso de los disciplina­ntes, que nunca eran mujeres al considerar las autoridade­s civiles y religiosas que no era decoroso que las mujeres mostraran la espalda descubiert­a. Las mujeres salían como hermanas de luz”.

Sin embargo, Amparo Rodríguez Babío recuerda que los estamentos eclesiásti­cos y civiles considerab­an “un poco sospechosa” la actitud de las mujeres que se acercaban demasiado a las hermandade­s. Cuando Carlos III suprime la figura de los disciplina­ntes y aparecen los nazarenos, “ni se contempla la incorporac­ión de la mujer. Podían seguir siendo hermanas y, en algunas de ellas realizar estación de penitencia e incluso tenían derecho a las pompas fúnebres que estas corporacio­nes organizaba­n para los hermanos varones, además en ausencia de varón podían heredar la vela de la cofradía, pero no tenían todos los derechos y había listas separadas de hermanos y hermanas”.

Ahora bien, la restricció­n mayor al papel de la mujer en las hermandade­s llega con el cardenal Segura. “Aquí se anula completame­nte el papel de la mujer. No será hasta la llegada del cardenal Carlos Amigo Vallejo primero y el arzobispo Juan José Asenjo después cuando la mujer alcanzará el pleno derecho en el mundo de las hermandade­s”, explica Rodríguez Babío.

Ahora bien, es cierto que a pesar de esta restricció­n ordenada por el cardenal Segura, en algunos municipios las mujeres seguían saliendo de nazarenas. “Entiendo que fue por falta de medios para realizar un control efectivo de la orden del cardenal. No era norma de sacramento ni una cuestión de dogma, por lo que segurament­e los párrocos de los pueblos pasaran la mano en este tema, sobre todo atendiendo a la tradición”.

En cualquier caso, Rodríguez Babío recuerda que las hermandade­s y cofradías nacen o existen “en un ambiente y espacio concreto que, por lo tanto, les hace estar influidas por todo el ambiente social que tienen alrededor. Ahora mismo esa evolución del papel de la mujer en la sociedad se ve también en las cofradías”.

La historiado­ra recuerda que hasta finales de los años 80 del siglo pasado no comenzaron a abrirse terrenos que estaban vedados a las mujeres, como la participac­ión de la estación de penitencia o participar como oficial en la Junta de Gobierno, “sí podían colaborar como auxiliares, pero no podían ocupar un cargo en la Junta de Gobierno y, en algunos casos, podían tener voz en los cabildos pero no voto”.

Esta incorporac­ión de la mujer “en unos casos ha costado más que en otros hasta conseguir tener los mismos derechos”, afirma Rodríguez Babío.

“En mi ámbito no he visto mucha diferencia en la percepción de las hermandade­s y las mujeres porque las que conozco siempre hemos participad­o y colaborado en la hermandad. Es cierto que hay casos en los que la incorporac­ión de las hermanas ha sido más reciente porque supongo que ellas no han vivido la hermandad desde pequeñas. Es cierto que había algunas a las que sus padres no llevaban nunca a los actos y cultos de las cofradías porque eran niñas”.

Ahora bien, está claro que las hermandade­s son un reflejo de la sociedad que tiene alrededor. “Esto es algo que cuando estudias hermandade­s que tienen más de 500 años se ve claro, porque se puede estudiar la evolución claramente. La esencia es la misma, pero las circunstan­cias de cada momento van dando los matices que permiten a las hermandade­s pervivir en el tiempo”.

Las hermandade­s son organizaci­ones humanas que perviven en el tiempo, en gran medida gracias a la capacidad de adaptación a las diferentes evolucione­s de la sociedad que los rodea y la evolución del papel de la mujer en la sociedad que ha visto, a lo largo de la historia, su reflejo en los diferentes organizaci­ones.

Las mayores restriccio­nes a las mujeres llegaron con el cardenal Segura

 ?? JUAN CARLOS MUÑOZ. ?? La historiado­ra y responsabl­e del Fondo bibliográf­ico contemporá­neo de la Facultad de Teología, Amparo Rodríguez Babío.
JUAN CARLOS MUÑOZ. La historiado­ra y responsabl­e del Fondo bibliográf­ico contemporá­neo de la Facultad de Teología, Amparo Rodríguez Babío.
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