La familia del soldado ahogado ve “aclaradas cuestiones” tras declarar dos de los mandos
El teniente y el sargento investigados por el Juzgado Togado Militar número 21 de Sevilla por las muertes del cabo cordobés Miguel Ángel Jiménez Andújar y del soldado Carlos León Rico, de 24 años y natural de El Viso del Alcor, durante unas maniobras en la base de la Brigada Guzmán el Bueno X de Cerro Muriano (Córdoba), prestaron ayer declaración durante varias horas.
La familia del soldado sevillano pedía cárcel provisional para el capitán investigado en el caso, mientras la representación de la familia del cabo cordobés reclamaba prisión provisional para el capitán y además para el sargento y el teniente también investigados, extremo que como fue señalado contaba con la oposición del Ministerio Público.
El abogado Luis Romero, que representa a la familia del difunto soldado Carlos León Rico, afirmó a los medios durante el receso posterior a las comparecencias del teniente Tato y el sargento Estupiñán, que respondieron a las preguntas del juez y de la fiscal, pero no accedieron a contestar a los abogados de las familias de los fallecidos.
A su entender, el sargento, durante su comparecencia, aclaró “muchas cuestiones”, mostrando según sus palabras que él fue
“una víctima más” de los hechos, pues después de la maniobra de cruce del lago, saldada con la muerte de los dos citados efectivos, por la temperatura y las circunstancias en las que se desenvolvió la prueba, este sargento “estuvo hospitalizado” y afrontó diferentes padecimientos; toda vez que el teniente, a su juicio, no reconoció “tantos hechos”.
Sus comparecencias, según dijo Romero, corroboraron la idea inicial de que “la responsabilidad” del asunto recaería sobre el capitán Zúñiga y de que habrían pesado “negligencias muy graves”.