La Guardia Civil detiene a tres personas por vender armas a redes criminales
Hacían las transacciones con mensajes encriptados para evitar ser descubiertos
La Guardia Civil ha detenido a cuatro personas, tres en Málaga y una en Valencia, por vender armas a grupos criminales y traficar con todo tipo de ellas, incluidas de guerra, para lo que efectuaban las transacciones con mensajes encriptados. Según informó ayer la Guardia Civil, a los detenidos se les acusa de los delitos de tráfico ilegal de armas, pertenencia a organización criminal y tenencia ilícita de armas.
En uno de los registros fue localizada un arma corta de fuego real con dos cargadores y otro de altas capacidades, todos ellos municionados. También se intervinieron más de 86.000 euros en metálico, joyas de alto valor y numerosos teléfonos móviles con los que realizaban las transacciones. La llamada operación Trueca continúa abierta y no se descartan otros arrestos.
Los agentes descubrieron que varias personas afincadas en la provincia de Málaga llevarían traficando ilegalmente con armas, incluidas de guerra, por todo el territorio nacional desde el confinamiento en 2020. Para evitar ser descubiertos establecían contactos y realizaban transacciones a través de aplicaciones de mensajería encriptada. El instituto armado efectuó cinco registros, cuatro en la provincia de Málaga y uno en Valencia, donde han encontrado los efectos intervenidos.
La investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 12 de Málaga y llevada a cabo por agentes de las secciones de Información de la Guardia Civil de la IV Zona de Andalucía y de Valencia, de los Grupos de Información de Málaga y Valencia y de la Jefatura de Información (UCE3).
También se ha contado con el apoyo del Grupo de Acción Rápida, el Grupo de Apoyo Operativo y el Servicio Cinológico.
A finales del mes de enero, la Guardia Civil encontró en Monda dos armas de guerra escondidas en un zulo. Estaban dentro de una bolsa de basura, junto con numerosa munición, varios cargadores y un silenciador. Las armas estaban ocultas en un agujero de un metro de profundidad que había sido excavado para tal fin en una zona de difícil acceso de dicho término municipal. El hallazgo se produjo cuando los guardias civiles realizaban un servicio específico de búsqueda y localización de posibles plantaciones de marihuana en zonas diseminadas o aisladas de varias poblaciones.