Costa evita las polémicas en su despedida como primer ministro luso
● El socialista saca pecho de su gestión, pero rehúsa comentar el caso de corrupción que forzó su dimisión
El primer ministro saliente de Portugal, el socialista Antonio Costa, evitó ayer hablar sobre la caótica situación en el nuevo Parlamento luso, incapaz de elegir un presidente por su configuración actual, y sobre su caso ante la Justicia que le hizo dimitir.
Costa dio una rueda de prensa para hacer balance de su gestión durante ocho años, pero esquivó responder a los asuntos más polémicos. “No soy comentarista”, dijo el jefe del Gobierno en funciones, cuando fue cuestionado de forma repetida sobre la incapacidad del nuevo Parlamento para elegir a su futuro presidente ante la falta de la mayoría necesaria, aunque finalmente fue designado el conservador José Pedro Aguiar-Branco.
Costa también fue preguntado por el caso que desencadenó su dimisión el pasado 7 de noviembre, cuando la Fiscalía anunció que lo investigaba por presuntas irregularidades en negocios del litio, el hidrógeno verde y un centro de datos, sin que hasta el momento haya dado más explicaciones o lo haya imputado.
“Sobre mi situación personal no voy a hablar, sólo hablé cuando tenía que hablar, sólo hablé cuando tenía que decir lo que tenía que decir, desde el punto ético e institucional entiendo que quien se encuentre en la situación de sospecha pública no puede obviamente mantener los principios y funciones que desempeñaba”, dijo el primer ministro saliente.
No obstante, remarcó que desde ese día no ha vuelto a saber nada más y que cuando la Justicia quiera transmitirle algo “ya sabe” dónde está.
Por otro lado, Costa anticipó ayer que el Banco Central Europeo (BCE) empezará a bajar pronto las tasas interés, tras una política monetaria restrictiva para combatir la inflación.
“La caída de la inflación condujo en los últimos meses a una estabilización de las tasas de interés, y sin ser excesivamente optimista, creo que podemos anticipar que las próximas decisiones del BCE no serán de subida, sino,
El Parlamento elige presidente tras el pacto entre centroderecha y socialistas para rotar
no sé cuándo, de progresiva reducción de las tasas”, dijo.
El político socialista se prepara para ceder el testigo a Montenegro, líder de AD y ganador de las legislativas del 10 de marzo. A lo largo de su comparecencia, Costa sacó pecho de su gestión y de marcharse con un excedente presupuestario récord en 2023.
El Parlamento luso eligió a Aguiar-Branco como su presidente tras el acuerdo alcanzado entre la coalición de centroderecha Alianza Democrática y el Partido Socialista para rotarse en el puesto. La candidatura salió adelante con el apoyo de 160 diputados con un quórum de 228, después del pacto inédito que estipula que Aguiar-Branco liderará la Asamblea de la República durante dos años, hasta 2026, y un socialista asumirá las dos sesiones legislativas siguientes, hasta 2028.
El otro aspirante a la Presidencia de la cámara, el ultraderechista Rui Paulo Sousa, del partido Chega, recibió 50 votos a favor (el mismo número de diputados de los que dispone su formación), mientras que 18 parlamentarios votaron en blanco.
Tras anunciarse su victoria, Aguiar-Branco se levantó de su asiento para sentarse en la mesa de la unicameral Asamblea de la República para darle el relevo al que ha sido desde ayer el jefe temporal de este órgano, el comunista Antonio Filipe, el diputado más antiguo. En su discurso, AguiarBranco aseguró que ve el cargo como un “compromiso de elevada responsabilidad” y prometió “lealtad” a la Cámara y representar a “todos los diputados”.