Iglesias cerradas en Semana Santa
Mañana de Martes Santo en Sevilla. Como tantos otros años anteriores, tenía previsto visitar las iglesias del centro, para ver los pasos ya montados con nuestras veneradas imágenes. Cuál no sería mi sorpresa que a todos los templos a los que fui, en el casco antiguo y en el centro, estaban cerrados. Una amiga que mantiene la costumbre de asistir a misa, me informó de las razones: el pasado fin de semana, en las distintas misas, en los distintos actos religiosos y en los distintos templos los curas, a propuesta del Arzobispado de Sevilla, informaban de que las iglesias, durante la Semana Santa, permanecerían cerradas y se abrirían solo para las misas y los cultos. La razón que argumentaban es que durante la Semana Santa los turistas invadían las iglesias y, con una enorme falta de respeto, las utilizaban como lugar simplemente de descanso donde incluso comían y abrían sus latas de refresco o, incluso, de cerveza.
Dudo mucho que sea esa la verdadera razón. Por mucho que he ido a las iglesias a ver los pasos montados durante muchos años y en la Semana Santa, jamás he visto a nadie comiendo ni bebiendo dentro de los templos, aún menos con bebidas alcohólicas. Algún que otro turista en ropa inadecuada, pero siempre con el máximo respeto. En el peor de los casos, y antes que inhabilitar una iglesia, casa de Dios, para su función principal, podrían poner vigilancia, al igual que lo hacen para otras muchas cosa, antes que cerrarlas en tan señalada conmemoración cristiana. Faustino Rodríguez Ortega (Tomares, Sevilla).