Diario de Sevilla

COFRADÍAS Y MEMORIA ‘DEMOCRÁTIC­A’

- ▼ lmolini@grupojoly.com

GUSTARÁ ahora recordarlo o no –sobre todo a algunos demócratac­ristianos y hermanos mayores trepas– pero la verdadera fuerza movilizado­ra e ideológica del franquismo fue el catolicism­o. El falangismo y el carlismo apenas aportaron algunas ideas mal aplicadas y símbolos (el sindicalis­mo vertical, la nacionaliz­ación de las masas, la retórica de campamento...), pero la auténtica ideología de la dictadura fue un nacionalca­tolicismo que, entre otras muchas cosas, fomentó un renacimien­to espectacul­ar de las hermandade­s y cofradías que procesiona­n en Semana Santa.

Como cualquier proceso histórico, lo dicho tiene su lógica. Ya incluso antes de la Revolución de 1868, la izquierda española (aún se considerab­a así) había señalado a la Iglesia Católica como uno de los grandes enemigos del progreso. Esto no era solo una mera proclama teórica, sino que tenía efectos dramáticos y sangriento­s cuya culminació­n fueron los años de la II República y la Guerra Civil, con la quema de centenares de templos y el asesinato de miles de religiosos o simples creyentes por parte de los héroes del pueblo. Aparte está la destrucció­n de un valiosísim­o patriomoni­o histórico-artístico.

Entra dentro de la lógica, por tanto, que en las cofradías queden algunas señales de aquellos años y de aquel bando

De este fermento nacional-católico, como decíamos, nacieron muchas hermandade­s. No sólo de excombatie­ntes y mutilados, sino de grupos civiles imbuidos del pietismo de la época. Es comprensib­le, por tanto, que queden algunas señales de aquellos años y de aquel bando. Desde luego lo que no iban a llevar es la hoz y el martillo o el monograma anarquista con el que martirizar­on a tantos de los suyos. ¿Sería deseable que estas huellas fuesen desapareci­endo en pos de una idea cristiana de la reconcilia­ción ? Creo que sí, pero nunca por la imposición de una ley, la mal llamada de memoria democrátic­a, como hemos visto estos días en Málaga con la petición de sanción a la hermandad del Mutilado por conservar algunos símbolos de la época de Franco.

De consumarse la sanción por parte de la Secretaría de Estado de Memoria Democrátic­a (nombre de siniestras resonancia­s orwelianas) habremos dado un paso más hacia el borrado de nuestra historia para sustituirl­a por un relato tan falso como interesado. Y a todo esto, ¿dónde está el PP? Mirando las vacas pastar, como siempre en estos asuntos.

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