Diario de Sevilla

¿La peor Semana Santa de nuestra vida?

En el año 2011 nos despedimos de los desfiles pasionista­s con los Panaderos...

- elfiscal@diariodese­villa.es

DEMASIADAS veces nos planteamos si estamos viviendo la peor Semana Santa de nuestra existencia. No lo decimos ya porque hoy es Viernes Santo y hay que guardar. Tal vez nuestros abuelos reflexiona­ron sobre algo igual en los años de la República y la Guerra Civil. El caso es que nos acordamos de la Semana Santa de 2020, la primera suspendida. Y hay quien se consuela porque entonces estuvimos en casa por imperativo del Gobierno. Ayer al menos hubo nazarenos que acudieron a los templos. ¡O eso nos explicaron como consuelo! Ayer al menos paseamos por las calles, disfrutamo­s con la Centuria Romana

macarena, fuimos libres al poder desplazarn­os de un lado a otro, pues el que se quedó en casa es porque quiso, e incluso pudimos ver a muchos nazarenos camino de los templos de la cofradías de la Madrugada. Siempre hay consuelo, siempre podemos ser positivos, siempre debemos tener esperanza. ¿Pero acaso no es verdad que estamos viviendo la peor Semana Santa de nuestra vida? ¿Ha habido alguna peor si exceptuamo­s las dos suspendida­s de 2020 y 2021? En 2003 tuvimos que esperar al Dulce Nombre para vivir la primera petición de venia en la Campana tras un Domingo de Ramos y un Lunes Santo nefastos. En 2011 nos despedidos de la Semana Santa el Miércoles Santo. La siguiente cofradía en salir fue el Resucitado. En 2024 estamos a punto de empeorar el peor balance.

Entre las escasas sonrisas de esta Semana Santa está la del empresario Ramón López de Tejada, que el lunes inauguró el Gran Café España en la muy cofradiera conf luencia de las calles Javier Lasso de la Vega y Trajano. Hay que tener valor para abrir las puertas de un negocio en la sociedad de hoy con un público general tan adverso, en un tiempo en que muchos bares clásicos de la hostelería están cerrando precisamen­te en la principal fiesta de la ciudad porque sencillame­nte no les merece la pena soportar. Ramón está a punto de una medalla al mérito profesiona­l por hacer hoy lo que hace veinte años hubiera sido algo natural y sencillo, pero hoy es un acto heroico, vistas las decisiones ultrarrest­rictivas de muchos de sus compañeros. ¡Bravo por Ramón!

Un día como el de este aciago Jueves Santo estaban especialme­nte fuera de lugar las mantillas. La mantilla es el traje de luto y gala de la mujer en la Semana Santa. Está concebido para la asistencia a los oficios. El Jueves Santo proceden determinad­as joyas como los corales, perlas y brillantes. El Viernes siempre se ha aconsejado una estética más austera. En los últimos tiempos se ha aceptado el uso de la mantilla para la visita matinal a los templos. Todo evoluciona. Pero lo que resulta inadmisibl­e es que a mediodía haya mantillas en terrazas de veladores de los bares, mesas altas o restauran

tes. El traje de mantilla no es un traje como el de flamenca, salvo que, claro está, se ignore su sentido. Es muy probable que en la sociedad de hoy, guiada por criterios funcionale­s, utilitaris­tas y por supuesto consumista­s, se aplauda el lucir el traje de mantilla a cualquier hora por el mero hecho de lucirlo. Sin más. Pero nunca fue concebido para beber en la calle un mediodía de Jueves Santo.

Sevilla vivió un Jueves Santo metido en grises. Contrastes se llaman. En la cola de espera para venerar al Gran Poder estuvo pacienteme­nte Jordi Turull, político separatist­a catalán que estuvo en prisión por malversaci­ón, sedición y rebelión tras el juicio del procés. Turull es del partido Junts per Catalunya, heredero de Convergenc­ia i Unió, partido de masa social mayoritari­amente católica.

TRISTE BALANCE

Nos ha tocado vivir la masificaci­ón con origen en los años ochenta y consolidac­ión en los noventa, la pandemia, las cinco madrugadas rotas, la saturación de procesione­s, el intervenci­onismo (necesario) del poder civil, el crecimient­o del número de cofradías, el nacimiento de las vísperas, etcétera. Pero casi no nos imaginábam­os vivir una Semana Santa mínima en la que el Domingo de Ramos solo hizo estación La Borriquita, el Lunes Santo solo la completaro­n siete de las nueve, el Martes se quedaron en casa las tres de ruan y el Miércoles solo hizo la estación el Carmen Doloroso. Siempre queda en el aire si en el caso de los días dudosos cabe aplicar la regla de antaño: sacar la cofradía a la hora estipulada si no llueve en ese momento. Una cuestión que no cabe en las jornadas de pronóstico claro desde muchas horas antes. Justo lo que nos tocó vivir (sufrir) ayer.

 ?? RAFA DEL BARRIO ?? Los palcos desolados el Jueves Santo a la misma hora en la que tendría que estar pasando la hermandad del Valle.
RAFA DEL BARRIO Los palcos desolados el Jueves Santo a la misma hora en la que tendría que estar pasando la hermandad del Valle.
 ?? M. G.. ?? Ramón López de Tejada en el Café España.
M. G.. Ramón López de Tejada en el Café España.
 ?? RAFA DEL BARRIO ?? Paraguas bajo la lluvia en la cola para entrar a ver los pasos de Pasión tras la decisión de no salir.
RAFA DEL BARRIO Paraguas bajo la lluvia en la cola para entrar a ver los pasos de Pasión tras la decisión de no salir.
 ?? JOSÉ LUIS MONTERO ?? Un penitente del Valle vuelve a su casa bajo la lluvia.
JOSÉ LUIS MONTERO Un penitente del Valle vuelve a su casa bajo la lluvia.
 ?? JUAN CARLOS VÁZQUEZ ?? El viento se alió con la lluvia en la tarde del Jueves Santo.
JUAN CARLOS VÁZQUEZ El viento se alió con la lluvia en la tarde del Jueves Santo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain