Concha Vega, donde la tradición sevillana encuentra los mejores diseños del mañana
Con el cambio de milenio, mientras Concha Vega se encontraba sumergida en el mundo de la pedagogía, descubrió su pasión por la bisutería, una afición que gradualmente tomó un carácter más serio en su vida. Lo que comenzó como un entretenimiento se transformó en una vocación, llevándola a suministrar sus creaciones hechas a mano a diversas boutiques en Sevilla. Al concluir sus estudios en 2003, Vega tomó la decisión decisiva de dejar de lado su carrera pedagógica para perseguir el sueño que llevaba años en su mente: abrir su propio establecimiento de accesorios, con la peculiaridad de que todos los productos serían elaborados personalmente por ella.
Esta nueva marca llevó por nombre Concha Vega, un tributo a su abuela. Desde su apertura, la tienda ha disfrutado de una gran clientela, propiciando que Concha, debido a la demanda, tuviera que pausar la producción personalizada. No obstante, años después, decidió volver a sus raíces, enfocándose en la creación artesanal de tocados y bisutería flamenca, dos líneas de producto que, con el tiempo, han ido ganando gran notoriedad en la ciudad. El éxito de estas colecciones se debe, en gran parte, a la promoción boca a boca realizada por sus satisfechos clientes, así como a una efectiva presencia en las redes sociales.
Y es que, no en vano, en Concha Vega, encontrarás una diversidad de accesorios perfectos para cualquier estilo, ya sea para un día cotidiano o para aquellos eventos que requieren un toque más elegante: desde bisutería hasta bolsos, cinturones, tocados, artículos de pañolería, moda flamenca y mucho más. Lo mejor de todo es que ofrecen productos accesibles para diferentes presupuestos, garantizando una amplia selección en cada categoría, siempre a la vanguardia de las últimas tendencias de moda. La variedad es el centro de Concha Vega, ofreciendo desde pendientes que parecen pequeñas obras de arte, hasta broches, peinecillos, y mantoncillos que cuentan historias de antaño con un giro moderno. Sus mantoncillos bordados, que oscilan entre los 100 euros y los 140 euros, vienen directamente de Cantillana, asegurando esa autenticidad y calidad que es tan difícil de encontrar hoy en día.
No obstante, si hay algo que destaca en la marca por encima de todo esa es la opción de personalización. Si entre su extenso catálogo no encuentras exactamente lo que buscas, Concha y su equipo están más que dispuestos a adaptar sus creaciones a tus preferencias, brindándote así un servicio exclusivamente a tu medida. Concha invierte su corazón y alma en cada pieza que diseña, dedicando cada momento posible a esta pasión que afortunadamente también es su profesión. El establecimiento físico se ubica en la Calle Peñaflor, Nº 1, y se ha convertido y, si no estás en Sevilla, no hay problema, se encuentra tan cerca como un clic en www.conchavega.com, llevando sus creaciones más recientes hasta la comodidad de tu pantalla, dondequiera que estés.