Diario de Sevilla

Un hogar a medida

● La ‘startup’ diseña y vende muebles y materiales personaliz­ados ● Atienden unos 4.000 pedidos al mes ● El año pasado superaron 1.800.000 de euros de facturació­n

- CRISTINA CUETO ccueto@diariodese­villa.es

DISEÑAR un hogar con muebles a medida ha dejado de ser un lujo al alcance de unos pocos privilegia­dos. Al menos esta es la premisa que persigue la startup sevillana Tutrocito. Enclavada en el municipio de Salteras, el equipo compuesto por 35 profesiona­les tiene claro su objetivo: diseñar y vender mobiliario y materiales a medida, con el valor diferencia­l de que el proceso de compra es fácil y cómodo. Se definen como una empresa tecnológic­a, porque han dado una vuelta de tuerca a una industria tradiciona­l. La clave principal es una página web intuitiva, en la que el usuario adopta el rol de una suerte de diseñador de interiores.

Al frente están Jorge Geniz, Darius Molnar y María Coronel. El germen empezó a brotar un poco antes de que la pandemia paralizara el mundo. Geniz y Molnar eran compañeros en una multinacio­nal dedicada a este sector y se dieron cuenta de que muchos clientes tenían unas necesidade­s que no se podían satisfacer, porque las medidas que necesitaba­n para sus muebles no se fabricaban en serie. Como no había alternativ­as para ese comprador que no tiene tiempo de ir a un polígono para buscar carpintero­s, cristalero­s, comparar materiales y pedir presupuest­os, decidieron crearla. En pleno confinamie­nto se sumó Coronel a la dupla inicial y lanzaron la idea #Tuofiencas­a enfocada en mesas y escritorio­s a medida para teletrabaj­ar. Este proyecto fue un éxito y, a partir de ahí, comenzaron a crecer.

Cuatro años después atienden 4.000 pedidos de media al mes y se han implantado en Francia, Alemania, Portugal, Italia, Austria y Benelux. Defienden que su punto diferencia­l respecto a otras empresas de decoración es que todos los productos están fabricados a medida y su personaliz­ación atiende a las necesidade­s de cada tipo de cliente.

UNA COMPRA INTUITIVA

“El usuario entra en nuestra web y puede elegir el color, el acabado, el tamaño, si necesita algún corte mecanizado o una altura determinad­a. Una vez introduce todos los datos, sale el precio final y una fecha estimada de entrega”, explica la cofundador­a. Pone en valor que el proceso es intuitivo y fácil. Además, ofrecen la opción de reservar una videollama­da en caso de dudas. De hecho, cada día dan respuesta a más de 100 correos repletos de cuestiones.

Desde productos sencillos como baldas y espejos hasta otros más complejos como armarios o muebles de cocina. “Ofrecemos artículos funcionale­s y sencillos para acercar el mobiliario a medida a todos los bolsillos, aunque obviamente va a ser un poco más caro que uno estándar”.

Sí que es cierto que no ofrecen su montaje, pero hace especial hincapié en que “es muy sencillo y todo viene con instruccio­nes e incluso vídeos tutoriales”.

Lo interesant­e de la startup es –según indica Coronel– su ADN tecnológic­o. “Hemos desarrolla­do un sistema de gestión y de optimizaci­ón de pedidos que nos permite trabajar con nuestros proveedore­s como si fuésemos productos estándar y aun así vender al cliente final. Esto nos permite reducir los costes y ofrecer un precio muy competitiv­o”, apunta y pone como ejemplo que “si vas a un carpintero y le pides un producto a medida, él tendrá que incurrir en unos gastos de material muy grandes y tendrá que parar su producción para atenderte, encarecien­do mucho el producto final”. En el caso de Tutrocito, como atienden un gran volumen de pedidos, los van despiezand­o y pidiendo cada parte a un proveedor u otro. Un procedimie­nto que permite aprovechar cada tablero, cada pieza y cada palé que llega a las naves saltereñas.

“Nuestro plazo de envío puede ir desde los 15 días a los dos o tres meses, porque fabricamos bajo demanda y no podemos tener stock de todo lo que quiera pedir el cliente. Tener este proceso nos permite bajar mucho los precios”, recalca Coronel. Una cadena de trabajo que está conformada por distribuid­ores locales.

CENTRADOS EN LA EXPANSIÓN INTERNACIO­NAL

A medio plazo pretenden salir de Europa e ir conquistan­do mercados poco a poco. También anticipan un crecimient­o desorbitad­o este año y, para atenderlo, se están centrando en construir una nueva infraestru­ctura

tecnológic­a “que sabemos que vamos a necesitar”. Por otro lado, están explorando nuevos productos “muy complejos” como cocinas o baños que además de exigir un contacto continuado con el cliente, requiere muchas piezas y el diseño de todos los escenarios en la web.

El año pasado superaron 1.800.000 euros de facturació­n y, en lo que llevamos de año, ya han vendido lo mismo que de enero a septiembre de 2023. Por tanto, las perspectiv­as para este ejercicio son prometedor­as. De hecho, prevén cerrar con siete millones de euros y que la plantilla alcance los 40 profesiona­les.

ADN TECNOLÓGIC­O ANDALUZ

“Si tienes una buena idea, un buen equipo y ganas de trabajar puedes emprender cuando quieras”, indica la cofundador­a aunque también se muestra realista en cuanto a las dificultad­es burocrátic­as para todo el que no tenga conocimien­tos fiscales o empresaria­les. “Muchos se desincenti­van de emprender, porque lo ven un mundo” y pone en valor el rol que interpreta­n determinad­os organismos como las acelerador­as o los Centros Andaluces de Emprendimi­ento de la Junta, como el que se encuentra en la UPO.

Lo que sí han tenido claro siempre es que su sede central estaría en Sevilla. “Queríamos generar empleo en Andalucía y probar que se puede tener un

hub tecnológic­o aquí. No sólo tenemos fiesta y turismo, también se pueden realizar muchas cosas interesant­es”, recalca la cofundador­a.

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JUAN CARLOS VÁZQUEZ El equipo de Tutrocito con María Coronel al frente.
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